El pueblo de la conciliaci¨®n imposible
Las familias de tres colegios de Porto do Son sin comedor escolar batallan por cambiar el anacr¨®nico horario de clases y tener jornada continua
Son a?os de batalla reivindicando sin ¨¦xito algo absolutamente normal en la pr¨¢ctica totalidad de las escuelas gallegas: la jornada escolar ¨²nica. Pero en tres de los cinco centros de Educaci¨®n Infantil y Primaria de Porto do Son (A Coru?a) el anacr¨®nico horario de las clases, repartidas en tres horas por la ma?ana y dos por la tarde, no solo divide y discrimina a los peque?os de esta localidad costera de 9.600 habitantes sino que parte las vidas de 360 familias afectadas.
Y hace imposible cualquier tipo de conciliaci¨®n. Los colegios de los tres n¨²cleos m¨¢s poblados del municipio ¡ªPorto do Son, Portos¨ªn y Xu?o¡ª carecen de comedor escolar, lo que obliga a hacer encaje de bolillos en las agendas domesticas para garantizar el almuerzo de los 490 alumnos de entre dos y 12 a?os que regresan a sus casas a partir de las 12.30 horas y deben estar de vuelta en las aulas a las 15 horas. Y todo porque la Conseller¨ªa de Educaci¨®n, en aras de la tan cacareada austeridad y los recortes presupuestarios, se resiste a asumir el coste a mayores que supondr¨ªa ampliar el transporte escolar si se impone jornada ¨²nica en esas tres escuelas. Las asociaciones de madres y padres de alumnos no piden otra cosa que igualdad de oportunidades y condiciones que en las otras dos escuelas de la misma localidad, las de Baro?a y Nebra. Est¨¢n unidas en su protestas y decididas a ir incluso hasta el encierro en las aulas para lograr un horario sin particiones al mediod¨ªa.
Cuentan con el un¨¢nime apoyo de profesores y equipos directivos de los colegios. E incluso del alcalde, Luis Oujo. Es del PP, pero tambi¨¦n padre de alumno y ante la recrudescencia de las protestas familiares y la nula receptividad o incluso respuesta de la Xunta ha conseguido esta misma semana forzar la apertura de negociaciones con el jefe territorial en A Coru?a de la Conseller¨ªa de Educaci¨®n, Indalecio Cabana. Este ¨²ltimo, aunque molesto por la repercusi¨®n y presi¨®n de las protestas, ha prometido el martes dar en solo tres d¨ªas ¡ªma?ana, viernes¡ª una respuesta, una vez estudiada y cuantificado el coste de la implantaci¨®n de la jornada ¨²nica. Permitir¨ªa a peque?os de tres a?os, los que viven en Queiruga o Nadela, a m¨¢s de media hora de trayecto de sus colegios, no tener que pasarse la mayor parte las 150 minutos que tienen para comer encerrados en un autob¨²s.
¡°Sabemos que el tema es complicado porque necesita del esfuerzo de todos, de las familias para adaptar horarios, de la empresa de autobuses escolar y de la Xunta¡±, admite Sof¨ªa Tarela, portavoz de la Anpa Santa Irene, el colegio del centro urbano de Porto do Son. Pero nada que no sea imposible de implantar, ¡°y de justicia¡±, subraya. Hace solo dos a?os, la Xunta renov¨® la concesi¨®n del transporte escolar en Porto do Son a Autos Comparados. Pero no vari¨® un ¨¢pice las rutas, que datan de varias d¨¦cadas cuando la poblaci¨®n era otra y tambi¨¦n los centros escolares, con varias escuelas unitarias y una escuela hogar ya desaparecidas desde hace a?os. Los colegios de Nebra y Baro?a, as¨ª como el ¨²nico instituto de Porto do Son tienen jornada ¨²nica y comparten el transporte escolar con los otros tres centros del municipio, Porto do Son, Xu?o y Portos¨ªn. De implantarse la jornada ¨²nica en esos tres centros, los que concentran m¨¢s alumnos, har¨ªa necesario ampliar la flota de buses que garantizan entre las 14 y las 15 horas la recogida de los escolares al terminar las clases. Tampoco se est¨¢ hablando de un coste inasumible, destacan las madres y padres de alumnos. En unos 50.000 euros al a?o, seg¨²n los c¨¢lculos de la concesionaria, ¡°que siempre es una apreciaci¨®n a tomar con cautela¡±, precisa Tarela. En todo caso, las familias, en sus caceloradas de protesta, no se olvidaron de recordar a la Xunta que el coste a mayores del transporte escolar es una cantidad ridicula al lado de los 37 millones de euros que ha decidido gastar, sin que nadie lo reclame, para construir una carretera de alta capacidad de siete kil¨®metros en Portos¨ªn, un n¨²cleo saturado de viviendas tan s¨®lo habitadas durante julio y agosto. ¡°Nosotros queremos corredoiras para nuestros ni?os, nada de autov¨ªas que no sirven para la poblaci¨®n¡±, apuntan las asociaciones de madres y padres. Ofrecen multitud de propuestas, rutas o incluso compartir el autob¨²s entre los adolescentes del instituto con los peque?os de infantil para lograr su objetivo. Las protestas fueron la ¨²nica manera de hacerse o¨ªr. Ahora esperan a que ma?ana, por fin, su demanda sea atendida para el pr¨®ximo curso.
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