Regalo musical

Los mel¨®manos que siguen la temporada de Ibercamera pudieron darse el gustazo de terminar la diada de Sant Jordi con un gran concierto en el Auditori, a cargo de la Royal Philharmonic Orchestra, con el veterano m¨²sico israel¨ª Pinchas Zukerman al frente, en su doble faceta de violinista y director de orquesta. La formaci¨®n londinense, que actu¨® el pasado 4 de abril en el Palau bajo la batuta de Charles Dutoit, cautiv¨® de nuevo por la redondez del sonido, la pericia de sus solistas y el equilibrio en sus secciones.

El programa, integrado por dos grandes cl¨¢sicos del repertorio ¡ªConcierto para viol¨ªn en re mayor, op. 61, de Beethoven y Sinfon¨ªa n¨²m. 4, en mi menor, op. 98, de Brahms¡ª puso de manifiesto la superioridad del Zukerman violinista sobre el Zukerman director de orquesta. Y no solo por la experiencia y el dominio absoluto de un concierto que ha tocado cientos de veces en las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas bajo la batuta de los mejores directores: Zukerman conserva un sonido de excepcional belleza y, aunque los dedos han perdido agilidad con el paso de los a?os, la elegancia en el fraseo, la respiraci¨®n natural y el sentido de las proporciones hizo posible un Beethoven majestuoso, sin amaneramientos, de desbordante lirismo y plenitud sonora.

Tras un Beethoven cl¨¢sico hasta la m¨¦dula, y sin conceder propinas como solista, Zukerman dirigi¨® un Brahms tambi¨¦n cl¨¢sico hasta la m¨¦dula, en el que los aficionados pudieron disfrutar el caudal mel¨®dico y el impulso r¨ªtmico de su ¨²ltima sinfon¨ªa sin prisas ni excentricidades. All¨ª donde algunos de los j¨®venes divos de la batuta pisan a fondo el acelerador para ganar efectismo y potencia, Zukerman aplic¨® la mesura para poner en pie la arquitectura del sinfonismo brahmsiano sin violentar sus ra¨ªces cl¨¢sicas.

El Zukerman director fue m¨¢s generoso que el Zukerman violinista y regal¨® un exquisito Elgar ¡ªsegundo movimiento de la Serenata para cuerdas¡ª y una delicia mozartiana ¡ªobertura de Las bodas de F¨ªgaro¡ª, fin de fiesta de la m¨¢s inspirada actuaci¨®n que Zukerman ha ofrecido en Barcelona en a?os.