La desigualdad se abre camino
La brecha social ha aumentado tanto en fases de crecimiento como de recesi¨®n, lo que muestra que es un elemento estructural
Empiezo recordando tres datos, de tres fuentes y ¨¢mbitos distintos, publicados hace unos meses: 1) Las 85 personas m¨¢s ricas del mundo poseen la misma riqueza que la mitad de la poblaci¨®n mundial m¨¢s pobre. 2) En EEUU, desde el inicio de la crisis, el 95% del crecimiento del PIB ha sido acaparado por el 1% m¨¢s rico de la poblaci¨®n. Y 3) La relaci¨®n entre la retribuci¨®n total de un consejero delegado y la de un trabajador medio es, en EEUU de 354 veces, en Alemania de 147, en Espa?a de 127, en Francia de 104 y en Dinamarca de 48.
La afirmaci¨®n del t¨ªtulo tiene voluntariamente un doble significado, dram¨¢tico en la realidad, y esperanzador en alg¨²n aspecto. Es un drama que el incremento de las desigualdades en los pa¨ªses desarrollados, y muy especialmente en Europa, haya sido uno de los rasgos estructurales que mejor definen a nuestras sociedades en los ¨²ltimos treinta a?os. Pero, por fortuna, se abre camino tambi¨¦n la preocupaci¨®n por las consecuencias de esta desigualdad; son crecientes las alertas de esta ¨²ltima d¨¦cada, alertas que ahora ya no surgen solamente de sectores u organizaciones con sensibilidad social (Oxfam, C¨¢ritas¡), sino tambi¨¦n de las del mundo econ¨®mico (OCDE, FMI¡). Hago un peque?o relato esquem¨¢tico del ¨²ltimo medio siglo en tres etapas consecutivas. No a?adir¨¦ nuevas cifras.
>1950-1980. Pacto Europeo post-b¨¦lico entre democracia cristiana y socialdemocracia. Econom¨ªa social de mercado (libertad econ¨®mica, mercado regulado y Estado del bienestar). Progreso econ¨®mico importante acompa?ado de progresiva disminuci¨®n de las desigualdades. Aumento continuado de la importancia de las clases medias, con repercusi¨®n en la capacidad de consumo, la mejora de la calidad del capital humano y una mayor cohesi¨®n social. Unos a?os de gran recuperaci¨®n. En algunos pa¨ªses se ha llegado a hablar, tal vez exageradamente, de ¡°los treinta a?os gloriosos¡±.
>1981- 2006. Reacci¨®n neoliberal contra el Estado interventor. Desaparici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Desregulaci¨®n y globalizaci¨®n. Mantenimiento general del crecimiento econ¨®mico con progresivo desplazamiento de actividades desde la econom¨ªa productiva hacia la econom¨ªa financiera y la especulativa. Disminuci¨®n del peso de las rentas del trabajo en el PIB y consiguiente aumento del de las rentas del capital. Disminuci¨®n de la capacidad recaudatoria y del car¨¢cter redistributivo del sistema fiscal, con consecuencias sobre la sostenibilidad y la funci¨®n del Estado del bienestar. Todo ello produce un fuerte contraste con el per¨ªodo anterior, ya que el aumento de la riqueza del pa¨ªs no genera una disminuci¨®n de la desigualdad sino al contrario: una sociedad m¨¢s polarizada. Cada vez m¨¢s ricos pero menos productivos, y cada vez m¨¢s ricos, pero m¨¢s desiguales. Crecen las alertas de las organizaciones sociales con respecto a esta din¨¢mica, pero no tienen eco ni en el funcionamiento de la econom¨ªa, ni en las decisiones pol¨ªticas.
Por fortuna,se abre camino tambi¨¦n una preocupaci¨®n por las consecuencias de esta desigualdad
>2007- 2013.La aceleraci¨®n irracional del crecimiento, sin base real, llev¨® al colapso financiero, y este a la crisis. Recesi¨®n por ca¨ªda del consumo y aumento del endeudamiento p¨²blico por el rescate financiero y otras medidas. Ello condujo a problemas con la deuda p¨²blica de algunos pa¨ªses de la zona euro, por errores propios y por mala gesti¨®n desde la UE. Las pol¨ªticas de austeridad, en parte justificadas pero mal repartidas y con ritmos equivocados, han empobrecido a una parte de las clases medias, han agravado todav¨ªa m¨¢s la desigualdad y han expulsado del sistema a una gran cantidad de trabajadores o de personas en edad de trabajar. Algunos ¨ªndices de estos fen¨®menos son muy expl¨ªcitos, y adem¨¢s Espa?a se ha situado en las tristes posiciones de honor en varios de ellos. La crisis aqu¨ª se alarga¡ Han ido apareciendo alertas puntuales de organismos internacionales, que se han convertido estos ¨²ltimos dos a?os en un alud de mensajes llamando la atenci¨®n sobre la necesidad de pol¨ªticas de reactivaci¨®n del empleo y del consumo. Estas alertas son m¨¢s importantes en tanto que provienen de lugares que antes hab¨ªan expresado opiniones contrarias.
>2014. Los ¨²ltimos treinta a?os las desigualdades se han ido abriendo paso, tanto en ¨¦pocas de crecimiento como de recesi¨®n, demostrando que este hecho es un elemento estructural de nuestro sistema. En los ¨²ltimos quince a?os, se han abierto paso muchas manifestaciones preocupadas por las consecuencias sociales de este incremento, chocando a menudo con la descalificaci¨®n de las opiniones dominantes, tanto ideol¨®gicas como pol¨ªticas. En los ¨²ltimos tres, se han unido a las mismas las preocupaciones por las consecuencias econ¨®micas de la desigualdad, evidenciando que su incremento es uno de los obst¨¢culos m¨¢s importantes para la recuperaci¨®n. ?Merecer¨¢n atenci¨®n estas alertas? ?Ser¨¢ posible que ahora se entienda que la equidad y la justicia no son solamente valores sociales, sino exigencias econ¨®micas para el buen funcionamiento de una econom¨ªa desarrollada, en una sociedad libre? La econom¨ªa no es un fin en s¨ª mismo; est¨¢ al servicio del bienestar.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.
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