Los centros de trabajo para discapacitados, en la cuerda floja
Ante el nuevo tijeretazo de los presupuestos, las entidades sociales del sector alertan de que peligran los recursos destinados a la inserci¨®n laboral del colectivo
Varios ataques convulsivos obligaron a Dani M¨¢rquez, de 25 a?os, a abandonar su trabajo en una f¨¢brica textil hace apenas un a?o. Desde que est¨¢ en el paro, los efectos del trastorno de conducta y personalidad que padece desde que era un ni?o se han agravado. Est¨¢ constantemente alterado e incluso se ha vuelto m¨¢s agresivo. El joven, con una discapacidad del 65%, calma su permanente estado de nerviosismo caminando por las calles de Blanes (Selva) hasta que su madre sale del trabajo y se lo lleva a casa. ¡°?l quiere trabajar. Si hiciese algo y ganase un poco de dinero, cambiar¨ªa y volver¨ªa a estar tranquilo. Si alguien le abriese alguna puerta¡¡±, lamenta su madre, Mari L¨®pez.
El joven aguarda a una plaza en un centro especial de trabajo (CET), un recurso de inserci¨®n laboral para personas discapacitadas que no pueden entrar en el mercado ordinario. Pero el puesto de trabajo que necesita Dani no llega y, tras el ¨²ltimo recorte de 17 millones de euros del Gobierno central a la partida destinada a pol¨ªticas activas de ocupaci¨®n en Catalu?a ¡ªen la que se encuadran, entre otros programas, las subvenciones a los CET¡ª, la familia teme que nunca llegar¨¢. En la ¨²ltima conferencia sectorial celebrada la semana pasada en Madrid, el Gobierno acord¨® destinar 176 millones de euros a pol¨ªticas activas de ocupaci¨®n en Catalu?a, el 60% menos que en 2011.
En tres a?os, se ha recortado un 60% las partidas para pol¨ªticas activas de ocupaci¨®n
Aunque todav¨ªa se desconoce a cu¨¢nto ascender¨¢ el recorte de la partida destinada a los CET, las entidades del sector de la discapacidad han dado la voz de alarma. El nuevo tijeretazo podr¨ªa hacer peligrar la viabilidad de los centros especiales de trabajo. ¡°Esta nueva reducci¨®n nos tiene muy preocupados y queremos saber qu¨¦ acciones se van a tomar. Debemos saber si podremos aguantar todos los puestos de trabajo o tendremos que comenzar con los despidos¡±, denuncia Rosa Cadenas, presidenta de la Federaci¨®n de entidades de discapacitados intelectuales de Catalu?a (DINCAT). Actualmente, una parte de los fondos destinados a pol¨ªticas de ocupaci¨®n ¡ªque tambi¨¦n sirven para sufragar formaci¨®n de parados o planes locales de empleo, entre otros programas de inserci¨®n laboral¡ª subvencionan el 50% del salario m¨ªnimo interprofesional que reciben los empleados de los CET. En 2009 y 2010 las partidas llegaron a sufragar el 75% del sueldo m¨ªnimo.
Los CET pueden ser lucrativos (contratan a discapacitados m¨¢s leves) o sin af¨¢n de lucro (fichan a discapacitados con especial dificultad, es decir, personas con discapacidad intelectual, par¨¢lisis cerebral o trastorno mental de m¨¢s del 33% y personas con discapacidad f¨ªsica o sensorial superior al 65%). Unos 14.000 discapacitados est¨¢n empleados en los 200 centros especiales de trabajo que hay en Catalu?a. De ellos, el 70% est¨¢n contratados en empresas del tercer sector, sin ¨¢nimo de lucro.
El sector de la discapacidad denuncia que el constante goteo de recortes en las pol¨ªticas de inserci¨®n laboral se ha llevado por delante las subvenciones para la creaci¨®n de nuevos puestos de trabajo. ¡°No se han dado altas nuevas desde mayo de 2012¡±, confirma Cadenas. Como no hay lista de espera para acceder a estos centros, los profesionales del sector desconocen el n¨²mero de discapacitados que aguardan por una plaza en un CET.
Los tijeretazos en las subvenciones destinadas a los CET, que tambi¨¦n contribuyen a sufragar las unidades de apoyo profesional con las que cuentan los centros, formadas por psic¨®logos, trabajadores sociales y terapeutas, han obligado al Departamento de Trabajo de la Generalitat a complementar con fondos propios las partidas que llegan del Gobierno. Alrededor de unos 30 millones anuales es la aportaci¨®n del Departamento de Trabajo para ayudar a mantener los CET.
14.000 discapacitados est¨¢n empleados en los 200 centros especiales catalanes
¡°Nos hemos apretado mucho el cintur¨®n. Aqu¨ª hay entidades sociales que han hecho sus esfuerzos, con imaginaci¨®n y buscando otras v¨ªas de financiaci¨®n para no perder puestos de trabajo¡±, confiesa Lola de la Fuente, gerente de Esclatec, un CET especializado en montaje de placas electr¨®nicas que emplea a 14 personas con par¨¢lisis cerebral y pluridiscapacidad. Hace unos a?os lleg¨® a tener 17 personas y asegura que el volumen de trabajo del centro dar¨ªa para contratar a media decena de personas m¨¢s. ¡°Estamos asustados y aturdidos porque nos est¨¢n ahogando los recortes en el sector. Podr¨ªamos hacer muchas m¨¢s cosas si tuvi¨¦semos m¨¢s ayudas, pero todo lo que hemos conseguido parece que se est¨¢ desmoronando¡±, apostilla de la Fuente.
Las entidades temen que la inviabilidad de los centros aboque a los discapacitados que s¨ª pueden desempe?ar un trabajo hacia recursos asistenciales, como los centros ocupacionales, que desarrollan una funci¨®n m¨¢s terap¨¦utica dirigida a personas que no tienen capacidad de trabajar. ¡°Estamos hablando de personas muy productivas con su trabajo. Los estar¨ªamos obligando a ir a un centro ocupacional, que tiene fines terap¨¦uticos, no de inserci¨®n laboral. Adem¨¢s, estos centros est¨¢n saturados y las personas que vienen de los CET no tienen ninguna prioridad. Solo est¨¢n aceptando a los j¨®venes que acaban de salir del colegio¡±, abunda Cadenas.
Mari L¨®pez poco sabe de partidas presupuestarias que no alcanzan y de subvenciones que se pierden en el camino por la tijera, pero lucha a diario por hacerle un hueco a su hijo en el mercado laboral. Entre l¨¢grimas, se derrumba al recordar la desesperaci¨®n de su hijo por encontrar un trabajo. ¡°Yo no quiero una c¨¢rcel para mi hijo ni que lo encierren en un centro porque no est¨¢ loco y se puede valer por s¨ª mismo. Solo necesita un trabajo, que ¨¦l vuelva a sentirse orgulloso y ¨²til al colaborar en la econom¨ªa familiar y que est¨¢ haciendo algo¡±, concluye.
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