Benicalap se revuelve contra la cesi¨®n de suelo p¨²blico para usos privados
La obra de Casa Caridad revela un sustrato de malestar por el mal estado del barrio
¡°En ese suelo, que es del Ayuntamiento, van a construir un centro para personas sin recursos de Casa Caridad. Nosotros queremos claridad. Queremos leer toda la letra peque?a¡±, dec¨ªa ayer Pilar Moreno, vecina de Benicalap, en el sal¨®n de su peluquer¨ªa. Un grupo de vecinos del barrio valenciano lleva d¨ªas protestando contra las obras de construcci¨®n de un centro para la atenci¨®n a personas sin recursos en estado convaleciente. Aunque el Ayuntamiento asegura que la desconfianza vecinal parte de ¡°una confusi¨®n¡±, las respuestas de los vecinos revelan un sustrato de malestar social derivado de un mal uso de terrenos p¨²blicos, cedidos para proyectos que no utilizan.
El barrio tiene un largo historial de deterioro de infraestructuras
¡°No nos negamos a que haya un comedor social aqu¨ª pero cuando me compr¨¦ el piso, me dijeron que lo que iba era un parque y un ret¨¦n de la polic¨ªa. Adem¨¢s, en esta zona nueva hay much¨ªsimos ni?os y lo que hace falta es un colegio¡±, contaba ayer una vecina del edificio colindante.
Benicalap tiene un largo historial de deterioro de las infraestructuras p¨²blicas. La desinformaci¨®n de los vecinos y la desconfianza en unos gobernantes que no cumplen las promesas ha prendido la chispa en un grupo de vecinos de un barrio que no quiere transigir m¨¢s.
¡°Los problemas de Benicalap arrancan en los ochenta cuando la Generalitat y el Ayuntamiento vetaron la construcci¨®n del metro directo al centro. A ra¨ªz de esa decisi¨®n, Benicalap empez¨® a quedarse aislada del resto de la ciudad¡±, cuenta Santiago P¨¦rez, vecino que vive 50 a?os en el barrio. La construcci¨®n del parque de Benicalap en aquellos a?os, consigui¨® dar respuesta a las necesidades de ocio y deporte, convirti¨¦ndose en un polo de atracci¨®n para los barrios cercanos.
¡°Ahora somos un barrio mayordomo, una servidumbre al servicio de las necesidades de la ciudad porque soportamos infraestructuras pasivas que no aportan calidad de vida a los vecinos del barrio: tres hoteles de cinco estrellas, un palacio de congresos que no podemos permitirnos utilizar y un casino. Y mientras, La Ceramo, el Casino del Americano, que deber¨ªa ser la ampliaci¨®n del parque de Benicalap, o la alquer¨ªa del Moro est¨¢n en la absoluta ruina¡±, critica P¨¦rez.
Su malestar se apoya en la propia evoluci¨®n del barrio. Desde los a?os 80, la expansi¨®n de la ciudad en grandes rondas y avenidas conc¨¦ntricas ha dejado aislado al antiguo n¨²cleo hist¨®rico, entre la ronda norte y la avenida de las Cortes Valencianas. Los nuevos centros de salud y los equipamientos p¨²blicos se han ubicado en la periferia del barrio, cerca de estas dos grandes arterias, de manera que el centro se ha quedado atr¨¢s.
Uno de los problemas urban¨ªsticos que m¨¢s conflicto gener¨® en el barrio fue la cesi¨®n de la parcela p¨²blica del nuevo estadio de Mestalla al Valencia Club de F¨²tbol. La renuncia municipal a este espacio, en el que estaba previsto ubicar un polideportivo para Benicalap, abri¨® un conflicto que los vecinos todav¨ªa recuerdan. Desde que se pusiera la primera piedra del estadio en 2007, las obras no han terminado. La incertidumbre sobre este espacio alimenta la sensaci¨®n vecinal de p¨¦rdida de espacios p¨²blicos en favor de iniciativas privadas. ¡°Estamos cansados. Benicalap est¨¢ saturado de malas decisiones pol¨ªticas justificadas con argumentos econ¨®micos o jur¨ªdicos¡±, critica Santiago P¨¦rez.
La expansi¨®n de las grandes rondas ha dejado aislado su n¨²cleo hist¨®rico
¡°Dec¨ªan que no nos cerrar¨ªan La Fe y al final lo hicieron. ?Por qu¨¦ no usan ahora ese edificio para el centro social?¡±, se enfadaba una vecina a pie de obra bajo un sol de justicia. El espaldarazo que supuso el cierre de este puntero hospital de antiguas instalaciones mantiene enfadado a un barrio, con una poblaci¨®n envejecida que, en lugar de cinco minutos, tarda ahora cerca de treinta en llegar al nuevo hospital.
El ¨¢mbito educativo no se queda fuera del repaso vecinal al deterioro del barrio. Dos de los tres centros de educaci¨®n primaria de Benicalap son concertados y en los ¨²ltimos a?os han podido acometer obras de remodelaci¨®n. Los trabajadores y las madres de alumnos del ¨²nico centro p¨²blico que contin¨²a abierto critican que las instalaciones se encuentran en un estado de conservaci¨®n muy deficiente. Con una tasa de desempleo que ronda el 30%, una poblaci¨®n joven que emigra y tocados por la crisis econ¨®mica y la devaluaci¨®n del valor de la vivienda, los vecinos exigen ser due?os de su propio devenir.
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