Cuando no exist¨ªa la palabra ¡®hipster¡¯
La dibujante Raquel C¨®rcoles, alias Moderna de Pueblo, nos lleva por los lugares que le impresionaron a su llegada a la capital
1. Caf¨¦ Molar. En La Latina no hay tantos sitios alternativos y el Molar es un rayo de esperanza para los que vivimos en el barrio. Es muy acogedor y hay muchos c¨®mics que puedes hojear, ver si hay alguna novedad¡ y asegurarte de que est¨¢ el tuyo, claro (Ruda, 19).
2. Casa de Granada. Me sorprendi¨® la experiencia de llamar a un portal normal, subir en un ascensor con los vecinos, como si fueras a un sitio clandestino. Y arriba est¨¢ la terraza, que tiene buenas vistas. Es algo bastante exc¨¦ntrico para ense?ar a la gente que visita Madrid (Doctor Cortezo, 17, 6? planta).
3. Nasti Club. Lo han cerrado y ahora est¨¢ la Sala Maravillas, pero recuerdo que cuando llegu¨¦ del pueblo, y no exist¨ªa la palabra hipster, lo ten¨ªa idealizado. Ten¨ªa curiosidad por ver a la gente que iba, y me lo pasaba bien, pero tambi¨¦n sent¨ªa que no era suficientemente guay para estar ah¨ª. Aunque luego era un sitio muy cutre, cosa que tambi¨¦n gusta mucho a los modernos (San Vicente Ferrer, 33).
4. Restaurante Badila. Tienen platos muy resultones con un toque de gastronom¨ªa chic: cosas con foie, ensaladas con frutos, combinaciones exc¨¦ntricas y nombres muy largos. Es tambi¨¦n un sitio tranquilo para tomarse un vino que, aunque suene viejales, a veces es lo que busco (San Pedro M¨¢rtir, 6).
5. Caf¨¦ Comercial. All¨ª me hicieron la primera entrevista en persona (ahora se estilan mucho los cuestionarios por mail) y fui muy asustada, porque me dijeron que en ese caf¨¦ hab¨ªan entrevistado a todos los grandes¡ Y yo, solo por eso, ya me sent¨ªa muy importante (Glorieta de Bilbao, 7).
6. Un lugar que no existe en Madrid. Una tienda de la cadena Urban Outfitters, que han abierto recientemente en Barcelona, falta en esta ciudad. Me gusta su ropa, pero adem¨¢s tienen otras cosas como libros y objetos originales de tendencia. Puedes ir a pasar el rato y ver qu¨¦ hay. Luego seguro que lo ponen aqu¨ª y ya no me gusta.
7. Retro City. Es una tienda vintage de Malasa?a. Cuando me mud¨¦ al barrio hasta me daba verg¨¹enza entrar, por las poses modernas de las dependientas. Al final, cuando llevaba unos meses all¨ª, reun¨ª el valor y me sent¨ª preparada para entrar y comprar algo (Corredera Alta de San Pablo, 4).
8. Los estudios de la Cadena SER en Gran V¨ªa. Mola que tengan el estudio en pleno centro. Alguna vez me han invitado y, entre estar en la radio, que es un medio con mucho carisma, y las vistas que hay desde la terraza, me encant¨®. Se respiraba muy buen ambiente (Gran V¨ªa, 32).
9. La estaci¨®n de Atocha. Como moderna venida del pueblo he pasado muchas veces por ah¨ª. Supongo que si eres de aqu¨ª no te sorprende, pero nadie me hab¨ªa dicho que hab¨ªa tal invernadero. Me sent¨ªa en mitad de Jurassic Park¡ ?era esto la ciudad o la selva? (Glorieta del emperador Carlos V).
10. La Feria del Libro. Es inmensa, a veces me resulta dif¨ªcil orientarme. Es una de las cosas que m¨¢s me ha gustado de vivir en Madrid. Igual si no hubiera hecho un libro no me hubiera pasado por ah¨ª porque me pillaba un poco a desmano¡ Pero es como una quedada anual de la gente del libro, un campamento de verano, y si alguien de Madrid me dice que no ha ido, le digo que es tonto (Parque del Retiro).
Radiograf¨ªa del cultureta
Raquel C¨®rcoles (Reus, 1986), acaba de sacar la novela gr¨¢fica Cooltureta (Lumen), coguionizada con Carlos Carrero, en la que hace una s¨¢tira de los intelectuales modernillos en una gran ciudad que podr¨ªa ser cualquiera, pero que recuerda mucho a Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.