El baltarismo, diseccionado en el juzgado
El expoderoso presidente ourensano afront¨® jubilado y solo su calvario en el banquillo
Bastaron cinco d¨ªas repartidos en 30 horas de declaraciones judiciales para abrir en canal tres d¨¦cadas de baltarismo. Los largos a?os de poder omn¨ªmodo sobre los que el exbar¨®n del PP Jos¨¦ Luis Baltar ciment¨® su inexpugnable fort¨ªn pol¨ªtico en Ourense fueron diseccionados esta semana en una sala de la Audiencia Provincial ¡ªen donde ha sido juzgado por un supuesto delito de prevaricaci¨®n¡ª ante un enjambre de periodistas y una clamorosa ausencia de cargos del PP, de amigos y hasta de familiares (su hijo-sucesor se enfrasc¨® esos d¨ªas en un sinf¨ªn de actos institucionales).
Como era previsible, el baltarismo result¨® estar lleno de fieles alcaldes del n¨²cleo duro del expresidente heredados por su v¨¢stago, de funcionarios de la instituci¨®n provincial en su mayor¨ªa con cargo o militancia en el PP, de un pelot¨®n (m¨¢s de un centenar en los tres primeros meses de 2010, el a?o de la sucesi¨®n din¨¢stica) de operarios que Baltar reconoci¨® haber enchufado en el organismo p¨²blico, de personal contratado eventualmente que puso como domicilio para su localizaci¨®n por el juzgado la direcci¨®n de la Diputaci¨®n. Y, finalmente, se produjo la revelaci¨®n de que 30 a?os al frente de instituciones p¨²blicas (el Ayuntamiento de Nogueira de Ramu¨ªn y la Diputaci¨®n ourensana) no hab¨ªan sido suficientes para que el veterano pol¨ªtico supiera al acabar su carrera que hay que hacer p¨²blicas las convocatorias de empleo.
¡°No lo sab¨ªa¡±, intent¨® exculparse el exbar¨®n casi de soslayo en su declaraci¨®n en la primera jornada de la vista oral para sorpresa general. ¡°?Yo no lo sab¨ªa!¡±, repiti¨®, esta vez pr¨¢cticamente enfurecido, cinco d¨ªas despu¨¦s, en el alegato final en el que acab¨® traspasando la responsabilidad de ese fat¨ªdico desliz a dos de sus anta?o fieles jefes de servicio que en sus declaraciones juradas hab¨ªan asegurado que el expresidente hab¨ªa sido advertido verbalmente de que si no publicitaba los puestos de trabajo incumpl¨ªa la propia normativa de la Diputaci¨®n. Los acus¨® a ambos de haberle hecho una encerrona para salvarse.
El fundador del baltarismo, el que fuera el mayor empleador de la provincia, el que se defin¨ªa como ¡°cacique bueno¡±, el due?o de las mayor¨ªas del PP gallego, el crecido dirigente que se fund¨ªa con el tromb¨®n cada comienzo de campa?a electoral para canturrear, jaleado por la concurrida militancia, que ¡°si no eres del PP, j¨®dete¡±, afrontaba su calvario judicial solo, con todos los poderes traspasados a su hijo, jubilado y sin carn¨¦ ya del partido.
Su exnuera, Olga Moj¨®n, que consigui¨® aprobar una oposici¨®n cuando estaba casada con el hijo-sucesor y que desde entonces dirige el Teatro Principal dependiente de la Diputaci¨®n, ni lo mir¨® cuando compareci¨® para declarar como testigo. ¡°?Tiene usted alguna relaci¨®n familiar con el acusado?¡±, le pregunt¨®, como a todos, la juez. Moj¨®n dijo que no. Cuando, tras su testimonio ¡ªb¨¢sicamente respondi¨® a todas las preguntas se?alando que no recordaba nada¡ª la acusaci¨®n protest¨® indicando que hab¨ªa parentesco, Moj¨®n insisti¨® en la ausencia de v¨ªnculo personal con su exsuegro. ¡°Solo es el abuelo de mi hija, no me une nada a ¨¦l¡±, marc¨® la distancia. La misma distancia que mantuvieron los ourensanos, largas d¨¦cadas entregando cerradas mayor¨ªas electorales al acusado, que esta vez dejaron en evidencia el despliegue policial y en carne viva las vallas instaladas en el camino de entrada al Palacio de Justicia con las que se pretend¨ªa alejar a una muchedumbre interesada en el espect¨¢culo. No acudi¨® nadie. Ni siquiera a protestar.
En la sala, algunos de los enchufados negaban tambi¨¦n sus v¨ªnculos. El contratado Nabor Blanco, que en 2003 ocup¨® puesto en la lista del PP en Paderne de Allariz, neg¨® la relaci¨®n pol¨ªtica a la juez e insisti¨® en ello cuando el abogado del PSOE le pregunt¨® si hab¨ªa formado parte alguna vez de la candidatura del PP. Dijo que no. Asegur¨® que ni sab¨ªa a que partido pertenece el alcalde de ese municipio en el que fue colocado a dedo en 2010. Y no fue el ¨²nico testigo que minti¨®.
Inmerso en su v¨ªa crucis personal, el extodopoderoso presidente ourensano se concentr¨® en su papel. A lo largo de los cinco d¨ªas de exposici¨®n al mundo de las v¨ªsceras del baltarismo a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n, el exbar¨®n despleg¨® todo su repertorio. All¨ª estaba, cada vez que una c¨¢mara encend¨ªa el foco, el Baltar hiperdotado del gracejo de sus intervenciones p¨²blicas de siempre. ¡°Oye, que yo de esto tampoco soy culpable¡±, alegr¨® las cr¨®nicas del d¨ªa despu¨¦s de haberse ofrecido a ¡°echar una mano si hace falta¡± en la evacuaci¨®n del agua cuando una inundaci¨®n en el Palacio de Justicia oblig¨® a posponer por unas horas el juicio.
All¨ª estaba el Baltar galante con el poder agradeciendo su buen hacer a la juez que dictar¨¢ sentencia. All¨ª estaba el Baltar dispuesto a encarar sin el m¨ªnimo reparo las preguntas de los periodistas y tambi¨¦n el Baltar huidizo ¡ªel del primer d¨ªa¡ª accediendo al juzgado con m¨¢s de una hora de antelaci¨®n para esquivar un espect¨¢culo como el de cuando declar¨® en el juzgado de instrucci¨®n y, con manifestaciones a favor y en contra, tuvo que ser transportado casi en volandas por los suyos al interior del edificio judicial.
Y all¨ª estaba, finalmente, el Baltar implacable, dispuesto a morir matando al enemigo: los dos jefes de servicio de la Diputaci¨®n (el secretario general y jefe de Personal, hijos ambos de antiguos amigos) que bajo juramento desmoronaron su exculpaci¨®n. Un encendido Baltar acabar¨ªa aprovechando su alegato final para precisar que uno de ellos (el jefe de Recursos Humanos, hijo del alcalde de Monterrei y ¨¦l mismo concejal del PP en ese Ayuntamiento) lo conmin¨® a que se saltara la legalidad y firmara un decreto para enchufar al personal.
La disecci¨®n del baltarismo primigenio evidenci¨® que el exbar¨®n apenas cuenta con la fidelidad de un pu?ado de alcaldes y contratados sin plaza fija en la Diputaci¨®n. El resto, ¡°sus¡± trabajadores, ya son solo pasado.
Las horas de la penumbra
Durante la pr¨¢ctica totalidad de las jornadas de la vista oral Jos¨¦ Luis Baltar permaneci¨® en penumbra. El carism¨¢tico expatr¨®n de los populares ourensanos se ancl¨® malamente al banquillo mientras escuchaba, atrapado en un segundo plano, las declaraciones de la selecci¨®n del plantel del baltarismo llamado a testificar. No todas favorables.
Pudo comprobar que, m¨¢s all¨¢ de haberse perpetuado institucionalmente en su v¨¢stago, su legado est¨¢ lejos de la luz de los d¨ªas de imposici¨®n de su nombre a los polideportivos construidos en las aldeas a golpe de subvenci¨®n de la Diputaci¨®n que presid¨ªa. Tambi¨¦n a a?os luz de aquellos abrazos que le propinaban a rega?adientes Fraga y Feij¨®o (los amenaz¨® a ambos con dar la espantada y hacerles perder sus mayor¨ªas en la Xunta si no respetaban su poder en la provincia) en ¨¦poca preelectoral. El juicio a Baltar fue, seg¨²n el fiscal que reclam¨® ¡°una sentencia ejemplar¡±, el juicio a un modo de hacer pol¨ªtica ¡°antidemocr¨¢tico¡± y ¡°ofensivo para la ciudadan¨ªa¡± no af¨ªn al PP.
Qued¨® acreditado en la vista oral ¡ªa trav¨¦s de un escrito remitido por la propia Diputaci¨®n¡ª que el autodenominado ¡°cacique bueno¡± realiz¨® una media de 300 contratos temporales al a?o: en torno a 6.000 enchufados en sus dos d¨¦cadas al frente de la instituci¨®n provincial para la que jam¨¢s tuvo rival.
Escenificando la ¨²ltima vuelta de tuerca del baltarismo, el abogado del PSOE que ejerci¨® la acusaci¨®n particular pidi¨® que constara que al menos una parte del pu?ado de enchufados que testific¨® en el juicio hab¨ªa pasado por el despacho de la defensa del acusado, aunque esta replic¨® que all¨ª no les hab¨ªan dado indicaciones.
¡°Tengo la conciencia de que soy inocente¡±, repiti¨® el exbar¨®n al t¨¦rmino de un juicio que marcaba el inicio de su viaje a Lugo en donde ma?ana tendr¨¢ que responder ante la instructora de la Operaci¨®n Pok¨¦mon, Pilar de Lara Cifuentes, por un supuesto cohecho: Aduanas afirma que cobr¨® 6.000 euros de Vendex en 2011. ?l ya lo neg¨®.
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