La polic¨ªa busca el veh¨ªculo del pederasta entre 78.000 coches
Los agentes de la Operaci¨®n Candy se han centrado en un modelo peque?o y en tres colores para intentar arrestar al secuestrador del distrito madrile?o de Ciudad Lineal
La detenci¨®n del pederasta de Ciudad Lineal, que ha secuestrado al menos a dos ni?as en los ¨²ltimos meses, se ha convertido en la principal prioridad de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid. Los ordenadores de los agentes de la Operaci¨®n Candy (golosina en ingl¨¦s) contin¨²an con el cribado de los miles de datos que reciben a diario. En los ¨²ltimos d¨ªas han abierto una densa l¨ªnea de investigaci¨®n que consiste en buscar un coche de peque?as dimensiones y con ¡°unas determinadas caracter¨ªsticas¡±. El secuestrador sube a las ni?as a este utilitario y las lleva hasta su domicilio, donde las retiene unas tres o cuatro horas. En concreto, la polic¨ªa ha hecho un primer cribado a ra¨ªz de los datos aportados por algunos testigos y una de las v¨ªctimas. Los investigadores han reducido el n¨²mero de coches sospechosos a 78.000. Los est¨¢n revisando. Uno a uno.
La escueta descripci¨®n que dan los testigos hace que el rango de b¨²squeda haya quedado reducido a unos pocos modelos de determinadas marcas. De hecho, lo que no tienen tan claro los investigadores es si se trata de un ¨²nico utilitario (la versi¨®n m¨¢s factible) o, por el contrario, hay m¨¢s de uno. Esta ¨²ltima hip¨®tesis, bastante menos probable, parte del hecho de que los testigos no se ponen de acuerdo con el color. Desde el principio se habl¨® de un coche peque?o de color blanco, pero despu¨¦s surgieron otras versiones que hablaron de un gris claro. Esto podr¨ªa ser factible, porque con determinada iluminaci¨®n ambas tonalidades pueden confundirse. La tercera que han ofrecido algunos testimonios parece mucho m¨¢s peregrina, porque las fuentes hablan de un modelo rojo.
El problema con el que se enfrentan los investigadores es que ese modelo no tiene nada que lo haga especialmente distinguible de otros de las mismas caracter¨ªsticas. Es decir, que se est¨¢ buscando una aguja en un pajar dentro de un parque automovil¨ªstico de 78.000 unidades.
Las ¨®rdenes que tienen las patrullas de la calle es de controlar los coches peque?os, en especial en la zona en la que act¨²a el pederasta, el distrito de Ciudad Lineal. Eso no quita para que sea el resto de la polic¨ªa madrile?a no haya recibido instrucciones de qu¨¦ hacer en caso de que se topen con un turismo de estas caracter¨ªsticas.
Fuentes policiales consideran que el trabajo que tienen ahora por delante es ¡°especialmente arduo¡±. Cribar esas decenas de miles de coches y ver a qui¨¦n pertenecen puede ser una labor que requiera meses y meses, pese a tener todos los archivos informatizados. ¡°Habr¨¢ que ir uno por uno hasta que dejemos la cifra muy reducida a un n¨²mero mucho m¨¢s manejable¡±, reconocen fuentes judiciales.
Los datos en los que se han basado corresponden a los que han deducido de los testigos y de la v¨ªctima del primer secuestro, registrado la tarde del jueves 10 de abril. Una ni?a de nueve a?os acompa?ada de varias amigas entr¨® en una tienda a comprar chucher¨ªas. Cuando salieron, se acerc¨® un hombre y le dijo a una de ellas: ¡°Tienes que venir conmigo que ya he hablado con tu madre y tenemos que ir a probarte ropa¡±. Cinco horas despu¨¦s, fue hallada completamente desorientada por una mujer junto al metro de Canillejas. La ni?a fue trasladada al hospital La Paz, donde estuvo ingresada unos d¨ªas.
La versi¨®n de la ni?a fue la que ha permitido centrarse en esos pocos modelos de coche peque?o. El segundo secuestro atribuido a este pederasta se produjo el pasado 17 de junio, en la calle de Luis Ruiz, en el barrio de Ascao, cuando una ni?a de origen chino de seis a?os fue capturada por este pederasta justo delante de la tienda de alimentaci¨®n que tienen sus padres. La peque?a fue hallada unas cuatro horas m¨¢s tarde en la calle del Jazm¨ªn, en el barrio del Pinar del Chamart¨ªn, en la otra punta del distrito. Tambi¨¦n hab¨ªa sido drogada y se encontraba completamente desamparada, lo que llam¨® la atenci¨®n de una viandante.
La ni?a ha estado ingresada hasta la semana pasada debido a las graves lesiones que presentaba. Fuentes policiales han confirmado que no han podido recabar ning¨²n detalle de la peque?a, ya que se encuentra completamente encerrada en si misma y pr¨¢cticamente no quiere hablar ni con su madre. Eso ha motivado que los agentes hayan perdido, al menos de momento, un testimonio que podr¨ªa haber arrojado gran cantidad de datos que habr¨ªan agilizado la investigaci¨®n.
Los polic¨ªas tambi¨¦n est¨¢n analizando si un secuestro similar ocurrido en septiembre del a?o pasado puede ser obra del mismo pederasta o no. Algunos hechos s¨ª coinciden (duchar a la v¨ªctima, por ejemplo), pero otros no, como el que lo hizo por la ma?ana. Cambi¨® de esta manera su forma de actuar.
¡°Tardaremos m¨¢s o menos, pero de lo que estoy seguro es que le vamos a detener. Es la m¨¢xima prioridad de esta jefatura y vamos a poner todo nuestro esfuerzo en atraparlo cuanto antes¡±. Qui¨¦n habla es un mando policial que ha dado a los agentes del Servicio de Atenci¨®n a la Familia (SAF) plenas competencias para que desarrollen su trabajo.
De hecho, se les ha habilitado una estancia fuera de su departamento habitual para poder trabajar sin ninguna injerencia externa. El que tambi¨¦n se ha interesado personalmente ha sido el ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, que ha pedido la m¨¢xima implicaci¨®n de todos los agentes para resolver a la mayor brevedad este caso.
Eso s¨ª, todas las fuentes reconocen que el caso es de los m¨¢s complicados a los que se ha enfrentado la polic¨ªa madrile?a. A los pocos datos que tienen se ha unido la ausencia de testigos fiables y el enfrentarse con una persona muy cuidadosa y experta en las t¨¦cnicas policiales de investigaci¨®n. El hecho de que lave a las ni?as tras el secuestro para evitar todos rastros de ADN y el de narcotizar a las peque?as hace sospechar de un hombre muy preparado en esta materia.
La llegada del verano tambi¨¦n juega en contra de los investigadores. Es muy posible que el pederasta se marche de Madrid durante el periodo estival por vacaciones o no acuda a esta ciudad en caso de que resida fuera. Esta hip¨®tesis cada vez toma m¨¢s fuerte entre los agentes de la Operaci¨®n Candy, dado el distrito que elige para sus secuestros.
Por otra parte, fuentes de la Guardia Civil han confirmado por su parte que no tienen ning¨²n hecho similar al de Ciudad Lineal en su demarcaci¨®n (poblaciones de menos de 50.000 habitantes).
Por su parte, el director general? de la Polic¨ªa, Ignacio Cosid¨®, ha dejado claro hoy que se est¨¢n empleando todos los recursos y esfuerzos posibles para detener al presunto pederasta autor de al menos dos secuestros a ni?as en el distrito de Ciudad Lineal, informa Efe.
En declaraciones a los periodistas antes de inaugurar el curso de verano "La Polic¨ªa global" en el que durante toda la semana participar¨¢n expertos policiales nacionales e internacionales, Cosid¨® ha destacado que se trabaja "con mucha intensidad" para resolver el caso.
Aunque Cosid¨® ha eludido dar ning¨²n detalle de la operaci¨®n Candi, como se ha denominado el dispositivo en marcha para localizar y detener al presunto pederasta, el m¨¢ximo responsable de la Polic¨ªa ha garantizado de que se trata de una prioridad y de que se informar¨¢ a la opini¨®n p¨²blica "tan pronto se tenga alguna novedad relevante".
"Se est¨¢n empleando todos los recursos y esfuerzos para intentar solucionar un caso que en buena l¨®gica ha generado alarma social", ha enfatizado Cosid¨® antes de reiterar el "intenso" trabajo policial que se est¨¢n desarrollando en las distintas l¨ªneas de investigaci¨®n en marcha.
A punto de cumplirse tres meses del primer rapto de una ni?a y m¨¢s que quince d¨ªas desde el segundo, ambos en el madrile?o barrio de Ciudad Lineal, la Polic¨ªa avanza en la investigaci¨®n sin conocerse apenas detalles de la misma.
Adem¨¢s de considerarle autor de estos dos raptos y de abusar de ambas menores, los agentes estudian si tambi¨¦n perpetr¨® otro secuestro en septiembre de 2013 y un cuarto caso horas antes del primero, el 10 de abril.
Un distrito literalmente tomado
El distrito de Ciudad Lineal se encuentra literalmente tomado por la polic¨ªa. Los agentes de la Operaci¨®n Candy han dado instrucciones muy claras para que los patrullas est¨¦n muy alerta a hombres que est¨¦n cerca de ni?os o personas que puedan resultar sospechosas. De hecho, tienen la obligaci¨®n de pararse e identificar a la persona; es decir, le tienen que pedir el carn¨¦ y comprobar si tiene alg¨²n antecedente o alguna b¨²squeda y captura.
A los agentes de uniforme se han unido otros de paisano, que se concentran en parques y lugares frecuentados por los menores para evitar que puedan ser capturados. Su funci¨®n es pasar inadvertidos e intervenir si ven algo que les resulta extra?o. ¡°Claro que tenemos miedo. Ahora no perdemos de vista a nuestros hijos en ning¨²n momento, por si acaso se les acerca alguien que no conocemos¡±, mantiene una vecina de Ascao, el lugar en el que fue secuestrada la ¨²ltima ni?a por el pederasta de Ciudad Lineal.
La polic¨ªa ha ampliado en los ¨²ltimos d¨ªas su ¨¢rea de acci¨®n a otras zonas lim¨ªtrofes, como los distritos de San Blas y Vic¨¢lvaro, por si el pederasta decide cambiar su lugar de actuaci¨®n. Fuentes policiales consideran que esto es poco probable, ya que Ciudad Lineal debe serle muy conocido y c¨®modo para sus actividades criminales. De hecho, esas fuentes recuerdan que el distrito est¨¢ muy bien comunicado (M-30, M-40 y autov¨ªa de Barcelona, A-2), lo que le permite salir de la ciudad en cuesti¨®n de minutos. Eso, en el hipot¨¦tico caso de que no resida en el propio distrito. Por ah¨ª le vendr¨ªa el conocimiento de las calles y hasta de las zonas en las que no existen c¨¢maras de seguridad.
La Jefatura Superior de Polic¨ªa de Madrid tambi¨¦n est¨¢ dando charlas a los padres del distrito para tranquilizarles sobre el pederasta, a la vez que les dan consejos de protecci¨®n de sus menores. L¨®gicamente, no revelan nada de las investigaciones pero les ofrecen pautas para evitar, en la medida de lo posible, que el pederasta pueda actuar de nuevo.
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