Acelerando, que es gerundio
Los aceleradores de part¨ªculas est¨¢n poniendo de nuevo patas arriba lo que sabemos de f¨ªsica y, por tanto, del origen del Universo
Este primer tercio del siglo XXI se est¨¢ pareciendo en F¨ªsica al primer tercio del siglo XX. Las numerosas figuras de la ¨¦poca, con Einstein como icono principal a la cabeza, estaban en plena ebullici¨®n intelectual y publicando teor¨ªas que, literalmente, lo pusieron todo patas arriba. Hoy estamos ante un panorama parecido en el que las grandes m¨¢quinas, los aceleradores de part¨ªculas, est¨¢n poniendo de nuevo patas arriba lo que sabemos de f¨ªsica y, por tanto, del origen del Universo. Y, como entonces, las noticias sobre F¨ªsica ocupan portadas de peri¨®dicos y, esto es nuevo, se extienden por las redes a la velocidad de la luz.
Tras el impacto que supuso el anuncio del descubrimiento del bos¨®n de Higgs, el 4 de julio del 2012 (el viernres hizo dos a?os), la atenci¨®n mundial se volvi¨® hacia la F¨ªsica y, en concreto a los f¨ªsicos de part¨ªculas. Provistos de un l¨¢piz y un papel, y de su cabeza prodigiosa Robert Brout, Fran?ois Englert y Peter Higgs describieron en 1964 un mecanismo que inclu¨ªa una part¨ªcula, que acab¨® llam¨¢ndose con el nombre del ¨²ltimo de ellos, que deb¨ªa cumplir determinadas condiciones. Y que era fundamental para sostener el edificio de lo que se llama el Modelo Est¨¢ndar, es decir, la f¨ªsica que explica el origen del universo y que se deriva de la explosi¨®n inicial, el Big Bang que tuvo lugar hace 13.800 millones de a?os.
Cincuenta a?os y muchos millones de inversi¨®n despu¨¦s, esa part¨ªcula apareci¨® en el experimento que se anunci¨® hace dos a?os. Y, parece, estaba justo donde la teor¨ªa hab¨ªa predicho que iba a estar, es decir, supone un respaldo muy notable al Modelo, puesto que la capacidad de predicci¨®n, y la comprobaci¨®n de esas predicciones es, precisamente, lo que dota de solidez a las teor¨ªas. Y, adem¨¢s del bos¨®n, los neutrinos superlum¨ªnicos (aunque luego se demostr¨® que era un error, y la propia confirmaci¨®n del error fue noticia relevante) y muy recientemente, y sin honores de portada, la presunta y a¨²n controvertida detecci¨®n de ondas gravitatorias procedentes del Big Bang, siguen colocando a la f¨ªsica de part¨ªculas en la lista de intereses de la sociedad.
?La participaci¨®n espa?ola en estos avances ha ido increment¨¢ndose a los largo del siglo pasado y en los primeros a?os de este. De la casi testimonial presencia de algunos f¨ªsicos notables en los a?os 20, hemos pasado a tener el peso que nos corresponde, tanto en la financiaci¨®n del CERN como en la presencia de investigadores espa?oles en ese laboratorio, la m¨¢quina que nos est¨¢ permitiendo comprobar la veracidad de las teor¨ªas. Ese presencia ha pasado por altos y bajos, en funci¨®n del inter¨¦s de los pol¨ªticos del momento y de los problemas de financiaci¨®n, pero hoy est¨¢ bastante consolidada y de ninguna manera deber¨ªa volverse atr¨¢s.
?Precisamente, y como espaldarazo a esa comunidad espa?ola de f¨ªsicos de part¨ªculas, este a?o, en Valencia, se han dado cita un millar de f¨ªsicos de part¨ªculas, quiz¨¢ los m¨¢s relevantes del mundo, para poner en com¨²n sus ¨²ltimas investigaciones en estos apasionantes campos. Se trata de la 37? Conferencia Internacional de F¨ªsica de Altas Energ¨ªas, ICHEP 2014, que se celebra del 2 al 9 de julio en esta capital.
Sabemos que nos estamos adentrando en un territorio nuevo, que estamos viendo lo que nunca nadie vio, que estamos dando pasos, m¨¢s grandes o m¨¢s peque?os, para conocer con precisi¨®n de qu¨¦ materia esta hecho todo, incluso el sue?o del conocimiento. Y aqu¨ª, en Valencia, esos investigadores intentan poner todo ello en com¨²n. Y, tambi¨¦n, sentar¨¢n las bases de hacia donde se dirigir¨¢n las miradas en los pr¨®ximos a?os, porque aqu¨ª, en esta reuni¨®n, se va a debatir c¨®mo ser¨¢n las m¨¢quinas del futuro, los grandes aceleradores por venir, de hasta 100 kil¨®metros de longitud. Es decir, aqu¨ª se dise?ar¨¢n las ventanas que determinar¨¢n el conocimiento en las pr¨®ximas d¨¦cadas.
Y, como es natural, hay quien se preguntar¨¢ que para qu¨¦ sirve todo esto. Hay muchas maneras de argumentar a favor de la inversi¨®n en ciencia ¨Cojo, inversi¨®n, no gasto- pero voy a citar aqu¨ª s¨®lo una, la que, en la inauguraci¨®n de este congreso trajo a colaci¨®n Adolfo de Azc¨¢rraga, presidente de la Real Sociedad Espa?ola de F¨ªsica. Seg¨²n un reciente estudio de la European Physical Society ¡°por cada euro invertido en la industria m¨¢s relacionada con la f¨ªsica se generan 2,4 euros en actividad econ¨®mica y por cada puesto de trabajo en el sector de la f¨ªsica se crean 2,8 empleos en los dem¨¢s sectores de la econom¨ªa¡±. Podr¨ªamos recordar tambi¨¦n la vieja an¨¦cdota de Faraday y el primer ministro Gladstone, en los albores de la electricidad: ¡°?para qu¨¦ sirve esto?¡± pregunt¨® el pol¨ªtico; ¡°ya ver¨¢ cuando su se?or¨ªa pueda gravarlo con impuestos¡± respondi¨® el f¨ªsico.
?Pero, como tambi¨¦n record¨® Azc¨¢rraga, ¡°m¨¢s all¨¢ de la importancia que la f¨ªsica tiene por s¨ª misma, realiza una importante contribuci¨®n al bienestar de la sociedad¡±. El mundo tal y como funciona hoy, cimentado sobre la electricidad de Faraday, basa buena parte de su comodidad en los hallazgos de la f¨ªsica, desde los tel¨¦fonos m¨®viles a los GPS, desde las neveras a los aviones. Y es preciso, adem¨¢s, poner ese conocimiento en com¨²n, en primer lugar porque la ciencia hoy es comunicaci¨®n o no existe, pero tambi¨¦n porque debe serlo no s¨®lo entre los cient¨ªficos sino entre los cient¨ªficos y la sociedad. Tal y como dijo Bertrand Russell: "la ignorancia total del mundo cient¨ªfico no es compatible con la supervivencia de la humanidad".
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