Decidir la sanidad que queremos
Los recortes en la sanidad p¨²blica generan negocio para el sector privado promovido por la propia Administraci¨®n
El nombramiento de Boi Ruiz, expresidente de la patronal Uni¨® Catalana d'Hospitals (UCH), como consejero de Salut de la Generalitat de Catalunya auguraba un per¨ªodo dif¨ªcil para la sanidad p¨²blica del pa¨ªs. En unos momentos de extremas dificultades, se confiaba el sistema a un detractor p¨²blico del Institut Catal¨¤ de la Salut (ICS). Sus declaraciones, nada m¨¢s aterrizar en el cargo, tildando la entidad de ¡°ineficiente¡± confirmaban los temores de los profesionales del sector.
La elecci¨®n de Josep Prat como presidente del ICS supuso un pelda?o m¨¢s hacia la desconfianza. La clara incompatibilidad de cargos y su oscura figura en lo que ya se conoce como caso Innova hac¨ªa saltar todas las alarmas respecto a los planes de futuro de la sanidad p¨²blica catalana. ¡°El ICS es una empresa grande, que no una gran empresa, ineficiente e ingobernable¡±. Esta afirmaci¨®n de Prat en el Colegio de M¨¦dicos dej¨® en evidencia que su principal objetivo era, si no destruir, al menos reducir el ICS hasta convertirlo en un proveedor de salud de m¨ªnimos, introduciendo como alternativa la sanidad privada.
Las evidencias de este objetivo estrat¨¦gico no tardaron en llegar. La filtraci¨®n de un informe encargado por Salut a la consultora PricewaterhouseCooper (PwC) sobre las f¨®rmulas de privatizaci¨®n de las empresas p¨²blicas y los consorcios abri¨® las puertas a la pol¨¦mica, a la vez que se iban conociendo las presuntas fechor¨ªas del ide¨®logo del plan, Josep Prat. El informe en cuesti¨®n aconsejaba desmembrar el ICS en m¨¢s de 20 empresas para, a continuaci¨®n, ofrecer a la iniciativa privada aquello que resultara m¨¢s rentable.
La detenci¨®n y la imputaci¨®n de Josep Prat por malversaci¨®n de fondos p¨²blicos no fren¨® los afanes privatizadores del gobierno de CiU. Sin embargo, el consejero aprendi¨® la lecci¨®n y planific¨® un proceso de desmantelamiento menos ruidoso pero que no se mueve un ¨¢pice de las directrices prefijadas. En 2012 se puso en marcha el proyecto CIMS en Girona, la uni¨®n entre el Institut d'Assist¨¨ncia Sanit¨¤ria (concertado) y el Hospital Josep Trueta (p¨²blico), mediante el cual se ha iniciado la derivaci¨®n de los pacientes hacia las cl¨ªnicas privadas de la provincia.
El proceso contin¨²a en Lleida con la creaci¨®n de un ente aglutinador de los dispositivos sanitarios p¨²blicos. Un ente que se crea desde el oscurantismo y en el que se est¨¢ estudiando ¡°c¨®mo garantizar que la sanidad sea siempre p¨²blica¡±, seg¨²n palabras del propio consejero. Y contin¨²a tambi¨¦n en Tarragona donde impera la opacidad y la desinformaci¨®n respecto a la reordenaci¨®n que all¨ª se proyecta.
Mientras, la estrategia consiste en descapitalizar la sanidad p¨²blica, reduciendo a?o tras a?o el presupuesto del ICS, lo que obliga a cerrar camas y quir¨®fanos y provoca el aumento de las listas de espera. Ante la incapacidad efectiva de los centros p¨²blicos, Salut env¨ªa a los pacientes, especialmente los que requieren intervenciones poco complejas, a la sanidad privada con ¨¢nimo de lucro.
Por mucho que las gerencias hospitalarias lo nieguen, el personal confirma que los pacientes del Hospital de Bellvitge se derivan a la Cl¨ªnica Plat¨®n y al Hospital del Sagrado Coraz¨®n, ambos privados. Y lo mismo ocurre en la mayor¨ªa de los centros de la red p¨²blica e incluso de la concertada. El recorte en la sanidad p¨²blica genera negocio a la privada promovido por la propia Administraci¨®n. El negocio perfecto: cero riesgos, todo beneficio.
Los m¨¦dicos j¨®venes han perdido gran parte de la ilusi¨®n de desarrollar su carrera en el ICS. La ausencia de oportunidades, las bajas remuneraciones, las contrataciones eventuales concatenadas y unas condiciones laborales muy por debajo de las del resto de proveedores sanitarios, provocan que muchos de estos profesionales opten por ejercer la medicina lejos de la sanidad p¨²blica, en un centro privado o en el extranjero. La p¨¦rdida de este capital humano ser¨¢ especialmente grave dentro de 10 a?os.
A pesar de los esfuerzos de los sindicatos y de las plataformas ciudadanas en defensa de la sanidad p¨²blica, con el apoyo de algunos partidos pol¨ªticos con representaci¨®n parlamentaria, el proceso de desmantelamiento del ICS sigue adelante. Aunque CiU gobierna en minor¨ªa, no se han negociado, debatido ni planteado alternativas a los ajustes sociales. Ahora, si no se pone remedio, se aprobar¨¢ la creaci¨®n del ente sanitario en Lleida que en la pr¨¢ctica representar¨¢ el inicio del fin del ICS y, lo que es m¨¢s grave, del control estricto por parte del Parlament de los recursos p¨²blicos destinados a la sanidad.
Nos encontramos ante la sustituci¨®n del actual modelo sanitario por otro modelo dise?ado e implementado sin el consenso pol¨ªtico, profesional y social que pide el cambio del engranaje que provee algo tan importante como el derecho a la salud. El Govern tiene la potestad de plantear un cambio de modelo y someterlo a debate, pero no puede imponerlo utilizando los instrumentos de la vieja pol¨ªtica. Tenemos derecho a decidir, tambi¨¦n, qu¨¦ sanidad queremos.
Teresa Fuentelsaz es vicepresidenta de Metges de Catalunya y delegada en el Hospital de Bellvitge.
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