Revuelta en el hospital de Bellvitge por el cierre de camas
Una decena de pacientes se atrincheran en Bellvitge para evitar la clausura de plantas El hospital acusa a los sindicatos de crear un ¡°conflicto artificial¡±
El conflicto por el cierre de camas en verano se enquista en el hospital de Bellvitge. Despu¨¦s de casi un mes de movilizaciones de usuarios y trabajadores contra los recortes en sanidad y el cierre estructural de plantas, los pacientes han tomado las riendas de la protesta y ya suman una decena los enfermos que se han atrincherado en sus habitaciones para evitar que se cierre la planta en la que est¨¢n ingresados.
El ejemplo de Dani Sierra, el joven de 18 a?os que se ha negado a abandonar el servicio de traumatolog¨ªa del piso 10 y permanece solo en la planta como medida de resistencia, tal y como avanz¨® EL PA?S, ha surtido efecto entre varios enfermos de otras ¨¢reas del centro. Pacientes del servicio de cirug¨ªa card¨ªaca en la planta 3, de la unidad de cirug¨ªa vascular del piso 9 y del ¨¢rea de cirug¨ªa digestiva de la planta 6 se han unido a la rebeli¨®n que inici¨® el joven hace unos d¨ªas. ¡°Yo estoy enfermo, no estoy para que me muevan a ning¨²n lado y menos para cerrar la planta. Yo no me muevo¡±, sentenci¨® ayer Ra¨²l Vega, desde la habitaci¨®n 628 de la planta 6, que tiene previsto cerrar el servicio de digestivo el pr¨®ximo fin de semana.
Seg¨²n la planificaci¨®n del verano, el hospital preve¨ªa cerrar hasta 200 camas en el mes de agosto. Sin embargo, la presi¨®n de pacientes, trabajadores y vecinos de L'Hospitalet de Llobregat, ha obligado a modificar las previsiones del centro: la direcci¨®n de Bellvitge ha confirmado que tres plantas que ya deber¨ªan estar clausuradas, todav¨ªa permanecen abiertas.
En la cama de al lado de Ra¨²l, Victoriano Cano, de 74 a?os, se recupera de su tercera intervenci¨®n de intestino en tres meses. ¡°Yo estoy dispuesto a decir que no me voy. Si siempre decimos que s¨ª a todo, como borreguitos, esto ser¨ªa un desastre¡±, explica el hombre. Tanto Victoriano como Raul lamentan que haya camas vac¨ªas teniendo a pacientes esperando en urgencias por una cama en planta. ¡°Cada vez hay menos camas y m¨¢s pacientes que atender. El otro d¨ªa estuve ocho horas en un pasillo en urgencias y esto no puede ser, la gente no puede esperar tanto¡±, apostilla Ra¨²l, que se ha quedado ingresado por una colitis ulcerosa. La semana pasada, Bellvitge vivi¨® varios d¨ªas de colapso en urgencias, acumulando hasta una treintena de personas en los boxes esperando a ser ingresados en una cama en planta.
Los enfermos tambi¨¦n han denunciado ¡°presiones¡± por parte de algunos profesionales para que abandonen sus habitaciones. Primero, hace dos semanas, la madre de un paciente de la planta 12, puso una reclamaci¨®n porque un m¨¦dico hab¨ªa amenazado a su hijo con ¡°no pasar a visitarlo¡± si se quedaba en la planta. El pasado viernes, Dani Sierra fue el siguiente en denunciar ¡°coacciones¡± por parte de algunas supervisoras de enfermer¨ªa que, seg¨²n relat¨® el joven, lo amenazaron con dejarle ¡°sin comida y sin atenci¨®n m¨¦dica¡± si no aceptaba el traslado a otra planta. Por su parte, el hospital, ha negado ¡°categ¨®ricamente¡± cualquier tipo de presi¨®n y ha asegurado que ¡°se respetar¨¢ la decisi¨®n de los pacientes y no se dejar¨¢ de atender a ning¨²n enfermo¡±, aunque se nieguen al traslado.
El director gerente del hospital, Alfredo Garc¨ªa, se?al¨® a los sindicatos como agitadores de la revuelta y los acus¨® de haber creado ¡°un conflicto bastante artificial¡± con el cierre de camas, ya que es una ¡°situaci¨®n habitual¡± de todos los veranos. ¡°Creo que se ha utilizado a los enfermos de manera poco correcta por parte de los sindicatos. Han secuestrado las emociones de los pacientes¡±, manifest¨® ayer Garc¨ªa.
¡°A m¨ª nadie me ha comido el coco. Yo no pertenezco a ning¨²n sindicato ni a ninguna organizaci¨®n, pero no soy tonto, leo el peri¨®dico y me entero de lo que pasa¡±, protestaba ayer Ra¨²l Vega. Los dos atrincherados de la habitaci¨®n 628 han asegurado que cuentan con el apoyo de sus familiares y amigos en su decisi¨®n de mostrar resistencia pac¨ªfica al cierre de camas: ¡°Es algo l¨®gico. Quieren dejar Bellvitge vac¨ªo¡±, apostilla Victoriano.
Con todo, el director gerente de Bellvitge asegur¨® que, a pesar de todo, la planificaci¨®n de verano prevista ¡°sigue adelante¡± e insisti¨® en que se trata de un calendario flexible. ¡°Por la presi¨®n de urgencias, hemos abierto la planta 11, para descongestionar los servicios¡±, asegur¨® Garc¨ªa.
Desde su cama de la habitaci¨®n 628, Ra¨²l Vega entona el mea culpa. ¡°No s¨¦ c¨®mo hemos llegado a esto, pero s¨ª es cierto que hemos dejado muy sola a la gente de la sanidad¡±, reconoce. El paciente recuerda cuando los trabajadores de Bellvitge cortaban la Gran V¨ªa, una de las arterias que comunica la entrada de Barcelona, todas las semanas para protestar contra los recortes. ¡°Pensabas que eran porque reclamaban mejoras salariales y no te met¨ªas. Los hemos dejado solos cuando estaban pidiendo algo que es para todos¡±, asegura.
Aparte de sindicatos y pacientes, los vecinos de L'Hospitalet son la tercera arista del tri¨¢ngulo de rebeli¨®n que envuelve Bellvitge. Organizados v¨ªa whatsapp y twitter, se turnan para dar apoyo a los enfermos atrincherados e informar a los pacientes de sus derechos a no cambiarse de habitaci¨®n o a cubrir hojas de reclamaciones.
As¨ª se enter¨® Dolores Saus¨ª, de 65 a?os, de que el traslado de habitaci¨®n del que le hab¨ªan informado era para cerrar la planta 3, en la que est¨¢ ingresada tras una operaci¨®n de v¨¢lvula a¨®rtica. ¡°Al principio dije que s¨ª, porque no sab¨ªa por qu¨¦ me quer¨ªan cambiar a la planta de arriba. Pero cuando los vecinos me dijeron que era para cerrar la planta, me negu¨¦¡±, asegura la mujer. Convencida y combativa, concluye: ¡°Yo tambi¨¦n soy una resistente. Voy a aguantar aqu¨ª hasta que me den el alta¡±.
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