El mito de Ibiza y otras mujeres
La isla goza y est¨¢ sometida a la vor¨¢gine del ¨¦xito sustentado en la dispersi¨®n de su marca y en el deseo que motiva
Ibiza goza y est¨¢ sometida a la vor¨¢gine del ¨¦xito sustentado en la dispersi¨®n de su marca global y en el deseo que motiva. En 14 semanas ocurre un negocio para un a?o y la masa ocupante protagoniza y contempla el exceso. Cada verano se alimenta del t¨®pico y de la frivolidad de vips en exhibici¨®n.
Es la inercia de la fama lo que triunfa, una realidad ocasional que pone en riesgo la capacidad de carga de la isla, su mar y playas. Las infraestructuras y los recursos est¨¢n al borde de la saturaci¨®n con tantos cuerpos y bocas.
Deslumbra y ofende el hiperlujo de idolatr¨ªa de jeques y rusos. Ese turismo multiplica su proyecci¨®n por el elitismo y sus precios vetados a las inmensas mayor¨ªas. Las gentes ¡ªy los medios¡ª miran, comentan y se excitan con facturas prohibitivas y contribuyen a multiplicar el eco del fen¨®meno.
Todo tuvo un inicio. El mito de Ibiza como isla de la libertad y del placer se configur¨® ¡ªparad¨®jicamente¡ª durante la dictadura de Franco, en especial por el paso de los hippies, a finales de los 60, que cuestionaron la moral franquista. El escenario estaba creado pero el argumento ya hab¨ªa sido esbozado en los a?os de la Rep¨²blica por los intelectuales que huyeron all¨ª de los nazis y Hitler, y despu¨¦s de Franco.
Walter Benjam¨ªn dej¨® preciosos apuntes desde Ibiza y los arquitectos catalanes del GATCPAC auparon, tambi¨¦n, aquel destino ins¨®lito. Era el Sur, barato y primitivo, casi africano, de casas sin firma, acordes a los h¨¢bitos y estatura de los nativos, peque?os, austeros que cantaban con voz tel¨²rica.
Rosa Rodr¨ªguez Branchat, historiadora, traba y razona eso en La construcci¨®n d¡¯un mite. Cultura i franquisme a Eivissa 1936-1975 (Afers). El vigor de Ibiza apareci¨® siendo ¡°una oferta tur¨ªstica de claras connotaciones hedonistas¡±. El rastreo documental de la autora no entorpece el discurso de la investigaci¨®n.
Deslumbra y ofende el h¨ªperlujo de idolatr¨ªa de jeques y rusos
El papel sostiene letras implacables. Hace cincuenta a?os, un cronista de verano peninsular en La Vanguardia habl¨® del ¡°pululante cosmopolitismo¡± de Ibiza, peque?a isla con nombre de mujer y diosas de barro bajo tierra.
En otra isla, Mallorca, otra mujer, Josefa Garc¨ªa Mart¨ªnez ¡ªque vivi¨® 90 a?os y muri¨® en 1993¡ª antes de irse escribi¨® una memoria sumaria, cotidiana y concreta, de su vida durante un episodio hist¨®rico, tr¨¢gico. Detalla los hechos que vivieron tras el golpe de Franco, su marido (el profesor Juan Pla) preso y depurado y ella misma expulsada de su plaza en la escuela rural. Dos casos entre los miles dibujados en Do?a Pepita. Memorias de una maestra represaliada en Felanitx durante la Guerra Civil (Ll. Muntaner).
Es una memoria femenina, n¨ªtida, con protagonistas vecinales y apuntes de alta pol¨ªtica, sin heroicidades. Do?a Pepita ¡ªla madre del periodista Joan Pla, autor de un texto que completa el libro¡ª detalla lo qu¨¦ pas¨® el 36 en un pueblo, como cambi¨® el poder en isla y naci¨® con la represi¨®n otra sociedad, a partir de la alianza de curas, militares y fascistas m¨¢s derechistas.
La vida de Bunyola, otra isla, entre monta?as, la tejieron en el anonimato sus mujeres, igual que en todas partes. La estructura matriarcal parece subterr¨¢nea en otro relato de otra maestra, la contempor¨¢nea B¨¤rbara Suau Font que publica Elles tamb¨¦ hi eren. Dones de Bunyola (JJ Ola?eta Ed.), en la colecci¨®n que dirige de Aina Pascual. El pr¨®logo es de Ant¨°nia Morey.
Elles... es un mosaico local y universal: personajes con sus historias individuales que documentan aventuras, explotaci¨®n y alg¨²n milagro econ¨®mico. Aparecen jornaleras, recolectoras esclavizadas en el siglo XX, mayoralas, fabricantas (obreras textiles), bordadoras, cocineras, pol¨ªticas rebeldes, resistentes, pioneras inmigrantes.
Entre muchas biograf¨ªas y contextos, tambi¨¦n se encuentra la hornera Fillola que amasaba pan para Joan Mir¨® quien esperaba curioso entre el obrador y la boca del horno. Las recogedoras de olivas ¡ªy sus ni?os¡ª dejaron su salud viviendo agachadas, subsidiarias, en grandes fincas se?oriales.
De mujeres esp¨ªas y de la vida, del desembarco de Bayo y los republicanos de Bayo, militares con mala conciencia y extratipos locales y en la emigraci¨®n, m¨¢s submarinos y bastante m¨²sica va El blues d¡¯en Maceo (El Gall Ed.). Es la nueva novela, ambiciosa, de Sebasti¨¤ Manresa que ha manejado testimonios in¨¦ditos de personajes clave en la t¨¢ctica e inteligencia sobre el desembarco del 36 en el Port de Manacor.
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