Bibliotecarios e IU lanzan campa?as contra el canon por el pr¨¦stamo de libros

Adem¨¢s de hacer malabares con un presupuesto ajustado por la crisis para mantener sus estanter¨ªas actualizadas, las bibliotecas p¨²blicas tendr¨¢n tambi¨¦n que pagar por prestar libros. El canon, aprobado por el Gobierno central, sigue sumando detractores. IU anunci¨® ayer una campa?a de recogida de firmas y presentaci¨®n de mociones en los Ayuntamientos de la regi¨®n contra la medida, que obliga a las bibliotecas p¨²blicas a compensar a los autores por el pr¨¦stamo de sus obras. La asociaci¨®n que agrupa a los bibliotecarios de Madrid y ANABAD, la federaci¨®n nacional de bibliotecarios, tambi¨¦n la rechazan.

El gravamen, en vigor desde el pasado 2 de agosto, afecta a las bibliotecas p¨²blicas en los municipios de m¨¢s de 5.000 habitantes, casi la mitad de los que hay en la regi¨®n. IU asegura que perjudica, sobre todo, a las que dependen de los Ayuntamientos. "Puede poner en peligro su sostenibilidad", advierte Jes¨²s Saiz, coordinador de IU en Parla, el grupo impulsor de la campa?a, que la federaci¨®n del partido en Madrid va a hacer extensiva al resto de municipios de la Comunidad.

"Ya no ser¨¢ pr¨¦stamo, sino alquiler. Como un videoclub, pero con libros", apunta Jos¨¦ Alberto Albarrac¨ªn, presidente de la Asociaci¨®n Profesional de Archiveros, Bibliotecarios y Documentalistas de Madrid. El canon se calcula seg¨²n el n¨²mero de libros prestados en un a?o y la cantidad de usuarios activos. Su objetivo es, dice la norma, "remunerar" a los autores por el pr¨¦stamo de sus obras, por lo que no tiene en cuenta la consulta in situ de ejemplares o el intercambio de libros entre bibliotecas. Afecta tambi¨¦n a museos, hemerotecas o filmotecas, siempre que sean p¨²blicos, aunque deja fuera a los centros docentes. La norma, exigencia de la UE, no aclara qui¨¦n recibir¨¢ el dinero, sino que solo hace referencia a una entidad de gesti¨®n de los derechos de autor, como la SGAE en el mundo de la m¨²sica."Ser¨ªa m¨¢s adecuado utilizar un mecanismo sujeto a un mayor control p¨²blico", critica Saiz.

El Ministerio de Cultura asegur¨® en un comunicado que "en ning¨²n caso" el canon afectaba a los usuarios, pues son los titulares de cada biblioteca quienes tienen la obligaci¨®n de pagarlo. Pero los detractores de la norma afirman que, con los presupuestos mermados por la crisis, el canon puede ser el toque de gracia para las bibliotecas, especialmente las municipales, que representan el 96% de la red, seg¨²n IU. "Se deteriora el servicio y se dificulta el acceso a la cultura de aquellos con menos poder adquisitivo que, para leer un libro, solo tienen la opci¨®n de las bibliotecas", se?ala Saiz.

"Casi no hay dinero para reponer libros o comprar nuevos t¨ªtulos. Adem¨¢s, dudo de la compensaci¨®n que se pueda hacer a los autores porque muchas veces las bibliotecas funcionan como una fuente gratuita de promoci¨®n", se?ala Albarrac¨ªn. Su asociaci¨®n publicar¨¢ en los pr¨®ximos d¨ªas un comunicado de rechazo. Existe adem¨¢s la plataforma No al pr¨¦stamo de pago, puesta en marcha por la marea amarilla, que defiende las bibliotecas p¨²blicas.