El ¡®homo tecnologicus¡¯

Hace unos pocos d¨ªas, en un suplemento de este mismo diario y con este mismo t¨ªtulo, le¨ªa un interesante debate sobre c¨®mo el uso creciente de la tecnolog¨ªa impacta en las costumbres y en las habilidades humanas. Se complementaban, o si se quiere se enfrentaban intelectualmente, dos conocidos especialistas con dos visiones distintas: Nicholas Carr, expresando ciertas alarmas, y Enrique Dans con una posici¨®n mucho m¨¢s positiva. No voy a entrar en el debate, pero me gustar¨ªa aportar algunas reflexiones muy b¨¢sicas para entender el papel de la tecnolog¨ªa en la evoluci¨®n de las sociedades humanas.

1. Instrumento esencial. La tecnolog¨ªa, desde el hacha o la rueda a los LED o los drones, ha sido el elemento clave en el progreso individual y colectivo de la especie. El homo sapiens ha tenido en la inteligencia y en los conocimientos su rasgo diferencial respecto a otras especies. Pero si estos conocimientos no se hubieran transformado en elementos ¨²tiles (esto es lo que ha hecho la tecnolog¨ªa) nunca hubiera tenido la capacidad que ha tenido. Por ello podemos simbolizar nuestra especie con un cerebro y una mano. En la historia de la evoluci¨®n se produce un gran cambio: los otros animales se adaptan al entorno para sobrevivir; el hombre modifica el entorno a su conveniencia, para utilizarlo en su provecho y para evitar sus agresiones. Hablar del homo tecnologicus no es pues una frivolidad ni una moda, sino una visi¨®n, parcial pero importante, de nuestra naturaleza.

Una visi¨®n m¨¢s reciente: los niveles de actividad, producci¨®n, renta y bienestar que crecieron lentamente durante siglos y siglos, se han disparado espectacularmente en los ¨²ltimos doscientos a?os, es decir a partir de la revoluci¨®n cient¨ªfico-tecnol¨®gica. As¨ª pues, la tecnolog¨ªa es un elemento esencial de la evoluci¨®n de la especie, y seguramente de su futuro. Merece pues mucha atenci¨®n.

2. Tecnolog¨ªa, finalidades y habilidades. Se dice que el uso intensivo de tecnolog¨ªa produce a menudo un deterioro de nuestras capacidades personales. (El corrector autom¨¢tico disminuye nuestros conocimientos ling¨¹¨ªsticos; la calculadora nos ahorra saber matem¨¢ticas; el GPS nos convierte en conductores menos h¨¢biles¡­) Tambi¨¦n se dice que produce una dependencia excesiva de la tecnolog¨ªa. (Algunos son incapaces de vivir sin estar conectados a trav¨¦s de un m¨®vil o una tableta¡­)

Disponer de herramientas tecnol¨®gicas que nos permitan aumentar nuestras capacidades es algo bueno que aumenta nuestra libertad y nuestras potencialidades

Ambas cosas son reales y peligrosas, pero ?significa esto que la tecnolog¨ªa nos haga menos inteligentes y menos libres? Al contrario. Disponer de herramientas tecnol¨®gicas que nos permitan aumentar nuestras capacidades, llegar a donde no pod¨ªamos llegar, liberarnos de seg¨²n qu¨¦ trabajos duros o peligrosos o incrementar nuestros niveles de bienestar material, es algo bueno, que aumenta nuestra libertad y nuestras potencialidades. El problema empieza cuando se olvida que la tecnolog¨ªa es una herramienta creada por las personas para ponerse al servicio de sus finalidades, y se convierte en una finalidad en s¨ª misma. ?ste es un peligro real. Pero no es culpa de la tecnolog¨ªa. Es culpa de aquellos que la utilizan irreflexivamente, de aquellos que la utilizan para fines desechables, y de aquellos que por razones de negocio, la promocionan sin considerar sus peligros.

Es importante no olvidar que no todo lo que es posible es bueno. La tecnolog¨ªa aumenta enormemente la lista de cosas que son posibles, pero muchas de ellas son buenas y l¨ªcitas, y otras no. Un buen cuchillo puede servir para mejorar el corte de un buen Jabugo, y tambi¨¦n para apu?alar peatones por las calles de Lleida. Nadie piensa que haya que eliminar los cuchillos, pero s¨ª que hay que establecer para qu¨¦ no se pueden usar¡­

Creo que hay que prever y aceptar sin reticencias que el ser humano va a utilizar en los pr¨®ximos tiempos una enorme cantidad de herramientas externas que le ayudar¨¢n en su actividad, y seguramente tambi¨¦n otras internas (pr¨®tesis), no s¨®lo para reparar sus ¨®rganos sino tambi¨¦n para ampliar su capacidad. Este futuro necesitar¨¢ mucha m¨¢s reflexi¨®n ¨¦tica, mucha m¨¢s educaci¨®n adaptada a las nuevas necesidades y a las nuevas circunstancias de las personas, y mucha m¨¢s regulaci¨®n, democr¨¢tica pero eficaz, respecto de los usos personales y colectivos.

3. Tecnolog¨ªa y evoluci¨®n. Hay un aspecto que no he visto en el debate, pero que creo que es uno de los m¨¢s importantes: ?el incremento extraordinario de conocimientos por parte de la raza humana puede cambiar de alguna forma el sentido de la evoluci¨®n? El proceso evolutivo de las especies ha obedecido a un mecanismo de azar (las mutaciones espont¨¢neas del genoma) y selecci¨®n (la supervivencia de los mejor adaptados). En el momento en el que aparezca una especie que es capaz de comprender y de poder modificar tecnol¨®gicamente el c¨®digo gen¨¦tico, ?ser¨¢ capaz de suprimir el azar, orientar voluntariamente su direcci¨®n, o detenerla? ?Se convertir¨¢, en este aspecto, la especie homo en la etapa final de la evoluci¨®n?

Este es un tema m¨¢s profundo para otra ocasi¨®n.

Joan Maj¨® es ex ministro de Industria