A la belleza por el camino del error
El m¨²sico Javier Corcobado act¨²a en Madrid despu¨¦s de cuatro a?os Presenta un nuevo fragmento de su ¡®Canci¨®n de amor de un d¨ªa¡¯
Vive Javier Corcobado en un peque?o pueblo de Vizcaya, cerca de Gernika, con su mujer y su hija de seis a?os. ¡°Llevo las cuentas de mis mudanzas. Han sido 29 a lo largo de toda mi vida. Ya no pienso hacer m¨¢s¡±, afirma con una certeza admirable en alguien que arrastra 51 a?os de existencia errante.
M¨¦xico, Almer¨ªa, Galicia, Bilbao¡ y por supuesto Madrid en la que creci¨®. Corcobado es hijo de la inmigraci¨®n y naci¨® en Francfort, pero su vida es inseparable de la capital. En determinados ambientes todo el mundo parece conocerle y atesorar una historia sobre ¨¦l. Casi todas se podr¨ªan resumir en una l¨ªnea: Esta ciudad le cre¨® como artista y casi le destruy¨® como persona. ¡°No voy a volver a vivir aqu¨ª. Lo tengo muy claro. Vengo mucho porque tengo familia, y amigos, pero no a vivir¡±, dice paseando por la calle Fuencarral. ¡°Lo decid¨ª en 1999¡±.
Ese fue el a?o en el que asegura que toc¨® fondo. Acababa de editar un fallido disco en solitario, Corcobator, y desapareci¨®. ¡°Es el final de dos d¨¦cadas de grabar y hacer giras todos los a?os. Estaba enfermo, la grabaci¨®n fue un desastre y necesit¨¦ a?os para desprenderme de la m¨²sica¡±. Hoy tiene buen aspecto y est¨¢ en sus propias palabras, ¡°feliz¡±. ¡°Hace tiempo que lo estoy y lo digo sin problema, aunque cause el asombro de quien me rodea¡±.
Es consciente de su leyenda. En la lista de prometedores cantantes del rock espa?ol de los ochenta, Corcobado, aquella bestia parda que lideraba Mar Otra Vez, era una de las que menos boletos hab¨ªa comprado para ser un cincuent¨®n feliz. Mas bien todo lo contrario, se le pronosticaba un final tr¨¢gico, digno de un estilo de vida autodestructivo. ¡°Nunca dise?¨¦ mi personaje. Pero s¨ª es cierto que a veces yo mismo dec¨ªa: ¡®Joder este Corcobado ?Por qu¨¦ se comporta as¨ª?¡¯ ?ramos muy salvajes, ten¨ªamos toda la fuerza de la juventud y toneladas de ideas que sal¨ªan a borbotones. Me vinieron muy bien los cuarenta porque fueron huyendo pasiones que me quitaban fuerza y salud. Y los cincuenta van mejor. Tengo previsi¨®n de vivir cien a?os¡±.
Es un artista extremo. Incluso en su faceta de crooner sus canciones no cumplen con la regla de tres minutos que se le exige a aquellos que quieren labrarse una carrera exitosa. Le gusta retar al oyente, pidi¨¦ndole que se enfrente a lo inquietante. ¡°Me gusta que incomode lo bastante como para que lo vuelvas a escuchar. Lo que al principio es ruido con el tiempo se vuelve mel¨®dico¡±. Con tales presupuestos, el producto final no siempre acierta. ¡°La clave de la creaci¨®n est¨¢ en el error. Es algo que la providencia te trae y hay que saber repetirlo para poder crear algo nuevo. Trabajando el error consigues mucha belleza y cosas nuevas. La contumacia es importante, hay que insistir en el error¡±.
Dentro de esta contumacia se enmarca su proyecto actual, Canci¨®n de amor de un d¨ªa. Se trata de grabar ¡ª¨¦l o artistas que ha invitado¡ª fragmentos de una ¨²nica pieza que una vez finalizada tendr¨¢ una longitud total de 24 horas y ser¨¢ acompa?ada por obras visuales. ¡°Para resumir, hay 18 horas terminadas. La fase de audio tiene que estar acabada a principios de 2015. Vamos por buen camino, a pesar de que durante 2014 todo se ralentiz¨® por falta de fondos¡±.
Llevo 29 mudanzas a lo largo de mi vida. No pienso hacer m¨¢s
Es un proyecto tan largo que entre los colaboradores ha habido bajas. Grupos como los madrile?os L¨¹ger, ya disueltos. O tragedias como la del navarro Josetxo Ezponda, falleci¨® en 2013. ¡°Cierto. Van pasando los a?os, y cambiando las vidas. Tambi¨¦n van naciendo muchos ni?os, todo hay que decirlo. Yo empec¨¦ en 2004, pero desde 2011 hay un trabajo intenso,de involucrar a artistas de todo tipo¡±.
Estos d¨ªas se edita un vinilo con uno de los fragmentos, Los estertores de la democracia. Ser¨¢ el nucleo de su primer concierto en Madrid en cuatro a?os. Ser¨¢ ma?ana en la sala Paddock. Aunque la segunda parte del directo la compondr¨¢n temas de toda su carrera, incluido de su grupo m¨¢s m¨ªtico, Mar Otra Vez.
Comprendidos a medias en los ochenta, todo indica que 2015 ser¨¢ el a?o de su rehabilitaci¨®n definitiva: Corcobado habla de una m¨¢s que posible gira de reuni¨®n con el grupo original, coincidiendo con la reedici¨®n de su primer disco, que cumple 30 a?os. Le acompa?ar¨¢ un dvd con uno de sus incendiarios directos, registrado en 1984. ¡°Lo vi ayer¡±, dice Juli¨¢n Sanz, el otro fundador, ahora parte de la banda que acompa?a a Corcobado. ¡°Casi quemamos Rock-ola. Nos dijeron que no volver¨ªamos a tocar all¨ª. Pero volvimos¡±.
Y se planea un ¨¢lbum homenaje en el que nuevos grupos reinterpretan sus canciones. ¡°Me est¨¢ sentando bien reencontrarme con el pasado. Yo era muy reacio. Pero la vida es un c¨ªrculo enorme que parece una l¨ªnea recta¡±.
Javier Corcobado. Viernes 10 de octubre. Sala Paddock (Paseo de recoletos, 16). 18 euros en taquilla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.