¡°Est¨¢ fallando la rehabilitaci¨®n del maltratador¡±
"De las 10 fallecidas este a?o en Andaluc¨ªa, solo dos hab¨ªan denunciado¡±, asegura la fiscal
Defensora de la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero, que cumple 10 a?os, Flor de Torres (Almer¨ªa, 1961) aboga por que la reeducaci¨®n de los maltratadores sea eficaz. La fiscal de Violencia sobre la Mujer en Andaluc¨ªa propone tambi¨¦n que los menores sean visibles como v¨ªctimas.
Pregunta. ?Hay una explicaci¨®n al repunte de casos?
Respuesta. Tenemos que hacer una visi¨®n global y completa de lo que ha sido la ley integral. Establecer estad¨ªsticas a corto plazo tal vez pueda distorsionar eso. La OMS dice en un informe de 2013 que de cada 10 asesinatos en el mundo, cuatro van a ser a mujeres por raz¨®n de g¨¦nero. Es un problema mundial. Hay que analizar con serenidad y observar que existen feminicidios, pero tambi¨¦n much¨ªsimas mujeres que afrontan el proceso y acceden a una vida en libertad.
P. El Gobierno plantea revisar la ley. ?Le parece oportuno?
R. Soy partidaria de dejar las leyes un tiempo para que nos den una perspectiva, y puede que 10 a?os nos la pueda dar, pero la considero en todo punto beneficiosa. Tal vez el ¨²nico punto procesal en el que se nos escapa la ley no depende de ella, sino del art¨ªculo trasnochado 416 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LEC), que permite a las v¨ªctimas no declarar contra el maltratador si es pareja o expareja. Esto conlleva la absoluci¨®n de numerosos procedimientos. Eso tendr¨ªa que ser objeto de reflexi¨®n. Hay que dejar la totalidad de la ley integral porque apuesta por la educaci¨®n.
P. ?D¨®nde hay que avanzar?
R. La denuncia sigue siendo el ¨²nico camino para obtener una respuesta eficaz. En Andaluc¨ªa, de las 10 fallecidas este a?o, solo dos hab¨ªan denunciado. La proporci¨®n es similar en el resto de Espa?a. Tenemos que poner el foco en prevenir los asesinatos y, sobre todo, aquellos en los que exist¨ªa denuncia, ver qu¨¦ ha fallado en la cobertura de la v¨ªctima. Muchos de los asesinos maltratadores est¨¢n volviendo a los ¨®rganos judiciales con antecedentes. Es decir, algunos de los que han cometido estos asesinatos ya ten¨ªan antecedentes por violencia de g¨¦nero con esta o anteriores parejas. La ¨²nica autocr¨ªtica a la ley, pero que no depende de ella, es que est¨¢ fallando mucho la rehabilitaci¨®n del maltratador. Es una asignatura pendiente. No obedece al fallo del sistema judicial o de la ley, sino a otras motivaciones m¨¢s profundas que se me escapan, pertenecen al ¨¢mbito de la educaci¨®n, de la psicolog¨ªa. Tenemos que poner el ¨¦nfasis en que un maltratador no solo cumpla los cursos de reeducaci¨®n y rehabilitaci¨®n, sino que estos sean efectivos. Se est¨¢ demostrando que se cumplen para obtener beneficios penitenciarios, no porque realmente se quiera un cambio interno.
P. Apuesta por que los menores sean tratados como v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero.
R. Est¨¢ cient¨ªficamente demostrado que un menor expuesto a la violencia de g¨¦nero la va a sufrir de forma directa, con consecuencias f¨ªsicas y ps¨ªquicas. Ya se ha empezado a contabilizar a los ni?os como v¨ªctimas directas y hay que seguir profundizando en eso. He hecho una serie de propuestas en la l¨ªnea de darle independencia procesal de la madre. Es decir, que si la madre quiere o no quiere hacer ejercicio del art¨ªculo 416, no vincule a los menores porque necesitan una protecci¨®n procesal especial. Hay que traerlos al proceso con nombres y apellidos. Si no visibilizamos que hay unos ni?os, el asunto se archiva. Pero si visualizamos que hay una v¨ªctima madre y una v¨ªctima hijo, y se oye a ambos, podemos darle una independencia al menor. Y el ministerio fiscal estar¨ªa obligado a tutelar sus intereses.
P. ?Eso podr¨ªa sostener el proceso aunque la madre no declare?
R. Por supuesto. Ser¨ªa una prueba m¨¢s.
P. ?Los medios informan bien de estos casos?
R. Creo que se sigue incidiendo mucho en la casu¨ªstica, en la informaci¨®n del vecindario, de que si el maltratador era una persona normal. No son testigos porque no han estado en el lugar de los hechos, ni en su casa, ni en su dormitorio. Echo de menos tambi¨¦n un seguimiento a los casos judiciales. Seguimos siendo noticia cuando somos asesinadas, pero no cuando se atraviesa el camino judicial o se condena. No me gusta tampoco que asesinatos de mujeres est¨¦n en la cr¨®nica social al lado de los deportes, tienen que seguir siendo noticia de portada.
P. En la ¨²ltima memoria de la fiscal¨ªa se habla de una bolsa oculta de impunidad de malos tratos a personas mayores.
R. Los delitos de maltrato a personas mayores llevan aparejados componentes de g¨¦nero. Normalmente son mujeres y coexisten, en muchos de los casos, problemas sociales e incluso psicol¨®gicos. Por ejemplo, una familia con un hijo esquizofr¨¦nico donde la cuidadora y quien recibe esa violencia de g¨¦nero es la madre. O elementos multiplicadores, donde una mujer es maltratada por la pareja y los hijos.
P. ?Es m¨¢s complicado denunciar?
R. La v¨ªctima est¨¢ sometida al secuestro emocional del maltratador, incluso econ¨®mico, y no denuncia casi nunca. Nos llegan a trav¨¦s de otros circuitos de informaci¨®n. Una de las fuentes es el Tel¨¦fono de Informaci¨®n al Mayor. Se han articulado protocolos, que solo se est¨¢n dando en Andaluc¨ªa, para la derivaci¨®n de casos. El problema es que vuelve a coexistir el art¨ªculo 416 de la LEC y cuando investigamos, la v¨ªctima normalmente no quiere denunciar al marido, al hijo o a las personas que ejercen esa violencia. Esos maltratadores tambi¨¦n son a veces las personas que, sin tener ning¨²n tipo de capacitaci¨®n sanitaria o asistencial, asumen el cuidado de estas personas y se quedan con sus pagas.
P. ?Hay alguna manera de actuar?
R. Aqu¨ª se mezcla la normativa de la ley de Dependencia. Ser¨ªa necesario que el ministerio fiscal o los servicios sociales pudieran instar el inicio del procedimiento para reconocer esa dependencia y acceder a la prestaci¨®n. Solo la puede pedir la v¨ªctima, pero si es incapaz o est¨¢ emocionalmente secuestrada, no lo va a solicitar nunca. Hay un vac¨ªo que puede perpetuar estas situaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.