Vivir al l¨ªmite por un recorte ilegal
Compradores de pisos protegidos relatan la asfixia econ¨®mica en la que se encuentran tras retirarles Fomento la ayuda para la hipoteca Varias sentencias han anulado la supresi¨®n
A los cientos de familias gallegas con rentas bajas afectadas por la supresi¨®n de las ayudas para el pago de hipotecas de pisos de protecci¨®n oficial, 300.000 en todo el Estado, una sentencia les ha devuelto la tranquilidad. Llevan dos a?os asfixiados tras el tijeretazo del Gobierno central que, en 2012 e indiscriminadamente, retir¨® estos subsidios mensuales y que fueron imprescindibles para aventurarse en la compra. Tras los numerosos fallos judiciales que est¨¢n tumbando la cancelaci¨®n de las ayudas anteriores al plan de 2009 a 2012, el Ministerio de Fomento ha rectificado, pero aquella decisi¨®n ha multiplicado sus problemas. Y los afectados exigen responsabilidades.
En el barrio vigu¨¦s de Navia hay unas 600 familias salpicadas. Ara es pensionista. Ya lo era cuando compr¨® su casa, pero ahora tiene un hijo y el recorte ilegal ha colocado a su familia al l¨ªmite, ya que con unos ingresos mensuales de 400 euros y una hipoteca de 440, no llega ni para encender la cocina. ¡°La ayuda fue determinante ya que sin ella no hubiese comprado nada. Ahora tenemos que ir a comer con los abuelos porque no alcanza¡±, explica. A Bego?a tampoco le salen las cuentas: ¡°La subsidiaci¨®n nos ayuda, pero sobre todo nos desahoga¡±. Tras a?os sin trabajo alguno y sobre todo desde que el Gobierno les apison¨® con esa decisi¨®n, hay jornadas negras: ¡°En mi d¨ªa a d¨ªa, a veces, no me llega el dinero y 80 euros serv¨ªan para hacer la compra¡±.
La vida de Javier ha cambiado dr¨¢sticamente desde que obtuvo la ayuda. ¡°Cuando la solicitas tienes derechos y obligaciones. Cinco a?os despu¨¦s, yo a¨²n cumplo mi parte y fue la Administraci¨®n la que rompi¨® unilateralmente nuestro contrato¡±, asegura. Y es que ¨¦l, que obtiene ingresos de sus colaboraciones con una empresa, materializ¨® la solicitud sin familia, pero ahora tiene dos hijos. A Tita la salvan sus allegados: ¡°Tengo una madre que se desvive por ayudarme¡±. Divorciada y con un hijo, relata que, desde que se esfum¨® el dinero del subsidio, no saldr¨ªa adelante sin sus padres. La decisi¨®n del ministerio ha disparado la solidaridad familiar. Martina, que recib¨ªa 150 euros p¨²blicos mensuales, compr¨® el piso en solitario. Ahora, casada y sin trabajo, sale adelante porque su actual marido paga la hipoteca de una vivienda que no es suya.
Ana, la portavoz de la plataforma viguesa de afectados, tiene dos hijos y cuenta los d¨ªas que le quedan para que sus ingresos se vuelvan a cero. ¡°Tras dos a?os en paro se me acaba la prestaci¨®n y no s¨¦ muy bien qu¨¦ voy a hacer. Supongo que tirar¨¦ de la familia¡±. Si las ayudas no vuelven con celeridad, la cuesta arriba de todos ellos ser¨¢ mucho m¨¢s pronunciada. En casa de Sandra ni encienden la calefacci¨®n ni utilizan agua caliente para fregar la loza. Su plan de ahorro incluso incluye una peque?a huerta que hace menguar el carrito de la compra. En los ¨²ltimos a?os solo ha trabajado ocasionalmente y su pareja, a la que conoci¨® tras adquirir la vivienda, est¨¢ ayudando a pagar. ¡°El problema no es solo que nos quiten las ayudas, sino que todo se ha puesto por las nubes y una se hubiera planteado la vida de otra forma si no tuviera la certeza de que iban a mantener ese porcentaje subvencionado¡±, asegura.
Algunas de las familias incluso soportan una doble carga: pagan dos hipotecas porque cuando compraron tuvieron que solicitar dinero para la entrada que les reclam¨® la promotora. Hay otros casos extremos que prefieren mantener el anonimato, ya que se han visto envueltos en una feroz espiral financiera. Algunos de los afectados tuvieron que solicitar otros cr¨¦ditos para poder sufragar el porcentaje de la hipoteca que, ilegalmente, Fomento dej¨® de abonar. Ahora y a pesar de sus bajos ingresos, tienen una doble carga en la que tambi¨¦n deben afrontar los intereses del pr¨¦stamo y que la Administraci¨®n p¨²blica no devolver¨¢, salvo orden judicial que ordene lo contrario.
Tras dos a?os con el agua al cuello y con sentencias que los llenan de razones, exigen cobrar inmediatamente el dinero atrasado y volver a recibir mensualmente el que les corresponde por ley. Adem¨¢s quieren reunirse con la ministra. Pero sobre todo exigen responsabilidades. ¡°Ya que nadie se disculp¨® por esa decisi¨®n, que al menos reparen el da?o econ¨®mico. El gasto en abogados nos lo vamos a comer porque no condenaron en costas, pero meditamos reclamar responsabilidad patrimonial por obligarnos a acudir a los juzgados con los gastos que conlleva y que nos suponen un gran esfuerzo¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.