La fijaci¨®n de Luis Gordillo

A los 80 a?os, cualquiera pensar¨ªa que Luis Gordillo est¨¢ de vuelta de todo y trabaja encerrado en una burbuja, sin necesidad del resto del mundo. Nada m¨¢s alejado de la realidad, el padre del pop-art en Espa?a y referente de varias generaciones de creadores es una esponja que lo absorbe todo y lo traduce a su propio lenguaje. Gordillo no ha perdido ni un ¨¢pice de la curiosidad que le ha transformado en uno de los mejores artistas espa?oles de la segunda mitad del siglo XX como puede comprobarse en Cabezas, la exposici¨®n que inaugur¨® este jueves en Sevilla.

La muestra, que puede verse en el Real Alc¨¢zar hasta el 9 de enero de 2015, re¨²ne 55 obras (muchas de ellas m¨²ltiples por lo que en total se exhiben 123 piezas) realizadas entre 1956 y 2014.

¡°Cuando me met¨ª de lleno con el pop art, a partir de 1963, lo ¨²nico que hac¨ªa eran cabezas. Despu¨¦s, el tema aparece y desaparece, como pueden aparecer los pies o el rabo, pero curiosamente siempre vuelvo a las cabezas. Supongo que esto viene de mi inter¨¦s por el psicoan¨¢lisis, que empec¨¦ en Madrid en 1963 y he hecho durante 40 a?os, aunque con interrupciones¡±, reflexiona Luis Gordillo (Sevilla, 1934) ante una de las series de la muestra: Cabecitas expresionistas, (2003-2010).

¡°Pero el psicoan¨¢lisis crea una dependencia peligrosa, eso de que alguien te escuche es agradable y yo siempre he tenido mucho rollo que contar. Me pod¨ªa pasar horas tirando del hilo y supongo que ciertos niveles que ha alcanzado mi obra vienen de ah¨ª¡±, apunta Gordillo, quien hace una d¨¦cada mostr¨® en su ciudad sus primeros pasos como artista a trav¨¦s de 150 obras en Pre-Gordillo goes to Paris.

La exposici¨®n comienza con dibujos de finales de los 50, la mayor¨ªa obras que pertenecen a los hermanos del artista, aunque el n¨²cleo fuerte de la muestra, comisariada por su hermano Jos¨¦ Manuel Gordillo ¡ªde quien parti¨® la idea de reunir las cabezas¡ª y Luis Montiel, son piezas de los sesenta y setenta. El guache Cabeza de Santiago (1963) y el dibujo Autorretrato con Jos¨¦ (1963) se exhiben por primera vez y varias pinturas de los 60 no se muestran desde hace d¨¦cadas.

En el sal¨®n del Apeadero del Alc¨¢zar, que ha casi triplicado su espacio expositivo gracias a la intervenci¨®n del estudio de arquitectura Frade, pueden verse obras fundamentales en la trayectoria del artista como el acr¨ªlico Cabeza macho (1973) y el d¨ªptico Tr¨ªo gris y vinagre (1976), ambos de la Fundaci¨®n Su?ol de Barcelona. Aunque m¨¢s de la mitad de las piezas pertenecen a la colecci¨®n del artista, tambi¨¦n es clave el pol¨ªptico Serie Luna (1977) que pertenece al Centro de Arte Reina Sof¨ªa de Madrid.

La exposici¨®n re¨²ne obras realizadas entre 1956 y 2014, entre ellas algunos dibujos tempranos? in¨¦ditos

¡°Cuando abandono las referencias figurativas me parece que la cabeza ya no es suficiente y empiezo a sumergirme en niveles m¨¢s profundos, a penetrar en el cerebro¡±, dice pensativo el artista, casi como si hubiese vuelto a una sesi¨®n de psicoan¨¢lisis, terapia que abandon¨® hace una d¨¦cada, para explicar la g¨¦nesis de gran parte de su producci¨®n de los noventa.

En Superyo congelado, una gran exposici¨®n que organiz¨® el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Barcelona (Macba) en 1999, muchas de las obras eran d¨ªpticos que recordaban a un cerebro seccionado. ¡°Era como introducirse en el interior de la cabeza y plasmar sus ritmos¡± a?ade Gordillo, art¨ªfice de una colorista y atractiva ¡°cartograf¨ªa mental¡±, como ¨¦l la define.

Cabezas, organizado por el Ayuntamiento de Sevilla con el patrocinio de la Obra Social La Caixa y la Fundaci¨®n Cajasol, da la bienvenida al visitante con tres grandes impresiones de Melchor voyeur en azul, verde y morado, el mismo motivo que sirvi¨® en 2007 para cubrir el puente romano de C¨®rdoba durante su restauraci¨®n. Y demuestra c¨®mo esa obsesi¨®n por las cabezas no pertenece al pasado con varias obras fechadas recientemente, la ¨²ltima, ?Es esto el futuro?, es un acr¨ªlico sobre lienzo realizado este a?o en el que la cara, posiblemente del propio artista, se aplana como si fuese una m¨¢scara de goma sobre una sucesi¨®n de planos.

¡°Ahora estoy muy abierto, demasiado, porque para mantener muchas cosas al mismo tiempo hace falta mucha energ¨ªa y hay d¨ªas en que parece que se me rompe la cabeza. Antes pod¨ªa desarrollar intelectualmente muchos temas a la vez, ahora no tanto¡±, confiesa el Gordillo. Y con una sonrisa guasona asegura que es su lado femenino el que le ha permitido siempre ser multitarea; aunque a eso le ayuda su esposa, Pilar Linares. ¡°Ella es el 50% de lo que hay aqu¨ª, incluso el 60. Trabaja much¨ªsimo y es mi compa?era absoluta¡±, concluye.