En defensa de Tom¨¢s G¨®mez

A Tom¨¢s G¨®mez le tienen muchas ganas. Tanto desde fuera (medios de comunicaci¨®n) como desde dentro (una minor¨ªa del PSM) se est¨¢ intentando que esta ola gigante de corrupci¨®n y desapego acabe engull¨¦ndole. Se le cuestiona sin descanso con apriorismos hueros. Sus enemigos han desempolvado lo recomendado por Sun Tzu: El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar. El hostigamiento estrat¨¦gico que padece Tom¨¢s G¨®mez viene determinado por una doble intencionalidad maniquea. En primer lugar, la repetici¨®n, a modo de mantra, de su no idoneidad como candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid. En segundo lugar, el cuestionamiento desleal de su labor como secretario general de los socialistas madrile?os.

Es cierto que perdi¨® unas elecciones, que sac¨® unos resultados dolorosos para el PSOE. Sin embargo, cargarle todo el peso del primer desmoronamiento del tejido electoral socialista es una absoluta falacia. Tom¨¢s G¨®mez y el resto de candidatos socialistas que se presentaron en las distintas autonom¨ªas fueron arrastrados por una reacci¨®n de enfado generalizada contra las respuestas del gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero a la crisis. Los ciudadanos no votaron un perfil auton¨®mico, votaron o no votaron materializando un castigo. Despu¨¦s de la derrota Tom¨¢s G¨®mez no quiso abandonar un barco que empezaba a zozobrar y comenz¨® una labor de recuperaci¨®n de la confianza ciudadana.

Su labor de oposici¨®n ha sido febril, incansable, ejemplar. Quiz¨¢ por eso, desde fuera, se le tema tanto. Porque ha desarrollado un trabajo serio y con bases s¨®lidas. Tom¨¢s G¨®mez conoce la realidad de la Comunidad de Madrid y tiene claro qu¨¦ hacer y c¨®mo actuar para devolverles a los madrile?os las riendas de la pol¨ªtica auton¨®mica. El PSOE tiene un proyecto para Madrid. Un proyecto concreto, no una soflama de l¨¢tigo y antorcha. Y ese proyecto est¨¢ encabezado por Tom¨¢s. As¨ª lo ha refrendado el mecanismo interno, extraordinariamente democr¨¢tico, del PSM para la elecci¨®n de candidatos. No han sido necesarias primarias porque el peso de los otros precandidatos no ha llegado a peso pluma. El n¨²mero de avales recogidos por Tom¨¢s deber¨ªa sonrojar a los cr¨ªticos medi¨¢ticos.

Por otra parte, determinados sectores del PSOE, intra speta monasterii, se est¨¢n equivocando en su reacci¨®n ante los injustificables casos de corrupci¨®n que inundan nuestros desayunos. Para empezar, la presunci¨®n de inocencia no puede obviarse ni abandonarse. El caso Dreyfus deber¨ªa estar presente en la mente de muchos responsables. Hoy m¨¢s que nunca es necesario reivindicar la importancia de la obra de Beccaria. El PSOE no debe jugar a ser PODEMOS. El PP est¨¢ desmantelando el Estado del bienestar, no seamos nosotros responsables de acabar con el Estado de Derecho. ?Es que nadie se acuerda de lo sucedido a nuestra querida compa?era Trinidad Roll¨¢n? ?Qu¨¦ pasa si Jos¨¦ Mar¨ªa Fraile es inocente? Los medios de comunicaci¨®n est¨¢n imponiendo la agenda a un PSOE que parece acomplejado. Como militante de este partido, que tantas cosas ha hecho por Espa?a, me gustar¨ªa recordarle a mi PSOE lo escrito por Shakespeare: De lo que tengo miedo es de tu miedo.

Con la corrupci¨®n hay que sostener una tolerancia cero, pero no hay que caer en el error de los juicios populares sumar¨ªsimos. Las declaraciones de Tom¨¢s G¨®mez en las que anunci¨® una serie de medidas de car¨¢cter draconiano con respeto a Fraile no se pueden desligar de su desolaci¨®n personal ante los supuestos hechos cometidos por un gran amigo. Tom¨¢s hizo lo correcto. Apartar a Fraile de manera cautelar de la vida pol¨ªtica con una celeridad encomiable al tiempo que no dejaba de manifestar su esperanza en la inocencia del regidor parle?o.

Una cosa de la que s¨ª deber¨ªa aprender el PSOE de PODEMOS es de su visceral sinceridad a la hora de no presentarse a las elecciones municipales y auton¨®micas. El doctor Iglesias dijo que su partido no concurr¨ªa a estos comicios porque no pod¨ªa fiarse de sus posibles candidatos. Como socialista pienso lo contrario. Me f¨ªo de mis compa?eros. Y en pol¨ªtica, como en el amor, en los malos momentos es cuando se demuestra la confianza. Y confiar no es encubrir. El PSOE no puede aceptar un descr¨¦dito generalizado de la clase pol¨ªtica porque entonces ya ha perdido la batalla. En el PSOE no existe ¡°la casta¡±. El PSOE no debe asumir que otros pongan una estrella en el brazo de sus representantes pol¨ªticos. Ya lo dijo Juvenal hace muchos a?os: La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones.

Mar Espinar Mesa-Moles: Secretaria de Organizaci¨®n de la Agrupaci¨®n Socialista de Chamber¨ª