Testigos de la causa por corrupci¨®n de Porri?o admiten amenazas ante la juez

Presiones y amenazas. La Operaci¨®n Multiusos que investiga la supuesta corrupci¨®n en la adjudicaci¨®n de obras por parte del gobierno local de Porri?o y en la que est¨¢n imputados el alcalde popular Nelson Santos, dos de sus concejales, un funcionario y empresarios vinculados al PP, atenaza a los testigos. Varios de ellos han asegurado ya ante la juez que han recibido amenazas y el interventor municipal, cuyos informes contrarios fueron levantados por el regidor, pidi¨® el traslado a la Diputaci¨®n de Ourense, en donde ya ejerce.

El ¨²ltimo que ha denunciado amenazas ha sido el encargado de obras del Ayuntamiento durante 2010 y 2012. El trabajador intent¨® adem¨¢s alterar la semana pasada ante la instructora, Olalla D¨ªaz, la declaraci¨®n que hab¨ªa realizado inicialmente ante la polic¨ªa judicial y en la que reconoci¨® que las facturas expedidas al Ayuntamiento por Impi, una de las empresas implicadas, eran falsas. En su segunda declaraci¨®n, ya ante la juez, lo neg¨® pero, acorralado por las preguntas de la instructora, acab¨® reconociendo que antes de comparecer ante ella hab¨ªa repasado su declaraci¨®n inicial con el regidor en su despacho.

Seg¨²n la comparecencia incorporada a las diligencias, el exjefe de obras del Ayuntamiento asegur¨® que hab¨ªa declinado comparecer por segunda vez ante la polic¨ªa judicial porque hab¨ªa ¡°recibido amenazas¡±. Manifest¨® que hab¨ªa recibido una nota en el buz¨®n de su casa advirti¨¦ndole de que ¡°sab¨ªan que iba mucho por Tui [sede de la polic¨ªa judicial], que tuviera cuidado¡± y una llamada telef¨®nica ¡°en los mismos t¨¦rminos¡± desde ¡°un n¨²mero oculto¡±.

Tras estas primeras declaraciones, el testigo intent¨® desmontar ante la juez su versi¨®n inicial. Entonces hab¨ªa dicho a los agentes que exist¨ªa supuesta facturaci¨®n falsa de obras municipales a una de las empresas imputadas. Cuando al comienzo del interrogatorio ante la instructora ¨¦sta le plantea el formalismo de si se ratifica en aquella declaraci¨®n, el funcionario responde afirmativamente pero matiza que ¡°est¨¢ un poco adornada¡± y que ¡°hay ciertas cosas que no las dir¨ªa en la forma en la que est¨¢n redactadas¡±.

Considerando que los testigos leen y firman sus declaraciones pero no reciben copia, la instructora le pregunta si ¨¦l se hab¨ªa llevado una. El trabajador municipal contesta que no, pero reconoce que hace unos d¨ªas se la ense?aron ¡°en el Ayuntamiento¡±. Hasta cuatro veces tuvo que requerirlo la instructora para que dijera qui¨¦n se la hab¨ªa mostrado. Finalmente, tras ser advertido de su obligaci¨®n de decir verdad y apercibido de multa, responde: ¡°El alcalde¡±.

Tras ese reconocimiento, el testigo insiste en intentar modificar su declaraci¨®n inicial, desdici¨¦ndose de que una de las empresas implicadas hubiese facturado al Ayuntamiento por obras que realizaron cuadrillas municipales. Pero, al ense?arle la juez documentaci¨®n que acreditaba la participaci¨®n de operarios del consistorio, el exencargado de Obras acaba admitiendo que ¡°ayudaron¡± en esas tareas.

Esta misma semana la juez emiti¨® un auto desestimando la petici¨®n del alcalde de repetir las declaraciones del secretario y el interventor. Santos alegaba que su nuevo abogado no hab¨ªa estado presente.