Cuatro monjas trabajan en el Sergas como personal sanitario sin oposici¨®n

Isabel Torres Garc¨ªa, exdirectora del Hogar Madre Encarnaci¨®n de Lugo imputada en la Operaci¨®n Beb¨¦ por supuestas irregularidades en los procesos de adopci¨®n de beb¨¦s, destap¨® sin percatarse el lunes pasado en su declaraci¨®n judicial que el Servicio Galego de Sa¨²de (Sergas) tiene en n¨®mina monjas de su orden, las Terciarias Franciscanas, y que hasta hace apenas cuatro a?os les cedi¨® una planta para su uso como vivienda en el hospital Xeral Calde de Lugo. En videoconferencia desde C¨¢diz, en donde reside, la monja imputada se someti¨® al interrogatorio de los abogados de las partes personadas en el caso y la sorpresa ante la revelaci¨®n llev¨® a uno de los letrados a anunciar su disposici¨®n a investigar estos hechos que la Conseller¨ªa de Sanidade ha confirmado a este diario.

Cuatro monjas de las Terciarias Franciscanas trabajan actualmente como auxiliares de enfermer¨ªa en el hospital de la red del Sergas en Lugo. Las religiosas, que poseen la titulaci¨®n necesaria, no se someten a los principios constitucionales de igualdad, m¨¦rito y capacidad para acceder a los empleos como el resto del personal. El Obispado de Lugo las elige a dedo, a propuesta de la congregaci¨®n, y la Xunta les permite desempe?ar esta funci¨®n sin necesidad de que se superen una oposici¨®n o se ajusten al cribado de la lista.

Sanidade sostiene que esta singularidad es consecuencia de un convenio firmado en 1990, antes del traspaso de transferencias a la Xunta, por el director general del antiguo Insalud y la orden religiosa, vinculada al Calde desde su inauguraci¨®n, en 1959. En aquel momento, el Insalud asumi¨® dos enfermeras y siete auxiliares para el hospital lucense. Transferidas las competencias, la Xunta opt¨® por mantener el convenio que llega hasta la actualidad.

Pese a los contratos en precario que denuncia el personal sanitario de la Xunta y el recorte de empleos hospitalarios ¡ªsolo se cubren 10 puestos por cada 100 jubilaciones¡ª, Sanidade mantiene, sin sacarlos a oposici¨®n, los empleos de las cuatro monjas. El departamento que preside Roc¨ªo Mosquera sostiene que est¨¢n reduciendo el n¨²mero de religiosas ¡°en base a no incorporar m¨¢s¡±; esto es, a no cubrir sus jubilaciones. La delegada de CIG-Sa¨²de en Lugo, Carmen Airas, asegura que a partir de 2010, cuando se inici¨® el traslado del Xeral al nuevo hospital Lucus Augusti, aparecieron las cuatro vacantes de las religiosas que el sindicato reclam¨® para que salieran a concurso: ¡°Pero nos dijeron que se reservaban para ellas por el convenio suscrito con la Iglesia¡±, se?ala Airas.

Las cuatro monjas no son el ¨²nico personal religioso en n¨®mina del Sergas. Sanidade destina m¨¢s de medio mill¨®n de euros de su presupuesto anual a pagar las n¨®minas de 41 curas cat¨®licos que trabajan como capellanes en los hospitales p¨²blicos. Los sacerdotes est¨¢n incluidos como personal estructural del Sergas (tienen el mismo r¨¦gimen jur¨ªdico y econ¨®mico que el resto del personal laboral) desde que en 1995 el entonces conselleiro de Sanidade, Jos¨¦ Manuel Romay, firm¨® un convenio con la Iglesia que fue prorrogado luego por el bipartito.

Aunque el Sergas sostiene que no cubre las vacantes de las sanitarias religiosas, s¨ª lo hace con las de los capellanes. La CIG denuncia que en el Hospital da Costa, en A Mari?a, Sanidade ha tenido que recurrir a ¡°una especie de sacerdotisa para dar la extremaunci¨®n¡± tras la jubilaci¨®n del capell¨¢n. El sindicato destaca que ¡°mientras se destruyen las plazas sanitarias se mantienen las de los curas, elegidos por el obispado pero que cobran n¨®minas p¨²blicas que paga el Sergas¡±. ¡°No tenemos resonancia magn¨¦tica por falta de espacio pero s¨ª unas dependencias enormes dedicadas al culto religioso cat¨®lico¡±, censura el delegado de la CIG en el Hospital da Costa, Adolfo Corral.