Cocinas solidarias
La llegada de Navidad aumenta el n¨²mero de actos para ayudar a los m¨¢s necesitados
Cuando llega la Navidad, como los hijos y el turr¨®n que vuelven a casa, se despiertan las inquietudes solidarias. Al mismo tiempo, a pesar de la crisis barreempleos y vac¨ªabolsillos, en los mercados la carest¨ªa (y dobleprecio) de los productos m¨¢s consumidos supera con creces a las ofertas.
En la noche del domingo se organiz¨® por segunda vez en Madrid la noche de Te Invito a Cenar, donde m¨¢s de 500 voluntarios y una veintena de chefs relevantes (entre ellos David Mu?oz, Ricard Camarena, Nacho Manzano, Pepe Rodr¨ªguez Rey, Sacha¡) dieron de forma altruista una cena de Navidad a quienes no pueden permit¨ªrsela: 600 personas en exclusi¨®n social que atienden las siete asociaciones de la Compa?¨ªa de Obras.
El televisivo Juan Pozuelo ha presentado la primera edici¨®n de La Tapa Solidaria de Madrid, una versi¨®n de tapa m¨¢s cerveza (eso que abunda todo el a?o con las marcas incentivando el consumo). Un centenar de bares, restaurantes y tabernas en todos los barrios de la ciudad (Chueca el que m¨¢s, con 13 tapas) participan en la campa?a, que durar¨¢ tres meses. De cada tapa consumida 50 c¨¦ntimos van para Acci¨®n contra el Hambre y sus proyectos de desnutrici¨®n infantil y para la capacitaci¨®n hostelera de personas vulnerables que realiza Fundaci¨®n Tomillo.
Por su parte, Interm¨®n Oxfam implica a 15 prestigiosos restaurantes de Espa?a para su campa?a ¡°El agua limpia salva vidas¡±. Y, contribuir al asunto del reciclaje, Ecovidrio echa mano de cocineros estelares madrile?os (Paco Roncero, Diego Guerrero), deportistas, dise?adores de moda y artistas, para animar a los consumidores a no tirar sin m¨¢s todo el boteller¨ªo navide?o.
Evidentemente, los problemas no se solucionan con un d¨ªa de ¡°siente un pobre a su mesa¡±, pero se recuerda al personal seducido por el lujo que hay mucha gente que come mal no porque no tenga paladar, sino porque no puede. La desnutrici¨®n no es algo de pa¨ªses subdesarrollados, tambi¨¦n existe en Madrid. Y no solo en los hogares empobrecidos, sino tambi¨¦n en colegios y hospitales donde las dietas no se piensan con la cabeza sino con los pies.
Ah, y una sugerencia de solidaridad casera para quienes (en su mayor¨ªa manos femeninas) preparan las cenas y comidas de las fiestas: la cocina no muerde ni las mesas se ponen solas. Todos pueden arrimar el hombro. Y si lo ¨²nico que se les da bien es abrir latas y botellas, pues un men¨² a base de conservas. Que no te den la lata por Navidad.
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