Una manera diferente de imaginar
MuMo, un cami¨®n convertido en museo, presenta el arte actual a los ni?os en Matadero
¡°Es como estar en el centro de un agujero negro¡±, dice un ni?o con gafas. ¡°O como ir en nave espacial¡±, a?ade otro. ¡°Como estar en el espacio¡±. ¡°Como ir a Jap¨®n¡±. ¡°O a Austria¡±. El ¨²ltimo no est¨¢ tan convencido: ¡°Pues yo no he sentido nada¡±. Son las reacciones de un grupo de ni?os ante una instalaci¨®n sin t¨ªtulo del artista estadounidense James Turrell, consistente en una especie de huevo met¨¢lico en cuyo interior se proyectan colores.
Los ni?os han venido al museo, pero no a un museo tradicional, sino al MuMo (un nombre que parece un trasunto del MoMA neoyorquino pero que es el acr¨®nimo de Mus¨¦e Mobile), un museo especialmente pensado para ni?os de 6 a 12 a?os que tiene otra particularidad: se sit¨²a en el interior de un cami¨®n.
El MuMo ha realizado una gira de tres a?os por seis pa¨ªses y ha llegado a 43.000 ni?os
Despu¨¦s de tres a?os de gira por seis pa¨ªses (ha recorrido 38.000 kil¨®metros y ha llegado hasta Costa de Marfil o Camer¨²n), este veh¨ªculo, que como un transformer, se convierte en sala de exposiciones, est¨¢ aparcado hasta el d¨ªa 24 en Matadero. Despu¨¦s continuar¨¢ su camino por las comunidades aut¨®nomas de Castilla y Le¨®n y Galicia.
La iniciativa surgi¨® de la empresaria y comisaria francesa Ingrid Brochard. ¡°Ella es una apasionada del arte que no hab¨ªa tenido acceso a los museos de ni?a¡±, cuenta Lucie Avril, coordinadora del proyecto, ¡°as¨ª que inspir¨¢ndose en los bibliobuses cre¨® MuMo, para compartir el arte y la cultura con los ni?os¡±.
Para ello pidi¨® obras originales a 14 artistas de renombre, entre los que se encuentran Miquel Barcel¨®, John Baldessari, Roman Signer, Daniel Buren o Paul McCarthy, que estuvieran pensadas para el p¨²blico infantil y cuyo tema de fondo fuera la convivencia.
El paso a los adultos est¨¢ vedado (aunque tambi¨¦n vendr¨ªa bien una de estas pedag¨®gicas introducciones al arte actual para los mayores) y parte de la gracia del asunto es escuchar las opiniones de los chavales, que recuerdan a esos programas televisivos en los que se pide a los m¨¢s peque?os que definan cosas. ¡°Reaccionan muy bien¡±, dice Gloria Fern¨¢ndez, una de las educadoras, ¡°los ni?os est¨¢n m¨¢s abiertos al arte contempor¨¢neo que los adultos, que son m¨¢s complicados, porque no tienen ideas preconcebidas. Dicen que no pensaban que un museo fuera tan divertido¡±.
Lo llevamos a los barrios m¨¢s desfavorecidos para derribar barreras Lucie Avril, coordinadora del MuMo
Uno de los fines del MuMo es mostrar a los ni?os las diferentes t¨¦cnicas, materiales y disciplinas que conviven entre la variopinta fauna del arte contempor¨¢neo, como el collage, el videoarte, el dise?o, la escultura o la instalaci¨®n. Corona el cami¨®n un lozano conejo hinchable obra de Paul McCarthy. La obra de Barcel¨® se titula Cabeza de pitbull y es un ladrillo deformado que forma algo as¨ª como una mueca monstruosa. ¡°Los ni?os tienen opiniones muy pertinentes¡±, dice Fern¨¢ndez, ¡°uno de ellos, en Barcelona, opin¨® que la obra de Barcel¨® era una cr¨ªtica a la crisis espa?ola, porque es un ladrillo y tiene una boca peligrosa¡±.
¡°Una ventaja es que, al no ser un museo tradicional, no genera ese respeto y permite un mejor acercamiento¡±, dice Avril. ¡°Lo tratamos de llevar a los barrios m¨¢s desfavorecidos o con menos acceso a la cultura, para derribar barreras simb¨®licas, culturales o econ¨®micas¡±.
La idea es, tambi¨¦n, llegar a los ni?os en esa etapa en la que est¨¢n aprendiendo a leer, a contar o a escribir. ¡°Es para que aprendan tambi¨¦n a sentir, a crear y a imaginar¡±, explica la coordinadora. ¡°Es el momento para ense?arles que hay otras cosas importantes en la vida que se pueden hacer¡±, indica Avril.
Los ni?os (un grupo de los 43.000 que han pasado por este art¨ªstico cami¨®n) observan ahora Immagine, una obra de Maurizio Cattelan que se mira desde lo alto de una escalera y a trav¨¦s de una mirilla. Una de las educadoras les pregunta qu¨¦ han visto. Unos dicen un caballo, otros un conejo, un perro, un caballo¡ ¡°?Sab¨¦is por qu¨¦?¡±, contin¨²a la educadora, ¡°porque cada uno tenemos una manera diferente de imaginar¡±.
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