Prueba de estr¨¦s secesionista
Se observa una fatiga de los sectores que daban su apoyo al secesionismo o a la noci¨®n tan gaseosa del derecho a decidir
No estaba pronosticado que en su pen¨²ltimo choque el populismo independentista fuese a topar con la nave pujante de Podemos. En conjunto, lo que se est¨¢ quebrando en el secesionismo es su apariencia ya de por si incierta como fuerza tranquila. Estamos en un estadio de nerviosismo fuera de control, a dos pasos del s¨¢lvese quien pueda. En tribunas y tertulias de opini¨®n las expansiones expresivas de la argumentaci¨®n independentista parecen haber llegado al umbral del p¨¢nico. En Twitter predominan la injuria y el analfabetismo pol¨ªtico.
M¨¢s all¨¢ de la disyuntiva electoral con lista ¨²nica o listas m¨²ltiples, el tiempo se acaba y al lenguaje de la secesi¨®n le van quedando escasos recursos para idear nuevos argumentos o para instrumentar una emocionalidad ambiental de cada vez m¨¢s fragmentada. El ensue?o de una Catalu?a independiente a la vuelta de la esquina se est¨¢ transformando en algo distinto, a merced de impulsos y giros sociales cuya orientaci¨®n final es hoy por hoy un enigma.
?Pueden coexistir dos populismos o uno acaba por dejar sin espacio al otro? Lo cierto es que Podemos est¨¢ en un momento de adhesiones mientras que el independentismo se debilita por sus contradicciones continuas y por haber rebajado la ilusi¨®n populista a una lucha por el poder entre CiU y ERC. Las gentes cruzan el and¨¦n de un convoy a otro, necesitadas de la promesa imposible, la catarsis impracticable y el irrealismo que es fundamental para la anti-pol¨ªtica. As¨ª pasa uno de la cr¨ªtica de una Espa?a sojuzgadora de Catalu?a a la protesta contra una Espa?a sojuzgada por la casta.
Cuando el conseller Francesc Homs dice que la querella por el 9-N ha generado ¡°estupefacci¨®n en la comunidad internacional¡±, ?en qu¨¦ basa su conocimiento de c¨®mo funciona el mundo de hoy? En realidad, la iniciativa secesionista se ha ido quedando totalmente aislada en la escena internacional, sin credibilidad ni fundamento. Afirmaciones como la de Homs, adem¨¢s de ser ofensivas para los informadores que asisten a sus ruedas de prensa, proceden de la asunci¨®n de que la ciudadan¨ªa catalana s¨²bitamente ha regresado a la credulidad de la infancia. En cualquier prueba de calificaci¨®n pol¨ªtica, el conseller Homs naufraga una y otra vez, tan contento ¡ªpol¨ªticamente hablando¡ª de haberse conocido. Nada parece saber de los sucesivos fracasos del secesionismo catal¨¢n cada vez que ha pretendido su internacionalizaci¨®n como conflicto, por ejemplo en los entresijos del tratado de Versalles al terminar la I Guerra Mundial.
En CiU la desorientaci¨®n ya ha traspasado abiertamente los l¨ªmites de la confidencialidad y en ERC las tensiones internas son fragorosas. Instituciones sat¨¦lites como la ANC y ?mnium Cultural dif¨ªcilmente lograr¨¢n sobreponerse al declive de los astros. Ah¨ª queda una nebulosa de frustraciones, sin representaci¨®n clara en lo que hoy es el Parlament de Catalunya.
Tampoco se sabe cu¨¢l ser¨¢ la estrategia de poder por parte del PSOE de Pedro S¨¢nchez ni si el PP tiene margen para revitalizarse y resituar estrat¨¦gicamente su posici¨®n muy maltrecha en Catalu?a. Iniciativa no es ajena a las tensiones contagiadas por el independentismo al tiempo que queda debilitada por Podemos, como ocurre con la CUP. Y en el caso de Ciutadans, queda por resolver la inc¨®gnita de su lanzamiento en toda Espa?a y sus confusas relaciones con la UPyD de Rosa Diez. Es imaginable que el entendimiento entre Ciutadans y UPyD introducir¨ªa nuevos ejes de deslizamiento electoral.
Ahora y posiblemente en los meses que vienen, las encuestas van a reflejar efectos constantes de sube y baja, de espejismos y perplejidades. En Catalu?a lo que hoy ya se distingue es que las pruebas de estr¨¦s demuestran una fatiga de aquellos sectores sociales que daban su apoyo al secesionismo o a la noci¨®n tan gaseosa del derecho a decidir. Lo que no sabemos es qu¨¦ otro estr¨¦s ser¨¢ su sucesor. M¨¢s inquietante a¨²n es el atisbo demosc¨®pico de una fractura social latente y espec¨ªfica en el caso catal¨¢n, cuya elusi¨®n fue en otros tiempos uno de los hipot¨¦ticos m¨¦ritos del pujolismo. Previsiblemente y de no darse elecciones auton¨®micas anticipadas, tantas sobrecargas de tensi¨®n y estr¨¦s van a estar muy presentes en las elecciones municipales, en especial en Barcelona y su per¨ªmetro metropolitano.
Lo de menos es que en Catalu?a el papel m¨¢s penoso corresponda a la cuota intelectual y medi¨¢tica del independentismo. Ah¨ª ya se est¨¢n perfilando fugas, pen¨²ltimas reconversiones y otro crep¨²sculo de los brujos, despu¨¦s de un amanecer del mito. Son tropismos muy caracter¨ªsticos de la feria intelectual de Barcelona, en la que conspicuos pujolistas ahora dicen no saber nada del fundador de Converg¨¨ncia mientras que socialdem¨®cratas ex-mao¨ªstas renuncian heroicamente a la democracia de la ley en nombre de la naci¨®n esclavizada por la Espa?a constitucional. Pero es que, al final, siempre siguen flotando los mismos. Es una extra?a combinaci¨®n de caspa post-moderna y pensamiento r¨²stico acomplejado por la Barcelona babil¨®nica. Por el instante, el estr¨¦s tambi¨¦n afecta a los personajes secundarios.
Valent¨ª Puig es escritor.
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