Los ¡®invisibles¡¯ reivindican su espacio en M¨¢laga
Una manifestaci¨®n reclama la gesti¨®n del centro cultural okupado en 2007
La relaci¨®n forzada y recelosa que desde hace casi ocho a?os mantienen el Ayuntamiento de M¨¢laga y La Casa Invisible, el centro okupado en marzo de 2007 para promover actividades sociales y culturales fuera de los circuitos comerciales, atraviesa un mal momento. Posiblemente no es el m¨¢s cr¨ªtico, que se produjo en 2009 cuando una autorizaci¨®n judicial bendijo el desalojo del edificio (la movilizaci¨®n ciudadana fren¨® la ejecuci¨®n del desahucio), pero es delicado porque este espacio alternativo permanece en un limbo jur¨ªdico y sin un horizonte claro, pese a sus intentos de negociaci¨®n con el Consistorio, propietario del inmueble.
El escenario se agrav¨® el 23 de diciembre, cuando la Polic¨ªa Local clausur¨® las instalaciones para cumplir una resoluci¨®n del ¨¢rea de Urbanismo del Ayuntamiento (PP) justificada en motivos de seguridad, por la ¡°precaria¡± instalaci¨®n el¨¦ctrica y la falta de medidas de protecci¨®n contra incendios. Desde el centro social se habl¨®, sin embargo, de causas pol¨ªticas, por su vinculaci¨®n a movimientos de izquierdas y cr¨ªticos con la gesti¨®n de los populares. La actividad se recuper¨® un d¨ªa despu¨¦s parcialmente porque la medida cautelar afectaba en exclusiva a los eventos con afluencia de p¨²blico.
Las muestras de apoyo a La Casa Invisible se han sucedido desde entonces a trav¨¦s de las redes sociales y una manifestaci¨®n pidi¨® este s¨¢bado en las calles de M¨¢laga la cesi¨®n del uso del edificio y m¨¢s espacios sociales y culturales de gesti¨®n ciudadana. Alrededor de 3.000 personas (la calle Alcazabilla se llen¨® de un extremo a otro) se sumaron a la reivindicaci¨®n en medio de un ambiente festivo.
La okupaci¨®n del inmueble, ubicado en calle Nosquera (en pleno centro de la ciudad), arranc¨® en marzo de 2007 con el Festival de Cultura Libre, propuesta alternativa al Festival de M¨¢laga de Cine Espa?ol. El objetivo ha sido siempre el mismo: dar cobijo a creadores locales desconocidos y ser un espacio de expresi¨®n ciudadana. Exposiciones, conferencias, talleres de teatro, baile y fotograf¨ªa o filmaci¨®n de cortometrajes, se han celebrado centenares de actividades. El centro no recibe subvenciones p¨²blicas.
¡°Atend¨ªa a una realidad que hab¨ªa en M¨¢laga, la existencia de esos invisibilizados que permanec¨ªan al margen de los proyectos fara¨®nicos¡±, apunta Santiago Fern¨¢ndez, presidente de la Fundaci¨®n de los Comunes. Este ente, creado para cumplir uno de los requisitos imprescindibles para la continuidad del centro, gestiona estas instalaciones y otras de caracter¨ªsticas similares en Madrid, Zaragoza y Pamplona.
La vertiente cultural de La Invisible se completa con otra social. La sede de calle Nosquera, un edificio de corte burgu¨¦s con tres alturas y 2.000 metros cuadrados, es punto de reuni¨®n de la plataforma de afectados por la hipoteca, de las mareas ciudadanas, los Yayoflautas o del colectivo Ganemos. Actualmente acoge a una veintena de grupos.
El futuro del centro pareci¨® encarrilado a principios de 2011, cuando un protocolo de intenciones firmado por el Ayuntamiento, la Junta y la Diputaci¨®n, en el que medi¨® el Museo Reina Sof¨ªa, contemplaba la cesi¨®n del espacio por un a?o. Si en ese tiempo se cumpl¨ªa una serie de requisitos (por ejemplo, la constituci¨®n de la fundaci¨®n y el mantenimiento del inmueble), se suscribir¨ªa un acuerdo m¨¢s prolongado. Eso no ha ocurrido.
La actitud del gobierno local desde entonces ha sido ¡°pasiva¡±, critica Amanda Romero, miembro del grupo jur¨ªdico de La Invisible. La edil de Cultura de M¨¢laga, Gemma del Corral, rechaza que se trate de un asunto pol¨ªtico. ¡°Despu¨¦s de ocho a?os, nadie puede cuestionar que no se haya dejado trabajar a La Casa Invisible, no ha habido interferencias¡±, afirma.
Campa?a para recaudar
Al margen de las negociaciones con el Ayuntamiento para decidir el futuro de La Casa Invisible, recuperadas esta semana, sus gestores deben solventar los fallos que han conducido a la clausura del centro para las actividades de libre concurrencia. Es necesario instalar puertas ign¨ªfugas en la planta baja del edificio y adecuar parte de la instalaci¨®n el¨¦ctrica para cumplir con la normativa antincendios. El coste de la primera fase se estima en 10.000 euros y se ha puesto en marcha una campa?a de crowdfunding que ha cubierto el 90% del importe en solo 48 horas.
El apoyo ciudadano en las redes sociales a este espacio es enorme. ¡°Lo primero es garantizar la seguridad¡±, apunta Gemma del Corral, edil de Cultura de M¨¢laga. Sobre qu¨¦ pasar¨¢ despu¨¦s, se muestra abierta al di¨¢logo. El Ayuntamiento baraja con m¨¢s fuerza sacar a concurso la gesti¨®n social y cultural del inmueble, pero no hay nada decidido. ¡°Si el alcalde [Francisco de la Torre] hace eso, tendr¨ªa que explicar muy bien por qu¨¦ despu¨¦s de ocho a?os, con un documento firmado y garant¨ªas de que hay un colectivo que gestiona bien el centro, opta por esa v¨ªa¡±, argumenta Santiago Fern¨¢ndez, presidente de la Fundaci¨®n de los Comunes.
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