Un andamio cierra durante tres meses la puerta de Vel¨¢zquez en el Prado
Las obras de mantenimiento mejorar¨¢n la cubierta y los aleros de la zona central del edificio neocl¨¢sico, muy da?ados por el agua
Un enorme andamio cubre desde el pasado jueves ¡ªy cubrir¨¢ durante al menos tres meses¡ª la puerta occidental del Museo del Prado, donde se sit¨²a la estatua de Diego Vel¨¢zquez que fundi¨® en bronce Aniceto Marinas en 1899. El andamiaje tiene por finalidad una actuaci¨®n en la cubierta plana y en los aleros de la zona central del edificio neocl¨¢sico, muy da?ados por el agua. Toda la zona de cubiertas era de plomo y buena parte de este material primigenio fue reciclado durante sucesivas actuaciones anteriores, semejantes a esta.
El gran edificio, concebido por el conde de Floridablanca como Gabinete de Ciencias Naturales, bajo el reinado de Carlos III, fue proyectado por el arquitecto Juan de Villanueva en 1785. Su construcci¨®n registr¨® m¨²ltiples avatares y tras la Guerra de la Independencia, durante la que aloj¨® en ¨¦l un conjunto de escuadrones de Caballer¨ªa, amenaz¨® ruina. Gracias al est¨ªmulo de Fernando?VII y de su esposa, Isabel de Braganza, en 1818 recobr¨® su esplendor siguiendo planos del extinto Villanueva aplicados por su disc¨ªpulo Antonio L¨®pez Aguado.
Montado por cinco operarios de la empresa Unan, el andamio abarca al completo la zona de la fachada a Poniente del museo, jalonada por seis columnas de orden gigante, rematadas por un cornisamiento coronado por un friso clasicista. El friso d¨®rico representa una alegor¨ªa del rey Fernando VII como protector de las artes y las ciencias, en el que figuran, entre otros personajes mitol¨®gicos, Atenea y Apolo.
La estructura met¨¢lica port¨¢til, a base de tubos de aluminio y de seis niveles, tiene por objeto facilitar el acarreo hasta la cornisa de materiales met¨¢licos, plomo en su mayor parte, que fortificar¨¢n la cubierta plana y el alero de la zona central del museo, dentro de la tercera fase de un plan de actuaci¨®n que mantiene y sanea la zona superior del edificio.
Las cubiertas, seg¨²n fuentes del museo, se han resentido por humedades y filtraciones de lluvia que la nueva cobertura, redise?ada para la ocasi¨®n, erradicar¨¢ mediante un estanqueamiento espec¨ªfico, que se ver¨¢ complementado por ¡°la instalaci¨®n de sensores t¨¦rmicos, de agua l¨ªquida y de humedad relativa, a trav¨¦s de los cuales se calibrar¨¢ el comportamiento higrom¨¦trico¡± en la zona superior del techado del museo, seg¨²n una portavoz del Prado.
Esta zona de cubierta, que fue tratada por los arquitectos Dionisio Hern¨¢ndez Gil y Rafael Olalquiaga hace 15 a?os, presenta muy poca pendiente, hecho que ha generado acumulaciones de agua que han da?ado el plomo en la zona central del gran edificio neocl¨¢sico.
Por todo ello, la actuaci¨®n contempla el realce de algunos puntos de la cubierta para evitar las acumulaciones de agua o, en estos d¨ªas, de nieve. Consultado al respecto Rafael Olalquiaga, asegur¨® desconocer la actual actuaci¨®n.
Las obras, que realiza la empresa Amado Ramos, establecida en Vallecas, durar¨¢n un trimestre, aproximadamente. Esta empresa, especializada en cubiertas, tech¨® el Banco de Espa?a y edificios singulares de Patrimonio Nacional, entre otros encargos. El andamiaje, de al menos siete niveles, que tiene por finalidad principal el acarreo de materiales hasta el ¨¢tico, contribuir¨¢ a disuadir al p¨²blico de transitar por las inmediaciones de la puerta.
La ampliaci¨®n y mejora del Museo del Prado, entre 1996 y 2007, que acentuaron el eje Este-Oeste de la gran pinacoteca, costaron entonces al erario p¨²blico 152 millones de euros en distintas fases.
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