¡°La rabia nos alimenta¡±

Christina Siganidou es Grecia. Periodista desde hace 21 a?os en la televisi¨®n p¨²blica helena (Elliniki Radiofon¨ªa Tileorasi-ERT) y especialista en informaci¨®n internacional, ha pasado a ser, con medio centenar de compa?eros m¨¢s, un s¨ªmbolo de un pa¨ªs que se resiste a ser desmantelado. En junio de 2013, el Gobierno decidi¨® cerrar el ente nacional con el argumento de ahorrar 300 millones de euros. Algunos trabajadores se atrincheraron en las instalaciones de Atenas y Tesal¨®nica. De la primera ciudad fueron desalojados por la polic¨ªa en noviembre. En la segunda plaza, a¨²n resisten y trabajan por su cuenta unos 50 de los 2.656 trabajadores que lleg¨® a tener la ERT. Emiten a diario en condiciones de asedio. ¡°La rabia nos alimenta¡±, afirma Siganidou.

El cierre de la ERT cambi¨® radicalmente la vida de sus trabajadores y los sac¨® del ¨¢mbito de privilegio ¨Cun trabajo estable en un pa¨ªs convulso por la crisis- para ponerles en la calle, en todos los sentidos. ¡°Cambi¨® nuestras vidas¡±, admite Siganidou en Sevilla, por donde ha pasado para dar a conocer la situaci¨®n de las entidades p¨²blicas del pa¨ªs a trav¨¦s de su experiencia.

Durante el primer a?o vivieron del paro y mantuvieron una programaci¨®n estable con la ayuda de unos t¨¦cnicos que recuperaron la antena y la energ¨ªa de una instalaci¨®n militar. Ahora, sobreviven con lo que captan de una asociaci¨®n de amigos de la ERT y la ayuda de familiares y colegas.

Emiten un informativo de hora y media todas las noches, editan boletines y realizan programas con la colaboraci¨®n de la sociedad civil, que participa en todos los procesos de la televisi¨®n p¨²blica, desde la decisi¨®n de qu¨¦ asuntos se abordan hasta las estrategias de resistencia, incluyendo los turnos de vigilancia permanente para evitar desalojos policiales.

¡°Hemos ganado en decencia y autoestima. Necesitar¨ªa 10 vidas como las de antes para sentir lo que siento tras estos 19 meses de lucha. Somos una familia, orgullosa de lo que hace y sabemos que hemos puesto los cimientos de una nueva televisi¨®n¡±, resume la periodista con una sonrisa que desvela la gran satisfacci¨®n por su batalla.

Todos los partidos han prometido la restituci¨®n del ente p¨²blico, pero no termina de cre¨¦rselo. En los espacios pol¨ªticos, aunque han invitado a todas las formaciones, los representantes de Nueva Democracia, el partido del conservador Adonis Samar¨¢s, no han acudido. Pero siguen apostando por la pluralidad y por la lucha. ¡°Si no lo hici¨¦ramos as¨ª, ning¨²n partido ni futuro Gobierno nos respetar¨ªa¡±.

Tras las elecciones de este domingo espera que la ERT resurja, aunque sabe que ya no ser¨¢ lo mismo. De sus compa?eros habla como si fueran su familia. Y de la sociedad, como si fuera un nuevo campo de informaci¨®n del que antes no daban cuenta. Por eso ahora hacen una programaci¨®n participativa y abordan temas como la pobreza, los suicidios por desesperaci¨®n ante la miseria, las enormes deficiencias de la sanidad, los cierres de multinacionales con beneficio o las continuas clausuras de empresas. ¡°Damos voz a la gente que sufre¡±, afirma.

Desconoce qu¨¦ audiencia tienen las emisiones de la ERT provisionalmente pirata, pero creen que se trata de personas que han encontrado en su canal una forma de no sentirse solos. Cuentan con su apoyo y la respuesta, seg¨²n Siganidou, ha sido un cambio en las formas de comunicarse para reencontrarse con la sociedad de la que informan. Emiten de forma convencional y tambi¨¦n en la web ertopen.com y en Youtube (ert social networks)