Cuestiones peliagudas
Una muestra re¨²ne en M¨¢laga obras de 14 artistas sobre el vello facial El proyecto est¨¢ inspirado en un libro de la National Portrait Gallery, escrito por la tataranieta de Dickens
Si la escritora e historiadora del Arte inglesa Lucinda Hawksley pudiese viajar en el tiempo y encontrarse con su tatarabuelo, Charles Dickens, no le hubiese dado ni un beso. Y no es que le tenga ninguna man¨ªa a su ilustre antepasado, sino que la se?ora padece pogonofobia, es decir aversi¨®n al vello facial. Pero Hawksley, autora de varias biograf¨ªas de artistas, ha tenido que vencer esa antipat¨ªa para trabajar en Moustaches, whiskers & beards, un libro editado el pasado noviembre por la National Portrait Gallery de Londres en el que reflexiona sobre el vello facial desde la prehistoria hasta nuestros d¨ªas a trav¨¦s de obras del museo brit¨¢nico.
El libro, que va m¨¢s all¨¢ de cuestiones est¨¦ticas y analiza las motivaciones y repercusiones sociales de estos cambios de moda, inspir¨® al artista malague?o Javier Hirschfeld la muestra To shave or not to shave en la que 14 artistas contempor¨¢neos presentan obras con el vello facial como denominador com¨²n. La exposici¨®n, que puede verse en la sede de la Alianza Francesa en M¨¢laga (calle Beatas, 36) hasta el 15 de marzo, se inaugur¨® el pasado s¨¢bado dentro de la programaci¨®n de la feria Art & Breakfast.
'To shave or not to shave' incluye obras de Carlos Aires, Eugenio Merino y Fernando Bayona
Adem¨¢s de la colectiva, con obras de Eugenio Merino, Carlos Aires, Ricardo Cavolo o los franceses Arthur Gillet y Olivier Flandrois, el proyecto de Hirschfeld incluye la conferencia que pronunci¨® el s¨¢bado 24 Lucinda Hawksley en el Museo Carmen Thyssen y una muestra del madrile?o Guillermo Mart¨ªn Bermejo, Historia del arte para pogonofobos, en la sede de Los Interventores, colectivo al que pertenece Hirschfeld.
"El tema puede parecer superficial, pero es interesante ver c¨®mo cambia la identidad de una persona por el mero hecho de llevar o no barba o bigote. En Espa?a, durante la Transici¨®n, la barba era un signo antifranquista; mientras que un bigote bien recortado se identificaba con la dictadura", comenta Hirschfeld. En To shave or not no shave (afeitarse o no) se incluyen obras como una escultura hiperrealista de la cabeza de Franco, de Eugenio Merino, una obra que el artista present¨® en ARCO en 2012 y por la que la Fundaci¨®n Francisco Franco llev¨® a Merino a juicio.
"La ausencia o presencia de barbas, bigotes y patillas ha sido utilizada a lo largo de la historia de la humanidad de una forma simb¨®lica. Cada ¨¦poca eligi¨® un modo de representarse y catalog¨® a sus miembros en funci¨®n de esa est¨¦tica", explica Hawksley, autora de biograf¨ªas de artistas pl¨¢sticas como las de Katey Perugini, hija de Dickens; Lizzie Siddal, modelo y miembro de los prerrafaelistas, o la princesa Louise, la sexta hija de la reina Victoria cuyo trabajo su madre se empe?¨® siempre en ocultar.
"Ha sido emocionante poder trabajar no solo con toda la colecci¨®n de la National Portrait, tambi¨¦n sus archivos, y descubrir cosas tan curiosas como que en los momentos en que las mujeres han estado en el poder en el Reino Unido, especialmente durante los reinados de Elizabeth [siglo XVI] y Victoria [XIX], los hombres se dejaron barba y cuando un monarca sub¨ªa al trono, dejaban de llevarla", explica la tataranieta del autor de Oliver Twist. Entre los "tesoros" que la escritora ha encontrado en los archivos de la National Portrait destaca los grabados de mujeres barbudas del siglo XVII.
La relaci¨®n entre lo castrense y el vello facial atrajo tambi¨¦n el inter¨¦s de la escritora quien explica que durante la guerra de Crimea (1854-1856) los soldados ingleses se hab¨ªan dejado crecer unas enormes barbas porque no ten¨ªan con qu¨¦ rasurarse. "De forma que cuando volvieron a casa con sus largas barbas y fueron recibidos como h¨¦roes, la mayor¨ªa de los hombres les copi¨®", apunta.
Sin embargo, la asociaci¨®n entre masculinidad, poder y vello facial se rompe con las propuestas de los artistas contempor¨¢neos como las fotograf¨ªas del jiennense Fernando Bayona, que retrata a una pareja de homosexuales en la cama, o la del franc¨¦s Arthur Gillet, quien presenta un autorretrato vestido como una bailarina de cl¨¢sico. "En el siglo XX se acab¨® con la relaci¨®n exclusiva entre barba y masculinidad, ahora es tambi¨¦n s¨ªmbolo de una est¨¦tica gay e incluso de transgresi¨®n", a?ade Hirschfeld.
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