Sanidad rectifica: el Carlos III tendr¨¢ unidad de enfermedades infecciosas
El hospital convoca 111 puestos de trabajo. Har¨¢ formaci¨®n y simulacros
El Gobierno regional da marcha atr¨¢s definitiva en su intenci¨®n de convertir el hospital Carlos?III de Madrid, tradicionalmente especializado en enfermedades infecciosas, en un centro de media y larga estancia sin nada m¨¢s que habitaciones en las que ingresar a pacientes de avanzada edad que tengan por delante varios d¨ªas de recuperaci¨®n. El hospital contar¨¢ con lo que la direcci¨®n del complejo hospitalario de La Paz ¡ªen el que est¨¢ integrado el Carlos III desde que se decidi¨® transformarlo en un geri¨¢trico¡ªllama ¡°unidad de aislamiento de alto nivel¡±. All¨ª atender¨¢ a pacientes con ¡°enfermedades altamente infecciosas¡±. El hospital ya ha hecho un llamamiento para cubrir 111 puestos de trabajo espec¨ªficos para la nueva unidad.
La sexta planta, en la que estuvieron ingresados los tres pacientes con ¨¦bola que ha tenido Espa?a hasta el momento, ser¨¢ la que acoja esa unidad. Las plantas tercera, cuarta y quinta se mantendr¨¢n para hospitalizar a pacientes de media y larga estancia.
El hospital ha anunciado en su intranet que solicita 14 m¨¦dicos (seis especialistas en medicina interna, seis en intensiva y dos de an¨¢lisis cl¨ªnicos), 8 supervisoras de unidad, 40 enfermeras, 34 auxiliares de enfermer¨ªa, 4 t¨¦cnicos de laboratorio, 3 t¨¦cnicos de rayos y 8 celadores. Una plantilla total de 111 personas, a la que se sumar¨¢ un coordinador, seg¨²n detalla una resoluci¨®n con fecha 26 de enero consultada por EL PA?S.
El ¡°equipo estrat¨¦gico¡± ¡ªas¨ª lo llama la resoluci¨®n¡ª recibir¨¢ a partir de ahora una formaci¨®n mucho m¨¢s exhaustiva que la que tuvieron los profesionales del centro que se encargaron de atender a los misioneros y a la auxiliar de enfermer¨ªa Teresa Romero.
Para empezar, no cualquiera podr¨¢ formar parte de ¨¦l. Entre los requisitos, se pide una ¡°valoraci¨®n positiva de las condiciones de salud¡± y pasar una prueba pr¨¢ctica de ¡°capacitaci¨®n en la puesta y retirada de los equipos de protecci¨®n individual (EPI)¡±. Precisamente son estas cuestiones, la formaci¨®n y el uso de los EPI, los puntos flacos que detect¨® la Inspecci¨®n de Trabajo cuando investig¨® las condiciones en las que hab¨ªan trabajado los sanitarios que atendieron a los enfermos de ¨¦bola.
El hospital no parece dispuesto a cometer los mismos errores. ¡°El personal seleccionado ser¨¢ formado, entrenado y evaluado de forma continua¡±, se?ala la resoluci¨®n con la que el director gerente, Rafael P¨¦rez-Santamarina, crea la unidad. Los trabajadores recibir¨¢n formaci¨®n dentro de su jornada laboral. En los primeros seis meses, pasar¨¢n una semana de cada cuatro entren¨¢ndose. Posteriormente, el proceso formativo seguir¨¢ durante una semana al trimestre. A diferencia de la preparaci¨®n existente antes de la crisis del ¨¦bola, en la nueva unidad se realizar¨¢n simulacros.
El informe de la Inspecci¨®n de Trabajo que detect¨® m¨²ltiples deficiencias en el Carlos III subrayaba la inexistencia de simulacros. No se realizaron ni en la esclusa, la peque?a habitaci¨®n en la que los sanitarios se quitan el traje de protecci¨®n tras atender a un paciente altamente infeccioso (¡°donde se efect¨²a la acci¨®n con m¨¢s riesgo de contaminaci¨®n¡±, precisan los inspectores), ni para indicar a los profesionales c¨®mo tratar con un cad¨¢ver infeccioso. Las hip¨®tesis sobre el contagio de Teresa Romero sit¨²an el momento de mayor riesgo en el manejo post mortem del cuerpo del religioso Manuel Garc¨ªa Viejo.
La decisi¨®n de crear la unidad acaba por fin con la incertidumbre sobre el futuro del Carlos III, y deber¨ªa terminar tambi¨¦n con la improvisaci¨®n a la hora de decidir d¨®nde tratar a los afectados de ¨¦bola ¡ªo de otras enfermedades altamente infecciosas¡ª que puedan llegar a Espa?a en el futuro.
Era el hospital militar G¨®mez Ulla, y no el Carlos III, el que tendr¨ªa que haberse encargado del diagn¨®stico y tratamiento de los casos de ¨¦bola, seg¨²n recoge el informe de la inspecci¨®n. El centro militar, dependiente del Ministerio de Defensa, deber¨ªa haber estado preparado para atender estos casos en julio de 2014. Pero no lo estaba, y por eso, y de manera precipitada, la Comunidad de Madrid decidi¨® habilitar la sexta planta del Carlos III.
Esta planta, la ¨²nica de la Comunidad en la que hab¨ªa habitaciones con presi¨®n negativa y esclusas, llevaba meses cerrada porque la Consejer¨ªa de Sanidad estaba en proceso de transformar el centro en un hospital de media y larga estancia ¡ªun geri¨¢trico, seg¨²n definici¨®n de algunos de sus trabajadores¡ª. En cuesti¨®n de horas, los empleados tuvieron que limpiar y preparar una de esas habitaciones para recibir a Miguel Pajares. Meses despu¨¦s ingres¨® Garc¨ªa Viejo.
Finalmente, en octubre, tras el contagio de la auxiliar Teresa Romero, el hospital inici¨® de urgencia unas obras en la sexta planta para habilitar cuatro habitaciones con esclusas de mayor tama?o mientras ella a¨²n estaba hospitalizada. Una visita de expertos del Centro de Control de Enfermedades Europeo (ECDC) hab¨ªa alertado de que las instalaciones no estaban dise?adas para atender emergencias de la magnitud del ¨¦bola.
El sindicato CSI-F, entre otras organizaciones, llevaba denunciando el desmantelamiento del hospital Carlos III desde que el Gobierno regional anunci¨® sus planes de convertirlo "¨ªntegramente en un geri¨¢trico". Tras los casos de los dos misioneros repatriados y de Teresa Romero, sigui¨® insistiendo en la necesidad de que el hospital volviera a convertirse en referencia para este tipo de enfermedades infecciosas. El Consejo Interterritorial de sanidad design¨® el centro como de referencia en Madrid para casos de ¨¦bola hace unos d¨ªas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.