Una obra imperecedera

La compa?¨ªa ?ltima vez de?Wim Vandekeybus volv¨ªa al Mercat de les Flors con la obra que les dio a conocer hace veintiocho a?os, What the body does not remember. La expectaci¨®n que hab¨ªa despertado esta actuaci¨®n ten¨ªa su morbo, ya que el p¨²blico, que suele ir a este espacio esc¨¦nico y que se ha convertido en un especialista en danza contempor¨¢nea, quer¨ªa saber si el tiempo hab¨ªa da?ado esta obra, que en su momento hab¨ªa revolucionado el mundo de la danza contempor¨¢nea. El espect¨¢culo del creador belga super¨® la prueba ya que la noche del jueves demostr¨® que la brutal y novedosa confrontaci¨®n entre danza y m¨²sica que destila la obra se mantiene intacta gracias a la riqueza coreogr¨¢fica del baile y a la atractiva m¨²sica de Thierry De Mey y Peteer Vermeersch.

Cuando en marzo de 1988 lleg¨® este espect¨¢culo al Mercat no cogi¨® por sorpresa a su p¨²blico, en Barcelona en ese momento ya se hab¨ªan visto excelentes espect¨¢culos de danza contempor¨¢nea, en ese mismo a?o la compa?¨ªa de Pina Bausch hab¨ªa presentado En las monta?as se oyeron gritos y el grupo canadiense La La La Human Steps hab¨ªa ofrecido New demons, por citar a dos y nuestros grupos de danza contempor¨¢nea estaban en plena ebullici¨®n. Por su parte, Mudances hab¨ªa estrenado Kolbebasar, Danat Bajos cantos rodados hay una salamandra y Gelabert-Azzopardi estaba a punto de estrenar Belmonte, es decir, que ya se ten¨ªa una experiencia como espectadores de este tipo de espect¨¢culo. Lo que hizo que se apreciara en su justa medida la belleza agresiva y feroz del baile de Vandekeybus. Una ¨²nica salvedad ser¨ªa que la agresividad de What the body does not remember en la actualidad queda amortiguada por espect¨¢culos recientes m¨¢s provocadores, como son, por ejemplo los de la compa?¨ªa tambi¨¦n belga, Ballets C de la B

En nuestra ciudad a lo largo de estos a?os se han visto otros espect¨¢culos de Vandekeybus como Le poids de la main, 7 for a secret never to told, Blush, In spite of wishing and waiting, Spiegel y nieu-Zwart en la que se ha ido viendo c¨®mo ha evolucionado el mundo creativo de este artista, sus espect¨¢culos se han convertido en obras multidisciplinarias en que el cine, el teatro y la m¨²sica en directo forman parte de un todo. En cambio, su primera obra es baile desnudo y puro, y esto tiene su encanto.

En el a?o 2009 el core¨®grafo decidi¨® renovar totalmente la plantilla de ?ltima vez y escogi¨® bailarines m¨¢s j¨®venes para dar nueva energ¨ªa a la compa?¨ªa y son estos bailarines los que ahora recalan hasta ma?ana domingo en el Mercat. Estamos ante unos magn¨ªficos int¨¦rpretes y consumados acr¨®batas, que estremecen y fascinan por el brillante, a¨¦reo y salvaje baile que realizan. Una tormenta de baile marcada por los saltos al vac¨ªo, las ca¨ªdas y el expresivo di¨¢logo cuerpo a cuerpo. La energ¨ªa arrolladora es su motor. Las figuras se construyen y destruyen a una velocidad vertiginosa. El juego con los ladrillos es de una precisi¨®n matem¨¢tica. Los bailarines tienen una fuerte personalidad esc¨¦nica marcada por la rudeza, su gesto est¨¢ dominado por la brusquedad, la caricia existe, pero es tenue. A lo largo de los ochenta minutos que dura What the body does not remember, el core¨®grafo intercala fragmentos tranquilos para que el espectador tome aire, curiosamente ¨¦ste se aburre, ya que desde el principio de la obra el autor le ha subido a una monta?a rusa de la que le cuesta bajar.

La minimalista y posmoderna m¨²sica de De Mey y Vermeersch repleta de sensaciones forma junto con el baile una unidad indestructible. Vayan al Mercat, What the body does not remember es imperecedera.