No sobran hoteles, faltan clientes
El autor propone ordenar y resituar algunos recursos culturales para hacer m¨¢s atractivo el turismo en Euskadi
El mes de abril de 1994, el que suscribe present¨® en SIME (Semana Internacional de Museos Europeos) en los Campos El¨ªseos de Par¨ªs la infraestructura tur¨ªstica que ofrec¨ªa la villa de Bilbao, como complemento a la presentaci¨®n oficial del proyecto Guggenheim ¡ªen aquellos momentos solo una maqueta¡ª que protagonizaron el consejero de Cultura, Joseba Arregui; su colaborador Mikel Etxebarria, y el arquitecto de Idom Cesar Caicoia. En la trastienda ¡ªadem¨¢s de uno de sus ide¨®logos, Pedro Ruiz Aldasoro¡ª se encontraban los avalistas estrat¨¦gicos: Jos¨¦ Alberto Pradera e Ibon Areso. En esos momentos, muy pocas personas m¨¢s cre¨ªan firmemente en el proyecto. Incluso contaba con unos cuantos enemigos ac¨¦rrimos. Es posible que Bilbao se encuentre ante una coyuntura estrat¨¦gica parecida a la de veinte a?os atr¨¢s. Ha crecido la infraestructura hotelera, pero no la llegada de visitantes en el mismo porcentaje.
A pesar de que las infraestructuras son excelentes ¡ªAVE aparte¡ª; especialmente por v¨ªa a¨¦rea, autopista, palacio de congresos, arquitectura ¡ªespecialmente el metro¡ª y oferta de escultura publica, que recuerdan a Chicago. Seguramente, solo falta la imprescindible reconversi¨®n de la Feria de Muestras de Barakaldo, en crisis por culpa de Internet. No obstante, los dirigentes pol¨ªticos vizca¨ªnos de las ultimas dos d¨¦cadas, incluidos los ¨²ltimos alcaldes bilba¨ªnos, han estado disfrutando de la herencia que recibieron de sus predecesores, sin acometer nuevos proyectos complementarios al Guggenheim, que incremente el n¨²mero de visitantes a la villa. No se debe olvidar que en 1994, el alcalde de Bilbao era Josu Ortuondo. Solo Jos¨¦ Luis Bilbao tuvo la idea de abrir una franquicia del nuevo museo en Gernika.
Parece una incongruencia que el Museo Chillida-Leku permanezca cerrado desde 2011"
Y puesto a poner sobre la mesa algunas ideas m¨¢s o menos viables, parece una incongruencia que el Museo Chillida Leku permanezca cerrado desde 2011. Lo primero que hay que recordar es que su ubicaci¨®n en las afueras de Hernani no es la adecuada. El magn¨ªfico caser¨ªo Zabalaga, con unos accesos lamentables, puede ser un espacio adecuado para el estudio o la investigaci¨®n, pero no acoger un museo de arte como el de Chillida. Esta instalaci¨®n cultural debiera emplazarse en el centro de San Sebasti¨¢n, salvo que alg¨²n pol¨ªtico vizca¨ªno se atreva a hacer un ¡°fichaje¡± que los herederos del escultor no puedan rechazar.
Algo similar ocurre con el Museo Oteiza, sito en tierra de nadie desde el punto de vista tur¨ªstico ?No se puede habilitar en Zorrozaurre un espacio que acoja una oferta muse¨ªstica de arte vasco, con obras de los anteriores creadores guipuzcoanos y vizca¨ªnos, N¨¦stor Basterretxea y Agust¨ªn Ibarrola? Lo del artista de Basauri merece un comentario aparte. Seguramente, su Bosque de Oma sea una de los espacios m¨¢s visitados por los turistas for¨¢neos. Sin embargo, cuarenta a?os despu¨¦s de la llegada de la democracia, no ha habido nadie capaz de sacar partido a la ingente obra que atesora, que merece un homenaje diario y una sala permanente en el hipot¨¦tico Museo de Arte Vasco de Zorrozaurre. La ocupaci¨®n de las habitaciones hoteleras se lo agradecer¨ªan.
Antonio Fern¨¢ndez Casado es autor del libro Manual pr¨¢ctico de direcci¨®n de hoteles, marketing y ventas online del siglo XXI.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.