¡°El c¨¢ncer no solo te mata, tambi¨¦n te quita el pan¡±
Beatriz Figueroa, una enferma de Vigo, relata su odisea para lograr que se le reconociese la incapacidad laboral
Este 4 de febrero, D¨ªa Mundial Contra el C¨¢ncer, Beatriz Figueroa retoma la que es ya, con m¨¢s de 520.000 firmas, la campa?a de la plataforma change.org con m¨¢s apoyos en Espa?a. ¡°Queremos m¨¢s, para que se las trague Rajoy¡±, anuncia, enojada no solo con el Gobierno, sino con todos los partidos que en su d¨ªa apoyaron su causa: que se conceda la incapacidad permanente a toda persona diagnosticada de un carcinoma hasta su curaci¨®n definitiva. Convertida en una especie de consejera de pacientes de toda Espa?a, que le trasladan ¡°los casos m¨¢s espeluznantes¡±, Figueroa reflexiona sobre una enfermedad que no solo mata: ¡°Tambi¨¦n te quita el pan¡±.
Pregunta. Han pasado dos a?os desde que su caso se hizo visible con una huelga de hambre. ?Qu¨¦ ha aprendido en este tiempo?
Respuesta. Estoy por una parte agradecida a la ciudadan¨ªa, pero por otra parte debo decir que el activismo social no puede darse a golpe de sof¨¢. No he hecho muchas convocatorias, pero la asistencia ha sido siempre escasa. El ciudadano no muestra en la calle la indignaci¨®n que expresa en redes sociales o en la barra del bar. Estoy enormemente agradecida a los medios de comunicaci¨®n, porque son los que me han visibilizado, y conmigo al problema de miles de enfermos en una situaci¨®n muy delicada que reclaman un cambio en la ley de Seguridad Social. Pero tambi¨¦n he tenido situaciones muy amargas, en las que he escuchado que nuestro problema no vende. Cuando fui al Parlamento, el 7 de octubre, coincidi¨® con la crisis del ¨¦bola y desaparecimos del mapa. Y no fue solo en esa ocasi¨®n. He escuchado cosas como: ¡°Todav¨ªa puedo sacarle mucho m¨¢s partido al pederasta que a vosotros¡±. Es una frase textual de un medio con mucha audiencia al que era importante llegar. Y eso duele.
P. ?Y los pol¨ªticos?
R. Hay mucho que hablar. En Galicia, salvando excepciones, he tenido una grand¨ªsima decepci¨®n con la izquierda, la que se reclama como aut¨¦ntica izquierda, por su falta de compromiso con lo que dice en la calle. Yo no puedo sacar a los enfermos de c¨¢ncer a la calle como hacen los de la hepatitis C, porque su salud se lo impide. Y cuando el Congreso rechaz¨® nuestra petici¨®n, con los votos solo del PP, los dem¨¢s partidos nos dieron carpetazo. ?Por qu¨¦ esos partidos de la oposici¨®n que votaron a favor no trasladaron esa causa a otras instituciones donde gobiernan o tienen una representaci¨®n importante? Por ejemplo, para reclamar una atenci¨®n integral a los enfermos de c¨¢ncer, para evitar su desprotecci¨®n econ¨®mica. Y despu¨¦s est¨¢n los que no tienen representaci¨®n en el Parlamento, pero la van a tener pronto, ya me entiende. No comprendo por qu¨¦ tengo que andar detr¨¢s de ellos. Mucho movimiento ciudadano, mucha sociedad civil y a¨²n no han dicho: vamos a apoyar esto.
P. ?Ha notado falta de sensibilidad con el problema que usted representa?
R. Falta de sensibilidad y desconocimiento. Los partidos est¨¢n tan alejados de la realidad que no saben lo que es pasar por una enfermedad con 426 euros y pagar el 40% de los medicamentos. Cuando me reun¨ª con el PP, no sab¨ªan que eso pod¨ªa suceder. Me reun¨ª con la comisi¨®n de Empleo y Seguridad Social y me dec¨ªan que lo del 40% era un tema de la comisi¨®n de Sanidad, como si no fuera con ellos.
P. El problema de fondo de su causa es la situaci¨®n econ¨®mica¡
R. En la actualidad el c¨¢ncer no solo te mata, adem¨¢s te quita el pan. O te lo quita la Administraci¨®n. Tenemos que vivir con 426 euros; o con nada, si no te reconocen la incapacidad. A m¨ª me llegan casos de toda Espa?a que son espeluznantes. Si no te reconocen tu condici¨®n de enfermo, si est¨¢s en el paro cuando se agota te quedas sin prestaci¨®n. Otras personas tienen la posibilidad de reincorporarse al mercado laboral porque tienen salud; t¨² no. Y el coste que tiene para un enfermo sin ingresos, con los medicamentes que siguen retirando, cada vez m¨¢s¡ A m¨ª me cogi¨® la enfermedad en desempleo, pero lo que pedimos es la protecci¨®n para todos. Porque la persona que le coge la enfermedad trabajando solo tiene dos opciones: o se incorpora enferma o, si considera que es m¨¢s importante la salud, dejar su puesto de trabajo. Por eso ped¨ªamos la reserva del puesto, porque en Espa?a ponerse enfermo es un problema.
P. ?Cree al menos que ha conseguido que la situaci¨®n de los enfermos sea m¨¢s conocida por la sociedad?
R. S¨ª. No todo lo que me gustar¨ªa, porque medios de mucha audiencia con los que llegar¨ªamos a muchas m¨¢s personas no colaboran. Y a¨²n me sigo encontrando con muchas personas que desconocen este tema. Eso me da pena.
P. ?Eso puede tener que ver con esa especie de miedo at¨¢vico a hablar del c¨¢ncer?
R. Eso cada vez sucede menos, se est¨¢ superando. A¨²n queda algo de eso, pero ahora hay otro factor a?adido, nuevo, que es la pobreza, la exclusi¨®n social asociada a la enfermedad, y todav¨ªa en este pa¨ªs las personas se averg¨¹enzan de eso. Y si el c¨¢ncer adem¨¢s te lleva a una situaci¨®n de precariedad econ¨®mica, todav¨ªa cuesta m¨¢s. Esto lo digo porque he recibido cientos de testimonios, y muchos de los enfermos no han querido participar para hacerlo p¨²blico. Y yo se lo reprocho. Lo respeto, pero lo reprocho, porque si no lo denunciamos todos, si no nos hacemos visibles, si solo me hago visible yo, al final tendr¨¢ raz¨®n la se?ora Carmen Arenas (diputada del PP) cuando dice que yo soy la ¨²nica que tengo un problema con la Seguridad Social. Cuando los juzgados est¨¢n llenos de enfermos que tienen que demandar y dilatar su reconocimiento de la incapacidad, muchas veces hasta a?o y medio, y adem¨¢s con una Administraci¨®n que siempre recurre.
P. ?Le han sorprendido los casos que otros enfermos le han trasladado?
R. S¨ª. Sobre todo la crudeza de las situaciones personales. Y la desesperaci¨®n con que se dirigen a m¨ª, sobre todo desde que gan¨¦ el juicio y me han reconocido la incapacidad. Me escriben pidiendo ayuda porque no pueden aguantar m¨¢s. Un paciente de Viladecans, por ejemplo, me anunci¨® que iba a dejar el tratamiento porque se sent¨ªa in¨²til al no poder mantener a su familia, y me dec¨ªa que para ¨¦l as¨ª no ten¨ªa sentido curarse. Es muy duro. Pero entre la mujer y yo lo convencimos, ha solicitado la incapacidad y esperemos que se la concedan.
P. ?C¨®mo lleva esa responsabilidad de hacer de consejera?
R. Es muy dif¨ªcil. ?Por qu¨¦ esta lucha la tiene que llevar una persona en una situaci¨®n como la m¨ªa, que estoy enferma? Y sin medios, sin pedir nada a cambio. ?C¨®mo no tengo ninguna ayuda log¨ªstica para abordar todo esto? Hay ciudadanos, movimientos sociales, sindicatos con departamentos tambi¨¦n sociales¡ ?Yo no pido nada a cambio, eh! Mi salud se ha deteriorado porque me encuentro desbordada. ?Qui¨¦n abre un correo como el que estoy diciendo y se queda con las manos cruzadas? Yo ser¨ªa como ellos, entonces. Pero luego sufro unas reca¨ªdas terribles, terribles. No digo que sea yo quien deba hacerlo, pero a lo mejor seleccionar los correos, algo de asesoramiento¡ Me parece que es un fraude defender esta causa en la calle y que a m¨ª no se me d¨¦ ninguna ayuda. Y eso que muchos me la prometieron. Y no. Me siento estafada.
P. ?La mayor satisfacci¨®n fue ganar el juicio?
R. Bueno, de aquella manera, pero s¨ª. Me concedieron una incapacidad absoluta total, pero que me permite trabajar en algo que no sea mi profesi¨®n habitual, como gerente y responsable de recursos humanos. Pero claro: yo esto lo hago el d¨ªa que estoy bien, y a la hora que estoy bien. Si yo tengo que cumplir un horario y trabajar todos los d¨ªas, con 13 pastillas al d¨ªa m¨¢s analgesia¡ Ayer no me encontraba bien y lo dej¨¦ dos horas. El otro d¨ªa no pude ni encender el ordenador¡ Eso no lo puedes hacer en un puesto de trabajo. Este mes he tenido ocho citas m¨¦dicas, dos anal¨ªticas y ocho sesiones de rehabilitaci¨®n ?Qui¨¦n te contrata as¨ª?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.