Guerrero ha vuelto
La muestra ¡®The presence of the black, 1950-1966¡¯, celebra el centenario del pintor Jos¨¦ Guerrero en La Casa de las Alhajas, el mismo espacio en el que su antol¨®gica de 1980 revolucion¨® a una generaci¨®n de j¨®venes artistas
![Una vista de la exposición en la Casa de Las Alhajas.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WOSM7IW2FI5CBWU4JKQD2BLNXI.jpg?auth=82fa570a4dfb87854c9b8af840f3a7db5d11f7c2361b9f1e12b6895abb22ac91&width=414)
El martes 16 de diciembre de 1980, el poeta Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n informaba en las p¨¢ginas de Cultura de EL PA?Sdel gran acontecimiento del mundo art¨ªstico de aquellos tiempos: la primera gran antol¨®gica que se pod¨ªa ver en Espa?a de Jos¨¦ Guerrero (Granada, 1914-Barcelona, 1991).
Eran 60 obras pintadas a lo largo de 30 a?os de intensa actividad creadora. ¡°Afincado durante largo tiempo en Nueva York¡±, escrib¨ªa Ull¨¢n, ¡°Guerrero pasa por ser el padre espiritual de los j¨®venes pintores espa?oles que han fijado su norte cimental en la escuela y en la escala de la abstracci¨®n norteamericana¡±. La exposici¨®n se celebr¨® en la Casa de las Alhajas de la plaza de San Mart¨ªn, uno de los escas¨ªsimos lugares donde por entonces se pod¨ªa ver arte contempor¨¢neo, y por all¨ª pasaron muchos de los artistas devotos de la obra del granadino: Alfonso Albacete, Carlos Alcolea, Jos¨¦ Manuel Broto, Jorge Galindo, Manolo Quejido, Pablo Sycet, Jordi Teixidor, Juan Usl¨¦ o Miguel ?ngel Campano, quien lleg¨® a afirmar que contemplando esos cuadros se hab¨ªa sumergido por primera vez en la aut¨¦ntica pintura.
Nada menos que 35 a?os despu¨¦s de aquel acontecimiento, el mismo escenario recibe la exposici¨®n The presence of the black. 1950-1966, un centenar de pinturas realizadas durante los a?os americanos de Guerrero.
Organizada para celebrar el centenario de su nacimiento, la exposici¨®n arranc¨® el pasado mes de octubre en el Centro Jos¨¦ Guerrero y en la Alhambra de Granada. Despu¨¦s de en Madrid se podr¨¢ ver en la Fundaci¨®n Su?ol de Barcelona.
Yolanda Romero, exdirectora del centro Guerrero y comisaria de la exposici¨®n, asegura que la diferencia de esta muestra respecto a la de Granada es que en Madrid se resucita el encuentro que los j¨®venes artistas de los setenta y ochenta tuvieron con Guerrero, para ellos la encarnaci¨®n absoluta de la modernidad en una Espa?a en la que no se hab¨ªa visto nada parecido. ¡°En aquellos a?os predominaba la llamada Escuela de Madrid y hab¨ªa pocas referencias del exterior. Guerrero alter¨® su percepci¨®n del arte¡±.
Como prueba irrefutable de la revoluci¨®n producida entre los creadores espa?oles, Yolanda Romero recuerda la exposici¨®n que, bajo el t¨ªtulo de El efecto Guerrero, se pudo ver en 2006 en Granada y en Navarra. En ella, nada menos que 20 artistas expon¨ªan obras concebidas bajo la inspiraci¨®n del maestro. En el completo cat¨¢logo editado a prop¨®sito de aquella exposici¨®n, el historiador y cr¨ªtico Mariano Navarro defin¨ªa el efecto Guerrero: ¡°La descarga de energ¨ªa, la deflagraci¨®n crom¨¢tica y la determinaci¨®n y precisi¨®n simple de la forma que Guerrero trajo a la pintura espa?ola y a la conciencia de unos pintores que empezaban a serlo y cuyas coordenadas integraban con claridad la potencia, el color y la resoluci¨®n¡±.
Jos¨¦ Guerrero, un exiliado cultural en busca de la pintura, como a ¨¦l le gustaba definirse, se hab¨ªa instalado en Nueva York en 1949. Hijo de una humilde familia granadina, hab¨ªa conseguido sobrevivir a base de becas en Madrid, Roma y Par¨ªs. En la capital francesa hab¨ªa conocido a Roxane Whittier Pollock, periodista de la revista Life, y se cas¨® con ella.
Decidieron instalarse en Nueva York y el joven artista espa?ol cay¨® deslumbrado ante el expresionismo abstracto, el movimiento art¨ªstico m¨¢s genuinamente americano, en el que Guerrero se integr¨® como uno m¨¢s a la altura de Pollock, Baziotes, Motherwell, Rothko o De Kooning.
El magn¨ªfico documental que acompa?a la exposici¨®n recoge la sensaci¨®n que esa marea de colores le produjo: ¡°Necesit¨¦ cinco a?os para reponerme. Contemplar aquellas exposiciones era como arder interiormente¡±.
A trav¨¦s de esas im¨¢genes vemos c¨®mo el artista se integr¨® muy pronto en Estados Unidos. Uno de los primeros en interesarse por ¨¦l fue James Johnson Sweeney, director del Guggenheim, quien se convirti¨® en coleccionista de su obra mientras le organizaba sus primeras exposiciones en Nueva York. La m¨ªtica galerista Betty Parsons, promotora de los expresionistas abstractos, le fich¨® para formar parte de una n¨®mina en la que inclu¨ªa estrellas como Rothko, Pollock, Still o Newman.
El documental ahonda en las ra¨ªces andaluzas del artista y del luto y las cruces que ve¨ªa de ni?o y que luego estar¨ªan presentes en toda su obra. La noche de la inauguraci¨®n de la exposici¨®n, un emocionado Luis Gordillo, uno de los artistas que m¨¢s ha ensalzado a Guerrero, contemplaba en silencio casi reverencial la proyecci¨®n.
Dividida en cinco secciones, la exposici¨®n ocupa dos plantas completas del edificio. Como se?ala Yolanda Romero, en los grandes formatos de las obras se ve que Guerrero utilizaba en general solo tres colores y uno de ellos, indefectiblemente, era el negro. Est¨¢ en sus primeras obras espa?olas y en las que ejecuta en su estudio neoyorkino; en sus frescos port¨¢tiles (intento de integraci¨®n de pintura y escultura), en sus bioformas gestuales, en sus telas puramente expresionistas y en sus impresionantes piezas dedicadas a revisar su memoria.
Un lugar especial en la muestra est¨¢ dedicado a Federico Garc¨ªa Lorca y al cuaderno de dibujos que Guerrero realiz¨® en 1965 en el Barranco de V¨ªznar, el lugar en el que fue asesinado el poeta. La revista Life hab¨ªa encargado un reportaje a su mujer a prop¨®sito del 30 aniversario de la muerte del autor de Bodas de sangre. Ella public¨® 15 p¨¢ginas. Guerrero encontr¨® un nuevo motivo para la experimentaci¨®n.
La Alhambra en particular ocupa tambi¨¦n un lugar especial en la exposici¨®n como motivo de inspiraci¨®n. Los arcos que inundan la decoraci¨®n y arquitectura del edificio est¨¢n muy presentes en su obra, as¨ª como los impresionantes paisajes que rodean los palacios nazar¨ªes, el Albaic¨ªn y el Sacromonte.
¡°Fue el primer artista espa?ol que entendi¨® que despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial el centro del mundo art¨ªstico hab¨ªa pasado de Par¨ªs a Nueva York y, despu¨¦s de su estancia en varias ciudades europeas, desembarca en la ciudad norteamericana donde, tal como esperaba, se encuentra con la irrupci¨®n del expresionismo abstracto que cambiar¨ªa su manera de entender la pintura y lo que significa ser un artista contempor¨¢neo en ese momento hist¨®rico. En pocos artistas como en ¨¦l se da la s¨ªntesis entre las ra¨ªces de la cultura popular y lo m¨¢s sofisticado de la contemporaneidad. Esa s¨ªntesis es lo que lo hace ¨²nico en el panorama art¨ªstico espa?ol¡±, dice Jos¨¦ Guirao, director de Fundaci¨®n Montemadrid y profundo conocedor de Guerrero.
En su cr¨®nica sobre la exposici¨®n de 1980, Jos¨¦ Miguel Ull¨¢n contaba que se viv¨ªa un clima indiscutible de jovial venganza frente a los pintores que triunfaron en Espa?a durante las d¨¦cadas anteriores, mientras Guerrero resultaba casi un desconocido ¡ª¡°ese que pinta cerillas¡±¡ª, al tiempo que alimentaba secretamente las conciencias de los m¨¢s j¨®venes creadores.
Y recog¨ªa las declaraciones de uno de esos j¨®venes artistas, Manolo Quejido, como prueba de ese sentimiento de orgullo universal: ¡°La primera vez que visit¨¦ el Museo Abstracto de Cuenca percib¨ª que el cuadro de Guerrero era el m¨¢s joven de todos. Yo espero que ahora se sepa, al fin, por qu¨¦ ha sido la obra de Guerrero la ¨²ltima que nos ha llegado de toda la generaci¨®n del cincuenta¡±.
Jos¨¦ Guerrero: The presence of the black, 1950-1956. Hasta el 26 de abril. Casa de las Alhajas de Fundaci¨®n Montemadrid. Plaza de San Mart¨ªn, 1. Abierto de martes a domingo. Entrada, 2 euros (gratis para estudiantes, desempleados y jubilados).
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