Podemos y debemos apostar por el ¡®software¡¯ libre
Una de sus ventajas es que es una herramienta ideal para el camino hacia la soberan¨ªa tecnol¨®gica
El software libre, y por extensi¨®n las TICs y el conocimiento abierto y libre, son bienes comunes semejantes al aire que respiramos o al agua de un manantial del monte. De uso universal, con libertad para su adaptaci¨®n y mejora, sin restricciones salvo quiz¨¢s la de preservar su libertad. Y muchas veces gratis. Algunas demostraciones de este paradigma son la wikipedia, Euskalbar, o el kernel Linux, usado en el sistema operativo Android (a pesar de no ser libre la versi¨®n oficial de este sistema), y en 485 de los 500 supercomputadores m¨¢s potentes de todo el planeta.?
Una de sus ventajas es que es una herramienta ideal para el camino hacia la soberan¨ªa tecnol¨®gica. Hoy en d¨ªa vivimos en un mundo informatizado y telecomunicado, tanto en lo personal cotidiano como en lo profesional. No hay m¨¢s que mirar alrededor en cualquier vag¨®n del metro bilba¨ªno o el sinf¨ªn de empresas que no podr¨ªan mantenerse al margen de esta realidad. La cuesti¨®n es en qu¨¦ manos o en qu¨¦ servidores residen el c¨®digo y los datos que movemos. Esta pregunta cobra m¨¢s importancia en el caso de gobiernos y entidades de cierto tama?o. No ser¨ªa razonable que ¨¦stas se aten o depositen su informaci¨®n en manos de empresas privadas extranjeras, como a menudo ocurre por el hecho imparable de la nube, por los cantos de sirena en base a la sencillez o comodidad de uso, y por la gratuidad aparente. El software restrictivo o no libre perpet¨²a la dependencia hacia entidades privadas y con frecuencia externas al pa¨ªs, como es el caso de la multinacional Microsoft con sede europea en Irlanda para pagar menos impuestos, o el todopoderoso Google de quien pocas se libran.
En segundo lugar, el software libre constituye un motor econ¨®mico. A pesar de que a veces su uso es gratis, en otras ocasiones conlleva oportunidades de negocio para las empresas proveedoras de TICs, especialmente en el caso de micropymes, al ofrecer una bater¨ªa de productos a coste de licencia cero pero que son revendibles con servicios de valor a?adido, bien a la hora del despliegue de soluciones (por ejemplo,? instalaci¨®n, formaci¨®n), bien como piezas sobre las que construir sistemas m¨¢s potentes. Con el software restrictivo, el dinero dedicado al mismo no es inversi¨®n sino gasto, ya que se va en forma de licencias cerradas pero no crea programas para el erario p¨²blico. Se tratar¨ªa, por tanto, de cambiar estas licencias por horas de trabajo a poder ser locales. A modo de ejemplo, si alg¨²n d¨ªa en Euskadi se apuesta seriamente por reemplazar un Oracle o un Microsoft Office, presentes en numerosas instituciones p¨²blicas, por otras soluciones libres desarrolladas o mejoradas aqu¨ª a partir de piezas libres, nos retornar¨ªa un flujo de capital significativo. Porque tenemos universidades y empresas suficientemente solventes y capacitadas para ello. Una buena muestra es la treintena de organizaciones que forman ESLE, la asociaci¨®n de empresas de software libre de Euskadi.
El software libre constituye un motor econ¨®mico"
Finalmente, el software libre es una fuente id¨®nea para la mejora continua: los componentes pueden ser mejorados por comunidades, personas y empresas de todo el mundo, quienes a su vez tienen la potestad para dejar a disposici¨®n p¨²blica sus versiones mejoradas. La velocidad de este mecanismo depende de distintos factores: el inter¨¦s de las usuarias por cada producto, el compromiso y los recursos de quien est¨¢ detr¨¢s de cada programa, la filosof¨ªa de generar mejoras y compartirlas o, a la contra, cerrarlas,... Dentro de las mejoras se incluyen tambi¨¦n las adaptaciones, asunto crucial en nuestro caso por la necesidad de incluir el euskera en nuestro software; el biling¨¹ismo suele resultar m¨¢s costoso en tiempo y dinero si se hace en programas restrictivos y no en libres.
Todo lo dicho aplicado a software y tambi¨¦n a hardware lo vamos a ir viendo ya en el desarrollo de la IoT (Internet of Things) y las impresoras 3D, pr¨®ximos hit parade tecnol¨®gicos que est¨¢n a las puertas, y que van a constituir otro hito de impacto an¨¢logo al de los smartphones de pantalla t¨¢ctil, la web 2.0 y las redes sociales.
Uniendo los argumentos anteriores, bueno ser¨ªa que los organismos p¨²blicos y aquellas organizaciones que apuestan por los bienes comunes sean ejemplo tractor de su uso, promoci¨®n e incluso hagan aportaciones en forma de productos mejorados, o colaboren con inversiones en dinero o recursos. Esta apuesta no se ha de hacer con una ¨®ptica cortoplacista, quiz¨¢s derivada de otras motivaciones. Al igual que en unos pocos meses no acabaremos con los micromachismos, ni con la cultura del crecimiento econ¨®mico sin l¨ªmites, ni con la creencia de que el pleno empleo es algo alcanzable, la transici¨®n del software restrictivo al software libre conlleva un cambio no s¨®lo tecnol¨®gico sino cultural; que gradualmente se convierta en realidad requiere la dedicaci¨®n de esfuerzos y recursos durante a?os. Es una apuesta de pa¨ªs sobre la que reflexionar si queremos llegar lejos y apostamos de verdad por lo "p¨²blico y de calidad". Es una apuesta en la que s¨ª caben todas y todos los que quieran hacerla en serio, y pongan por delante el inter¨¦s del beneficio com¨²n.
Dani Guti¨¦rrez, miembro del Consejo Ciudadano de Euskadi de Podemos, y trabajador del sector de Software libre.
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