Un m¨²sico agradecido

El director italiano Gianandrea Noseda mantiene una intensa relaci¨®n con la Orquesta de Cadaqu¨¦s ¡ªes su principal director invitado¡ª desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. De hecho, salt¨® a la fama tras ganar en 1994 el Concurso Internacional de Direcci¨®n de la formaci¨®n catalana; desde entonces, esa relaci¨®n ha dado buenos frutos tanto en giras de conciertos como en grabaciones. Es, sin duda, un m¨²sico agradecido, porque, aunque se lo rifan grandes orquestas y teatros de ¨®pera de todo el mundo ¡ªes titular del Teatro Regio de Tur¨ªn, principal director invitado de la Filarm¨®nica de Israel y mantiene desde el a?o 2002 un v¨ªnculo muy importante con la Metropolitan Opera House de Nueva York¡ª mantiene con entusiasmo sus compromisos con la Orquesta de Cadaqu¨¦s.

Esa buena relaci¨®n, tanto en el terreno afectivo como en el art¨ªstico, dio un calor especial al concierto que ofrecieron en la temporada de Palau 100. Dos piezas de lucimiento orquestal, la obertura de Rosamunde, de Franz Schubert, y, en la segunda parte, la Sinfon¨ªa n¨²m. 3, Renana, de Robert Schumann, marcaron la atm¨®sfera rom¨¢ntica de un programa en el que brill¨® la actuaci¨®n del Orfe¨® Catal¨¤ en la cantata profana de Felix Mendelssohn La primera noche de Walpurgis, junto a un cuarteto vocal integrado por la mezzosoprano italiana Anna Maria Chiuri, el tenor holand¨¦s Marcel Reijans, el bar¨ªtono alem¨¢n Detlef Roth y el bar¨ªtono catal¨¢n ?lex Sanmart¨ª.

El director italiano apost¨® por una versi¨®n con mucho nervio dram¨¢tico y exceso de vehemencia, con asperezas en algunos ataques y poderosos contrastes din¨¢micos. Pero un poco de calma, unos temp¨ª menos r¨¢pidos y algo menos de contundencia no le habr¨ªan sentado nada mal a las obras de Schubert y Mendelssohn: saltaban chispas en la obertura de esta curiosa cantata con texto de Goethe por la que desfilan druidas que animan a celebrar sus ritos paganos de exaltaci¨®n y cristianos temerosos del desenfreno primaveral.

La calidad y el color de la voz de Anna Maria Chiuri se impusieron, a pesar de su corta intervenci¨®n, en un esforzado cuarteto de voces solistas, y el Orfe¨® Catal¨¤, espoleado por la exaltada direcci¨®n de Noseda, se entreg¨® con entusiasmo y mantuvo el tipo en el imponente canto de purificaci¨®n final. La respuesta orquestal fue m¨¢s equilibrada en la Renana, bien construida y con detalles de calidad en las intervenciones solistas de una plantilla con mucho potencial que podr¨ªa dar m¨¢s juego con m¨¢s rodaje en conciertos.