Alguien miente en la Audiencia

El copiloto de un Citro?n C-3, David Prieto Fandi?o, muri¨® el 21 de noviembre de 2011 tras recibir un disparo en la cabeza, y su acompa?ante, Roberto Garc¨ªa, result¨® herido grave por otra bala. Ambos proyectiles fueron disparados por varios polic¨ªas municipales de Getafe. Hasta ah¨ª, los hechos confirmados. Y a partir de aqu¨ª, las versiones contradictorias. Las dos primeras sesiones del juicio contra tres de los polic¨ªas ¡ªunas ocho horas de vista oral y una veintena de declaraciones¡ª en la Audiencia Provincial han abundado en las diferencias.

?Hubo secuestro? Los hechos ocurrieron por la ma?ana en la calle del Ferrocarril, en Getafe. Un agente fuera de servicio, con n¨²mero de placa 638, llama a su emisora y avisa de que ha visto a dos personas metiendo a la fuerza a una tercera en la parte trasera de un veh¨ªculo. Durante el trayecto, afirma que la supuesta v¨ªctima y el autor van ¡°forcejeando y manoteando¡±. En el juicio se desdijo: solo era una la persona que met¨ªa a la fuerza a otra.

El conductor del veh¨ªculo, Roberto Garc¨ªa, lo niega: ¡°Tan solo metimos herramientas en cajas muy grandes que ¨ªbamos a vender por 50 o 100 euros¡±. Su versi¨®n la confirma un inspector en pr¨¢cticas que dijo que era imposible que nadie entrara en la parte trasera del C-3. Y menos dos personas. Tras el tiroteo, no hab¨ªa ni rastro del supuesto secuestrado.

A toda velocidad. El aviso del agente fuera de servicio es comunicado a los polic¨ªas de servicio. Salen en persecuci¨®n cuatro patrullas por la autov¨ªa de Toledo (A-42). El ¨²nico que no pierde de vista el C-3 es el polic¨ªa fuera de servicio, que va en su coche particular. Afirma que el otro alcanza hasta los 140 kil¨®metros por hora y que va haciendo zigzag por la autov¨ªa. Roberto Garc¨ªa lo niega: la centralita electr¨®nica del C-3 est¨¢ modificada y el motor no puede pasar de 2.500 revoluciones por minuto, lo que limita la velocidad a 120 kil¨®metros. La persecuci¨®n se prolonga unos 14 kil¨®metros, que cubren en 12 minutos. Eso da una media de unos 70 kil¨®metros por hora. Nada que ver con grandes velocidades.

El tiroteo. Los patrulla dan alcance al C-3 en la confluencia de las calles Canarias y Vara del Rey. El agente que corta el paso al C-3 declara que lo adelant¨®, mientras que Garc¨ªa asegura que ¨¦l se apart¨® a la derecha al ver las luces azules de los patrulla.

A partir de ah¨ª, hay versiones muy diversas. Se bajaron los polic¨ªas y le dieron el alto a los ocupantes del Citro?n. El polic¨ªa que supuestamente mat¨® de un disparo a David Fandi?o, Antonio Miguel G., afirma que vio c¨®mo uno de los ocupantes hizo un gesto como de llevar una pistola. En ese momento, alguien grit¨® ¡°arma de fuego¡± y ¨¦l lo repiti¨®. Se oy¨® una detonaci¨®n y a partir de ah¨ª, varias m¨¢s. ¡°Temimos por nuestras vidas¡±, han repetido los agentes, tanto acusados como testigos.

El conductor del C-3 mantiene que se apart¨® a la derecha en la calle Canarias porque pensaba que no iban a por ellos. ¡°No ten¨ªamos nada que ocultar¡±, asegur¨® en el juicio. Tras cerrarles el paso, los agentes se bajaron de sus coches y, sin decirles nada, empezaron a dispararles. Eso le hizo soltar el embrague y que su coche chocara contra el patrulla que le intercept¨®. Despu¨¦s, ech¨® marcha atr¨¢s y sali¨® en direcci¨®n contraria por la primera calle que ten¨ªa a su derecha. Un testigo ha afirmado que en ning¨²n momento les dieron el alto a los ocupantes del C-3.

?En la calle Canarias o en Vara del Rey? Los tres polic¨ªas encausados afirman que siempre dispararon a la parte baja del coche y que pensaban que iban a morir, ya que Roberto Garc¨ªa hizo cuatro maniobras ¡°muy bruscas e intencionadas¡± para atropellarlos. Sacaron sus pistolas y apuntaron a las ruedas para inmovilizar el veh¨ªculo. Efectuaron 13 disparos. Todo se produjo en la calle de Canarias, seg¨²n su versi¨®n.

Roberto Garc¨ªa afirma que solo hizo dos maniobras. Hacia adelante, de forma instintiva al soltar el embrague, y hacia atr¨¢s para huir. Parte del tiroteo se produjo en ese lapso tan corto de tiempo. David Fandi?o ya estaba mortalmente herido. ¡°Se mov¨ªa hacia adelante o hacia atr¨¢s seg¨²n lo hac¨ªa el coche. En un momento, se cay¨® encima de m¨ª¡±, a?ade Garc¨ªa. El resto de los disparos se hicieron mientras hu¨ªa por Vara del Rey. Parte de los casquillos fueron recogidos en este tramo de calle. El C-3 choc¨® con dos coches estacionados.

Una pistola que no aparece. Roberto Garc¨ªa, que ha recibido un tiro en una oreja, se desmaya y choca contra los veh¨ªculos. Los agentes rodean el C-3 pistola en mano y buscan la supuesta arma de fuego. Primero se fijan en el conductor, que no lleva nada. Despu¨¦s ven al copiloto, David Fandi?o, que se encuentra ca¨ªdo hacia delante, sobre el salpicadero. Tampoco lleva pistola. ¡°Sub¨ª al coche a coger el botiqu¨ªn y tapon¨¦ la herida del conductor¡±, afirma el agente Antonio Miguel G., que mantiene que no conoc¨ªa a las v¨ªctimas ni las hab¨ªa visto antes. ¡°Miente. Me sac¨® del hombro y me tir¨® al suelo. Yo solo pensaba en mi hija. Y por supuesto que me conoc¨ªan. Los polic¨ªas de Getafe siempre van detr¨¢s de m¨ª. Muchas veces me esperan en la puerta de mi casa¡±, mantiene Garc¨ªa.