El instrumento no es el objetivo
A veces se toman las herramientas como un fin. Algo de eso hay en el debate sobre las ¡®smart city¡¯ o sobre la independencia
Me causa preocupaci¨®n ver c¨®mo a menudo, en pol¨ªtica, se confunden las palabras. Se formulan y se proclaman, concedi¨¦ndoles la categor¨ªa de ¡°objetivos¡±, aspiraciones de mucho valor pero que deber¨ªan ser presentadas s¨®lo como ¡°instrumentos¡± para la consecuci¨®n de un objetivo final, y por tanto su valor se debe juzgar por c¨®mo contribuyen a esta consecuci¨®n. Estoy de acuerdo en considerarlos objetivos instrumentales o intermedios, pero sin confundirlos con los verdaderos objetivos finales. Si fu¨¦ramos m¨¢s claros, seguramente ayudar¨ªamos a disminuir la confusi¨®n y a avanzar m¨¢s deprisa. Pongo tres ejemplos de plena actualidad, en relaci¨®n con las tres palabras del t¨ªtulo.
?1.Objetivos finales. Creo que el deseo ¨²ltimo de toda persona es vivir una vida digna y feliz, y al mismo tiempo contribuir, o por lo menos no impedir, que las otras personas tambi¨¦n lo consigan. Por ello el objetivo de la pol¨ªtica es organizar la sociedad, en su aspecto econ¨®mico y social, de tal forma que el m¨¢ximo n¨²mero de personas del planeta realicen este deseo. En este camino hay extraordinarias contradicciones y por ello la pol¨ªtica tiene el papel de organizar la convivencia, de evitar o encauzar los conflictos, pero sin olvidar nunca el objetivo final...
?2.Nuevas tecnolog¨ªas. La tecnolog¨ªa es uno de los valores fundamentales de la especie. El hombre no es ni m¨¢s alto, ni m¨¢s fuerte, ni m¨¢s veloz que otras especies para defenderse del entorno, pero es el ¨²nico que en lugar de verse obligado a adaptarse al entorno, puede cambiarlo. El oso, para no sucumbir al fr¨ªo se protege con pelo; nosotros encendemos la calefacci¨®n¡ La tecnolog¨ªa, es decir, la aplicaci¨®n ¨²til de los conocimientos, es un elemento capital de nuestra especie, y por ello podemos y debemos usarla profusamente para vivir mejor. Pero no puede ser un fin en s¨ª misma, ya que s¨®lo es buena en tanto se use para un fin bueno. Puede curar o puede matar; puede mejorar la comunicaci¨®n o puede destruir la privacidad. Como toda herramienta, su uso debe estar sometido a una regulaci¨®n que debe obedecer a principios ¨¦ticos y sociales...
?3.¡®Smart Cities¡¯. De la misma forma que no creo en los smartphones, no creo en las ciudades inteligentes, como a veces son entendidas. Creo en las personas inteligentes y en las sociedades inteligentes. Me resulta en parte ambigua la ¡°inteligencia artificial¡±, ya que resulta de una visi¨®n incompleta de la inteligencia humana o social. La inteligencia es una valios¨ªsima herramienta al servicio de los objetivos humanos, pero no est¨¢ por encima de estos objetivos. La mayor¨ªa de personas muy inteligentes han permitido grandes avances a la humanidad, pero tambi¨¦n hay muchos explotadores, estafadores o criminales con una gran inteligencia.
La ciudad inteligente es aquella que determina colectivamente sus objetivos y que pone a disposici¨®n de sus ciudadanos unas herramientas (tecnol¨®gicas, pero tambi¨¦n sociales) para aumentar el bienestar y el capital humano disponible, mejorar el acceso a la informaci¨®n necesaria, generar m¨¢s y distribuir mejor la riqueza, y garantizar la sostenibilidad del modelo. S¨¦ que estas reflexiones est¨¢n en muchas de las iniciativas pol¨ªticas, pero la percepci¨®n que a veces se ha creado es la de ciudades trufadas de sensores y de cables, sin aclarar suficientemente para qu¨¦¡
?4.Soberan¨ªa / Independencia. Ser soberano supone no depender de nadie; es decir, poder decidir de forma aut¨®noma, y por tanto ser autosuficiente. A todos nos gustar¨ªa ser autosuficientes, y ello nos permitir¨ªa intentar ser independientes. A nivel de personas este escenario nunca ha sido real (somos seres sociales); y a nivel de naciones no se corresponde con la existencia de grandes bloques econ¨®micos y del mercado financiero globalizado del siglo XXI. Creo que, aunque sean emocionalmente atractivas, son dos palabras mal aplicadas al problema catal¨¢n. Lo mismo se puede decir de los que quieren defender la indisoluble unidad de Espa?a, sin decir para qu¨¦¡ Hay que matizar las palabras hablando de soberan¨ªas compartidas y de interdependencia. Si no se hace, se tiende a verlas m¨¢s como valores finales que como herramientas.
La sociedad catalana necesita y aspira a un grado de soberan¨ªa mayor que el actual, a una mayor capacidad para tomar decisiones en temas de identidad, y a una mayor libertad para decidir la utilizaci¨®n de nuestros recursos. Frente a esta necesidad, la racionalidad de la pol¨ªtica consistir¨ªa en expresar m¨¢s claramente los objetivos finales de nuestro pa¨ªs (libertad, bienestar, justicia social) y explorar luego las distintas posibilidades de reparto de soberan¨ªas entre la UE, el Estado central y Catalu?a. Yo aceptar¨ªa con gusto la independencia si es la mejor herramienta posible para conseguir estos objetivos.
Rechazo la actitud del Gobierno espa?ol, y dudo de la estrategia del catal¨¢n. Elevando herramientas a valor supremo, y creando una bipolarizaci¨®n unidad?/ independencia, se corre el peligro de obligar a escoger entre una herramienta conocida e insatisfactoria, y otra desconocida y llena de dudas. No s¨¦ qu¨¦ ocurrir¨¢. Tal vez no sea el mejor camino para conseguir tener un pa¨ªs mejor, con paz y bienestar¡
Joan Maj¨® es ingeniero y exministro
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.