Cocheras para exhibir 24 vagones

El vecindario de Cuatro Caminos, uno de los distritos m¨¢s populosos e infradotados culturalmente de Madrid, tiene ante s¨ª una ocasi¨®n ¨²nica para conseguir una prometedora dotaci¨®n: un museo. M¨¢s precisamente, un museo del metro. La oportunidad la brindan las instalaciones de las cocheras del ferrocarril metropolitano, flor¨®n del patrimonio industrial madrile?o y su ajuar de 24 coches de 13 series distintas desde que los vagones comenzaron a surcar el subsuelo madrile?o, precisamente en la estaci¨®n de Cuatro Caminos, en 1919. Las cocheras, obra del arquitecto autor del edificio de Correos, en Cibeles, Antonio Palacios, siguen dando servicio desde entonces. Pero la precipitada gesti¨®n de una operaci¨®n inmobiliaria, que ha vendido el solar p¨²blico a una compa?¨ªa privada, puede dar al traste con ese anhelo vecinal.

Tal meta ha sido expuesta y reivindicada recientemente en la Asamblea de Madrid por ?lvaro Bonet, joven arquitecto portavoz de la organizaci¨®n Madrid, Ciudadan¨ªa y Patrimonio. Su intervenci¨®n sintoniz¨® con todos los grupos parlamentarios de oposici¨®n y, tambi¨¦n, de una parte del partido gobernante, a tenor de la receptividad mostrada hacia la exposici¨®n realizada ante la C¨¢mara por Bonet.

Nueva York, Viena, Budapest o Londres exponen joyas

No obstante, el equipo de gobierno regional decidi¨® recientemente vender a la inmobiliaria Ibosa, por 88 millones de euros, el enorme solar de la calle de Bravo Murillo donde se encuentran las cocheras. Antes de adjudicarse el proyecto ya circulaban los prospectos que hablaban de una torre de 25 pisos, con vistas a la magn¨ªfica pradera que tiene el Canal de Isabel II junto al Parque de Santander. Pisos de lujo, claro, para particulares de lujo. Pero en suelo p¨²blico. ¡°Ha sido una venta no ilegal, pero ileg¨ªtima¡±, denunci¨® el diputado socialista Eustaquio Jim¨¦nez.

Las instalaciones de Metro de Cuatro Caminos muestran el genio del gallego Antonio Palacios Remilo. ?mulo de la arquitectura estadounidense del primer tercio del siglo XX, Palacios dej¨® su impronta en las cocheras madrile?as, desde los hangares con techo de diente de sierra, hasta las soberbias embocaduras de los t¨²neles, los espacios talleres o las naves-aparcaderos de los vagones. Tambi¨¦n dise?¨® las arquitecturas interiores de las primeras l¨ªneas del metro, como la soberbia marquesina para el ascensor de la estaci¨®n de Gran V¨ªa, en la red de San Luis, hoy en el Porri?o natal del arquitecto gallego. Las cocheras de Cuatro Caminos dialogan con el cercano edificio Titanic, poderoso bloque rematado por ¨¢ticos al modo de las chimeneas del legendario trasatl¨¢ntico, obra de Casto Fern¨¢ndez-Shaw, disc¨ªpulo de Palacios.

¡°La recuperaci¨®n resultar¨ªa barat¨ªsima", dice un arquitecto

Madrid, Ciudadan¨ªa y Patrimonio, tras un lustro pugnando por rescatar el legado arquitect¨®nico industrial de Madrid, quiere conservar las cocheras mediante la instalaci¨®n en ellas de un museo m¨¢s completo, sin duda, que los que ya poseen Viena, Budapest, Londres o Nueva York. ?Cu¨¢l es la v¨ªa para conseguir el museo del metro en Cuatro Caminos? ¡°Declarar de manera inmediata Bien de Inter¨¦s Cultural las instalaciones que conservan, casi intactos, los elementos arquitect¨®nicos m¨¢s caracter¨ªsticos¡±, se?ala ?lvaro Bonet. ¡°Adem¨¢s, hay precedentes de paralizaci¨®n de adjudicaciones municipales para evitar operaciones especulativas, como lo fueron la del palacio de Gamazo y la del front¨®n Beti Jai¡±, matiza Marisa Moreno, diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid. Ella ha impulsado, junto con la Sociedad de Amigos del Metro y Tranv¨ªas Hist¨®ricos de Madrid (Samethram) la iniciativa a favor del museo.

¡°La recuperaci¨®n resultar¨ªa barat¨ªsima, ya que el buen estado de las cocheras requerir¨ªa tan solo una mano de pintura y una mera limpieza exterior¡±, subraya el arquitecto Vicente Pat¨®n, que preside Madrid, Ciudadan¨ªa y Patrimonio. ?Qu¨¦ ganar¨ªa Cuatro Caminos? ¡°Una dotaci¨®n muse¨ªstica ¨²nica¡±, dice ?lvaro Bonet, ¡°ya que los 24 coches conservados, de 13 series distintas, as¨ª como los primeros que surcaron el subsuelo madrile?o, han sido, digamos, milagrosamente guardados por Metro. Y ha existido conciencia en la val¨ªa de estos trenes y la posibilidad de musealizarlos¡±.