El videojuego ruge por ser deporte
La final de la Champions del videojuego se estrena en Espa?a con 12.000 espectadores
Son una marea de estrellas azules y rojas. Los aplaudidores, palos de goma rematados por luces led que agitan las m¨¢s de 6.000 almas que rugen en Vistalegre. Gritan a coro la cuenta atr¨¢s, de 15 a 0. Y cuando esta termina, aporrean con los pies y silban a sus ¨ªdolos. Estos esperan sentados frente a ratones y teclados, en lo alto de un escenario en el que una pantalla gigante repasa las alineaciones comentadas y retransmitidas en directo para millones de aficionados pegados a su ordenador. Son H2K y SK, dos de los equipos que se batieron el cobre este fin de semana en el Palacio Vistalegre en la Champions del videojuego.
¡°Lo vivimos igual que el f¨²tbol o el baloncesto. Hasta ahora no hab¨ªamos podido ver en directo un evento as¨ª en Espa?a. Pero en cuanto nos enteramos de que se jugar¨ªa la final europea en Madrid, no nos lo pensamos y compramos la entrada¡±, explica Adri¨¢n Bolea, que vibr¨® desde la grada con su amigo Jorge Ramos viendo a sus ¨ªdolos. 12.000 hinchas pagaron tambi¨¦n como Ramos y Bolea por su asiento, con precios que oscilaron entre los 12 y los 30 euros.
El fen¨®meno que explica este furor por ver a ases del videojuego es el League of legends (RIOT, 2009), conocido como LOL entre sus decenas de millones de fans. Creado por la compa?¨ªa RIOT Games, el juego que enfrenta a dos equipos de cinco h¨¦roes en un escenario de fantas¨ªa ¨¦pica ha logrado en solo seis a?os levantar un fen¨®meno que rivaliza con las grandes citas deportivas. En 2014, durante el fin de semana del 18 al 19 de octubre, 40.000 hinchas abarrotaron el estadio de f¨²tbol Sangam de Se¨²l (Corea del Sur) para ver la final mundial del juego. 32 millones de personas siguieron la final online, frente a los tres millones de internautas que se conectaron para vivir la Super Bowl, el gran evento del deporte norteamericano.
En Vistalegre pudo verse toda la maquinaria de la compa?¨ªa para emular hasta el m¨ªnimo detalle la envergadura de un hito del deporte. Un escenario espectacular con cinco asientos para cada uno de los equipos que contaban con una pantalla para proyectar el rostro del h¨¦roe al que escog¨ªan. Un tr¨ªo de comentaristas, entre los que se encontraban expertos del deporte y jugadores, que desgranaban el lado t¨¦cnico del juego. La retransmisi¨®n en directo de las repeticiones de los momentos m¨¢s espectaculares. Y el p¨²blico que se dejaba la garganta cada vez que la pantalla mostraba uno de esos momentos fugaces y decisivos ¡ªparecidos en lo ef¨ªmero y espectacular a la magia de un gol¡ª en el que los h¨¦roes se enzarzaban en una batalla masiva que se resolv¨ªa en instantes.
Pero el LOL no es solo un espect¨¢culo, es tambi¨¦n un negocio. Los jugadores optan a premios cercanos al mill¨®n de euros en la final mundial. Los equipos realizan fichajes de los jugadores top (generalmente surcoreanos, donde el LOL rivaliza con el f¨²tbol como deporte nacional) por cientos de miles de euros. Y los sponsors aprovechan la ventana publicitaria de decenas de millones de chavales locos por el juego. Pero RIOT Games quiere m¨¢s. Quiere ser deporte para todos: ¡°?Por qu¨¦ un deporte es deporte? Pongamos el f¨²tbol, por ejemplo. En esencia, es un deporte en el que dos equipos compiten por un objetivo, meter un gol. Y a la gente le importa o bien porque lo practican o porque conocen a gente que lo practica. Y esto provoca todo el fen¨®meno cultural en el que los hinchas viven y respiran el deporte sin practicarlo. Creo que con League of Legends se dan muchas de estas caracter¨ªsticas.¡±, afirma Jason Jay (Princeton, Nueva Jersey, 1983), m¨¢ximo responsable de esports para Europa de RIOT.
Desde la gradas, el por qu¨¦ pagar por pasarse la tarde viendo c¨®mo h¨¦roes astados o escamosos se part¨ªan la cara era distinto para cada hincha. Para Jing Jing, aficionada china afincada en Madrid, la clave est¨¢ en lo est¨¦tico: ¡°Me encantan las hero¨ªnas del juego. Creo que son bellas y sexys y empec¨¦ a jugar por ellas. Pero cuando descubr¨ª que no era muy buena, me di cuenta que me gustaba m¨¢s verlo que jugarlo¡±. Para Jorge Ramos es el caso contrario: ¡°Si yo voy a ver un partido y Messi hace un jugad¨®n, luego repetirlo yo en casa es complicado. Pero aqu¨ª es distinto. Viendo las t¨¦cnicas de los grandes, aprendes y notas que mejoras a cada partida¡±.
Los que menos se creen este fen¨®meno global son los propios jugadores, chavales de veintipocos asombrados por la s¨²bita expectaci¨®n que despiertan. As¨ª es para Isaac Flores (Madrid, 1994) Pepinero en el juego porque es el apodo madrile?o para los que nacen en su ciudad, Legan¨¦s: ¡°Esto crece a una velocidad alucinante. Yo no s¨¦ si ser¨¢ con este juego, pero veo que el LOL u otro dentro de 20 a?os podr¨ªan desbancar al f¨²tbol¡±. Sin embargo, pens¨¢ndoselo bien, Flores encuentra razones para que el LOL despierte tanto fervor: ¡°En el f¨²tbol, si vas perdiendo 3-0, es muy dif¨ªcil que te remonten a un 4-3. Pero en el LOL es siempre posible que en un minuto te hagan ese 4-3. Si en el f¨²tbol es dif¨ªcil acertar la quiniela, aqu¨ª lo es m¨¢s (r¨ªe)¡±. El combate entre H2K y SK que se vio en Vistalegre le dio la raz¨®n. 2-0 arranc¨® avasallando SK. Y acab¨® perdiendo 3-2.
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