La polic¨ªa halla sangre humana en el coche de la mujer desaparecida
Los perros de la Guardia Civil detectan tambi¨¦n restos biol¨®gicos en la ba?era y en uno de los desag¨¹es del chal¨¦ de Majadahonda que alquilaba el acusado
Dos perros del Servicio Cinol¨®gico de la Guardia Civil marcaron el pasado lunes ¡ªdurante el segundo registro en el chal¨¦ de Majadahonda donde resid¨ªa la argentina de 55 a?os desaparecida, Adriana G.¡ª nuevas manchas de sangre humana en la vivienda, seg¨²n informan fuentes de la investigaci¨®n. En un primer registro, realizado un d¨ªa antes, ya se localizaron algunas manchas similares en una pared. Los canes tambi¨¦n detectaron el lunes sangre en el coche de la mujer, un Opel Zafira color gris plata, que fue hallado por la Polic¨ªa Municipal de M¨®stoles en las proximidades del domicilio del acusado, Bruno H. V., espa?ol de 32 a?os. Ambos municipios se hallan a unos 22 kil¨®metros de distancia.
El padre del detenido: ¡°Si le hubieran ingresado, no habr¨ªa pasado esto¡±
Consternaci¨®n y sorpresa son los principales sentimientos que se mezclan en la calle de Teruel, en M¨®stoles (205.700 habitantes). Bruno H. V., de 32 a?os y supuesto autor de la desaparici¨®n de su inquilina Adriana G., argentina de 55 a?os, era conocido en el barrio, ya que lleva residiendo en ¨¦l desde hace unos 15 a?os, cuando regres¨® con su padre y su hermana de Puerto Rico.
¡°El padre estuvo por aqu¨ª ayer [por el lunes] y se le ve¨ªa destrozado. Me dijo muy claramente: ¡®Si no se hubiera permitido lo que se ha permitido y lo hubieran ingresado, no habr¨ªa pasado nada de esto¡±, relat¨® Antonio Almena, due?o de un bar situado frente al portal en el que viv¨ªa Bruno H.
El barrio mantiene opiniones contrapuestas sobre el casero del chal¨¦ de Majadahonda. Unos vecinos le describen como una persona que infund¨ªa miedo y con la que no se atrev¨ªan a subir en el ascensor por temor a que les hiciera algo. Otros, por el contrario, afirman que era muy educado y que nunca se met¨ªa en problemas. ¡°Era muy retra¨ªdo y con pocas amistades¡±, explic¨® una vecina suya.
Moreno y de 1,80 metros de estatura, siempre se caracteriz¨® por su delgadez y por sus andares desgarbados. Gran amante del deporte, estuvo apuntado a un gimnasio de la localidad hasta hace unos meses. Despu¨¦s se compr¨® algunos aparatos y comenz¨® a practicar ejercicio en su casa. ¡°En las ¨²ltimas semanas hab¨ªa engordado bastante. Supongo que le habr¨ªan cambiado la medicaci¨®n o algo as¨ª¡±, especul¨® una mujer. El padre no apareci¨® ayer por la vivienda familiar.
Pipo y Elton son los dos perros empleados para hallar restos biol¨®gicos en el chal¨¦ majariego. Ambos animales fueron introducidos en la casa cuando ya se hab¨ªa desarrollado gran parte de la inspecci¨®n ocular. Los gu¨ªas los pasearon por el interior de la vivienda y enseguida marcaron dos lugares muy concretos: una ba?era y un desag¨¹e, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. Los especialistas de Criminal¨ªstica desmontaron el sumidero y tomaron muestras para intentar extraer ADN y comprobar si corresponde a Adriana G., la mujer desaparecida.
Fuentes de la investigaci¨®n destacaron, no obstante, que ser¨¢ ¡°bastante dif¨ªcil¡± que se pueda obtener el marcador gen¨¦tico de la sangre hallada, dado que el casero del chal¨¦, y ¨²nico sospechoso, emple¨® productos de limpieza muy fuertes para eliminar restos biol¨®gicos. Esta acci¨®n habr¨ªa da?ado, por tanto, el ADN y lo har¨ªa inservible.
Los dos perros fueron trasladados posteriormente al dep¨®sito municipal de M¨®stoles, donde se encuentra el Opel Zafira. Tambi¨¦n marcaron restos de sangre en el interior del veh¨ªculo, sobre todo en el maletero. El coche hab¨ªa sido localizado d¨ªas antes en la calle de Larra (M¨®stoles) por agentes de la Polic¨ªa Local.
El autom¨®vil se encontraba estacionado a unos 900 metros del domicilio del casero del chal¨¦ de Majadahonda, que reside en la cercana calle de Teruel.
Las pruebas recogidas tanto en la vivienda como en el veh¨ªculo fueron remitidas a los laboratorios de Criminal¨ªstica para que las analicen y las cotejen con el ADN del hermano de la desaparecida, Eduardo Gabriel G., que lleg¨® a Madrid hace dos semanas. Fue ¨¦l quien denunci¨® ante la Guardia Civil la imposibilidad de contactar con su hermana. Su testimonio abri¨® la investigaci¨®n policial: Adriana le enviaba mensajes de texto al m¨®vil, pero no respond¨ªa nunca a sus llamadas.
El arrestado limpi¨® la casa con lej¨ªa y pudo da?ar el ADN que se va a analizar
Bruno H. V., nacido el 22 de julio de 1983 en Lugo, ten¨ªa pendiente una orden de busca y detenci¨®n por parte del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa para ingresar en un centro hospitalario psiqui¨¢trico. Estuvo empadronado hasta el pasado 30 de octubre del a?o pasado en el domicilio familiar de M¨®stoles, donde resid¨ªa con su padre. Seg¨²n la polic¨ªa, en esa fecha se traslad¨® a vivir a Majadahonda, aunque los vecinos sostienen que no habitaba el chal¨¦ donde desapareci¨® Adriana G. El inmueble pertenece a una t¨ªa del casero cuyo paradero tambi¨¦n se ignora desde hace unos cinco a?os.
El supuesto autor de la desaparici¨®n estuvo ingresado en varias ocasiones en el hospital de M¨®stoles por los problemas mentales que sufre. Los vecinos se?alaron que, incluso, hab¨ªa protagonizado alg¨²n incidente en los ¨²ltimos meses, por lo que fue precisa la intervenci¨®n de la polic¨ªa y de los facultativos sanitarios del Summa. Supuestamente se trataba de brotes psic¨®ticos, tras los cuales quedaba hospitalizado.
Los residentes de los chal¨¦s pr¨®ximos lo califican como una persona ¡°retra¨ªda y muy introvertida¡±, que no ten¨ªa pr¨¢cticamente ninguna relaci¨®n con el resto del vecindario. No obstante, ¨²ltimamente lo encontraban ¡°m¨¢s centrado, ya que se hab¨ªa echado novia¡±. ¡°A veces se los ve¨ªa sentados juntos en el portal. En una ocasi¨®n, al pasar frente a ellos, me la present¨®¡±, relat¨® ayer una propietaria.
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