Las cinco claves de la ley electoral catalana
El Parlament debate por primera vez la regulaci¨®n de las elecciones, pero siguen encallados en su esencia
El Parlament debate hoy por primera vez, despu¨¦s de 35 a?os de intentos infructuosos, la ley electoral de Catalu?a. Sin embargo, la norma no tiene garantizada la aprobaci¨®n ni soluciona la discrepancia principal que la ha mantenido encallada durante tres d¨¦cadas: el recuento de esca?os.
?Por qu¨¦ ha tardado tanto? Cuando hace 35 a?os los diputados se plantearon discutir sobre una ley electoral, el debate se aplaz¨® y se decidi¨® seguir con la norma que rige las elecciones en toda Espa?a. A pesar de que las autonom¨ªas tienen la competencia para hacer su propia regulaci¨®n, pueden adaptarse, si lo quieren, a la estatal. As¨ª se hizo, y todos los intentos de reforma han acabado en nada porque necesitan consenso: dos tercios del Parlament, 90 diputados. Actualmente, se escogen 85 diputados por Barcelona, 18 por Tarragona, 17 por Girona y 15 por Lleida. El recuento se hace por cada una de las cuatro provincias y a partir de la ley de Hondt.
?Por qu¨¦ ahora? Siempre que se ha hecho, el debate se ha aplazado por las discrepancias entre CiU y PSC. La pen¨²ltima ocasi¨®n fue en 2010, con el tripartito, cuando se cerr¨® una propuesta hecha por expertos porque no hab¨ªa acuerdo en el reparto de esca?os. En 2012, los grupos reabrieron la discusi¨®n en una ponencia que ha seguido sin llegar a lo importante. Las elecciones del 27 de septiembre, que los partidos soberanistas quieren plantear como un plebiscito de la independencia, obligan a correr en algunos aspectos donde siempre ha habido acuerdo, como la sindicatura electoral, que tiene que garantizar el buen funcionamiento de todo el proceso. CiU, ERC y la CUP no quieren que las plebiscitarias est¨¦n controladas por la Junta Electoral Central, con sede en Madrid.?
?Por qu¨¦ los partidos est¨¢n divididos? Por el sistema de recuento. Actualmente, los diputados se escogen por un sistema que beneficia las zonas menos habitadas, en detrimento de Barcelona. A pesar de que la provincia de la capital se lleva 85 diputados de los 135, el resto est¨¢n sobrerepresentadas, si se tiene en cuenta que en la provincia de Barcelona viven 5,5 de los 7,5 millones de habitantes de Catalu?a. Es decir: que hacen falta muchos menos votos para sacar un esca?o en Lleida que para hacerlo en Barcelona. Esto beneficia los partidos con presencia en las zonas menos pobladas, como CiU, y perjudica quienes concentran el voto en las grandes ciudades, como el PSC. Pasqual Maragall, que en 1999 gan¨® las elecciones en votos pero no en esca?os, fue uno de los que m¨¢s batall¨® para cambiarlo.?
?Qu¨¦ propone la nueva ley? CiU, Esquerra y la CUP han acordado mantener el sistema actual para poder desencallar el resto de temas: la norma propone la creaci¨®n de la sindicatura electoral y reformas en el funcionamiento de las campa?as que generan consenso. PSC y PP no lo quieren y han presentado un texto alternativo que recoge dos sistemas electorales diferentes. Los socialistas defienden mantener el actual reparto de esca?os por provincias. Sin embargo, a la hora de repartir cu¨¢ntos diputados tocan a cada partido, quieren hacerlo en funci¨®n de los votos en toda Catalu?a. Es decir, que cada esca?o valdr¨¢ el mismo n¨²mero de votos, pero la presencia al Parlament de cada provincia ser¨¢ igual que ahora. El PP defiende un sistema doble: cien diputados ser¨ªan escogidos por el mismo sistema que ahora, mientras que los 35 restantes ser¨ªan de distrito. El m¨¢s votado a cada uno de ellos ser¨ªa el representante del territorio.
Iniciativa est¨¢ de acuerdo en impulsar la ley electoral tal como ha llegado al pleno, pero pide ir m¨¢s all¨¢. Por eso tambi¨¦n han propuesto un sistema propio que elimina las circunscripciones y hace un recuento total en Catalu?a, en el cual cada esca?o vale el mismo n¨²mero de votos. Para garantizar la proporcionalidad territorial, los partidos que saquen m¨¢s del 3% de los votos en cada una de las siete veguer¨ªas -las nuevas divisiones territoriales de Catalu?a, que quieren sustituir las provincias- tendr¨¢n un diputado de aquel territorio. Ciutadans est¨¢ en contra de la ley electoral, pero no se ha mojado con ning¨²n texto alternativo.
?Qu¨¦ tr¨¢mite seguir¨¢ a partir de ahora? La ley seguir¨¢ adelante porque con una mayor¨ªa simple, la que garantizan CiU y ERC, basta. Pero aprobarla definitivamente antes de las elecciones de septiembre requiere una mayor¨ªa de dos tercios, es decir, 90 diputados. Actualmente la norma tiene 88 apoyos: los que suman CiU (50), ERC (21), ICV (13), la CUP (3) y la diputada no adscrita Marina Geli. Los partidos aspiran que el PSC, que se opone a la ley porque no soluciona sus quejas sobre el sistema electoral, acabe poniendo sus diputados al servicio de la nueva ley.
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