Nuevo m¨¦todo
Hemos de ir a un nuevo sistema de financiaci¨®n que no haga recaer sobre las autonom¨ªas las decisiones de gasto que adopte el Gobierno central
Con la llegada a la pol¨ªtica de nuevas personas y nuevos partidos cre¨ªa, ingenuamente, que las campa?as electorales se basar¨ªan en hacer propuestas, en explicar a la ciudadan¨ªa cu¨¢les son las ideas que cada candidatura quiere desarrollar en los pr¨®ximos cuatro a?os, tanto en el ¨¢mbito municipal como auton¨®mico. Hasta ahora el resultado ha sido desesperanzador. Han predominado los insultos, las descalificaciones, los paseos con o sin bicicleta, los besos y abrazos, y han faltado los modelos de ciudad o de regi¨®n. Ante la falta de ideas, yo les voy a avanzar una propuesta que tendr¨ªa que estar en estos momentos sobre la mesa, sobretodo all¨ª donde se celebran elecciones auton¨®micas: el nuevo sistema de financiaci¨®n.
Soy consciente de que en Catalunya este no es el caso, pero vendr¨ªa muy bien comenzar a hablar sobre el modelo de financiaci¨®n para que el tema de la independencia no nos deje sin alternativas viables. Cabe la posibilidad de que en las diferentes comunidades aut¨®nomas donde hay elecciones no se hable de c¨®mo tendr¨ªa que ser el nuevo sistema de financiaci¨®n, que deber¨ªa aplicarse en 2015, porque ya les va bien el actual. De hecho este fue el argumento principal del Gobierno central cuando se negoci¨® el del 2009. Como han pasado muchas cosas durante estos ¨²ltimos a?os y parece que en las elecciones generales va a haber cambios significativos, ser¨ªa conveniente volver a hacer una propuesta fiscal federal para un estado federal.
Aprovechamos el viento a favor del incremento recaudatorio previsto, (si el PP no lo estropea con m¨¢s rebajas fiscales) que no tuvimos en el 2009, cuando este se desplom¨® debido a la desfiscalizaci¨®n de la d¨¦cada anterior y el fin de la burbuja inmobiliaria. Avanzamos mucho hac¨ªa el federalismo fiscal en la propuesta del 2009 y, de hecho, lo que ha provocado la insatisfacci¨®n del modelo han sido, seg¨²n la doctora en Ciencias Econ¨®micas de la Universidad de Barcelona Maite Vilalta, ¡°los fallos de los mecanismos institucionales que han de hacer funcionar el sistema¡±. O sea la voluntad pol¨ªtica del Gobierno.
?C¨®mo podr¨ªa ser un nuevo modelo que no generara animadversi¨®n y permitiera corregir errores de los anterirores, incluida la interpretaci¨®n del vigente? En primer lugar, debe garantizar a todas las comunidades aut¨®nomas que van a mantener sus ingresos actuales y que el Gobierno central no aumentar¨¢ la aportaci¨®n al fondo com¨²n. Podr¨ªa haber dos excepciones de justicia: recalcular la aportaci¨®n de las dos comunidades forales a la solidaridad interterritorial, francamente por debajo de lo que parece razonable, y solucionar la aberraci¨®n de la Comunidad Valenciana donde, por muy corruptos que sean sus dirigentes, sus habitantes no merecen ser la ¨²nica comunidad que est¨¢ por debajo de la media nacional en renta per capita y recibe al mismo tiempo menor financiaci¨®n que la media.
El nuevo sistema debe garantizar a todas las comunidades aut¨®nomas que van a mantener sus ingresos actuales y que el Gobierno central no aumentar¨¢ la aportaci¨®n al fondo com¨²n
En segundo lugar, las comunidades recaudan todos los impuestos posibles y despu¨¦s dan al Estado la parte que corresponda por los servicios que la Administraci¨®n central presta en la comunidad y aportan la contribuci¨®n (positiva o negativa) a la solidaridad interterritorial. Estas aportaciones deber¨¢n ser equivalentes a las que se hayan hecho el ¨²ltimo a?o o a la media de los ¨²ltimos a?os y se actualizar¨¢n seg¨²n el IPC. De esta manera, todo lo que las diferentes comunidades obtengan por desarrollar una pol¨ªtica econ¨®mica m¨¢s activa, m¨¢s social, con impuestos m¨¢s progresivos y ambientales se quedar¨¢ en la propia comunidad
El sistema vigente es perverso. Con la distribuci¨®n actual de los ingresos fiscales, a las comunidades les interesa recortar porque el efecto negativo sobre los ingresos se repercute muy mayoritariamente ¡ªen un 80 %¡ª sobre el Estado y la Seguridad Social, mientras que, a la inversa, estos ¨²ltimos se benefician de la mayor parte de las pol¨ªticas expansivas auton¨®micas.
Finalmente, si el Gobierno central impone un gasto m¨¢s, una competencia m¨¢s o una rebaja fiscal, debe descontarse de la aportaci¨®n a los servicios comunes. As¨ª evitar¨ªamos que el modelo est¨¦ controlado por el Ministro de Hacienda de turno, que, con el actual titular, Crist¨®bal Montoro, se ha convertido en una especie de chantajista fiscal de personas e instituciones. Y ya no ocurrir¨ªa que cuando el Gobierno central decide una pol¨ªtica de recortes, estos caigan fundamentalmente sobre las espaldas de los ciudadanos. Si una comunidad desarrolla una pol¨ªtica expansiva que incremente la recaudaci¨®n, la ganancia marginal tambi¨¦n se quedar¨ªa all¨ª donde se hace el esfuerzo.
]Joan Boada Masoliver es profesor de Historia
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