IU no es refundar, es reinventar
La autora sostiene que "los valores de la lucha por la democracia, de la convergencia dise?ada por Gerardo Iglesias y el proyecto fundacional de IU merecen encontrar una nueva residencia"
Las izquierdas, esas y esos antiguos que a¨²n levantamos trapos rojos en los m¨ªtines, tenemos que repensarnos. Unos, resolver nuestra desaparici¨®n pol¨ªtica; otros, convertir en confianza lo que hoy parece una simple resistencia ¨²til. Entender¨¢n que no sea de quienes aconsejan a los otros y me ocupe de lo que ata?e a mi cuestionada formaci¨®n pol¨ªtica.
Celebradas las europeas, y con uno de los mejores resultados hist¨®ricos de IU, una parte relevante de nuestros dirigentes, atrapados por el impacto pol¨ªtico y medi¨¢tico de los otros, decidieron regalar nuestra historia, nuestros esfuerzos y nuestro capital pol¨ªtico a formaciones a las que nuestra lucha y trayectoria les importan una higa.
Lo han logrado. Me honro en haber acompa?ado la generosidad, el coraje y el proyecto del mejor candidato de IU en el pasado y en el futuro: Luis Garc¨ªa Montero. Un ejemplo de compromiso creativo que, sin embargo, ha sucumbido a pr¨¢cticas desleales de quienes reclamando ser portavoces de la causa han pedido el voto para el adversario. Notable ejemplo de deslealtad que no merece ni el menor comentario.
"El cabreo no es una filosof¨ªa de democracia, y el frentismo no es propuesta razonable"
Pero vengo aqu¨ª no solo a defender la utilidad de los poetas, sino, sobre todo, a afirmar que nuestros valores e ideales no est¨¢n en almoneda. Debemos, s¨ª, reinventarnos sin recurrir a ancestrales e improbables construcciones ideol¨®gicas de esas que defienden los j¨®venes pr¨®ceres sin discurso y sin idea creativa alguna y, muy especialmente, sin recurrir a hojas de ruta fracasadas.
La sociedad de izquierda es, hoy, una sociedad sin afiliaci¨®n; en su mayor parte, sin vinculaci¨®n sindical, tambi¨¦n ah¨ª hace falta repensar y, muy especialmente, sin vinculaci¨®n con instrumentos de gesti¨®n del conflicto social o pol¨ªtico. Por eso, a medio plazo, los emergentes, crecidos en el cabreo de los hijos de la peque?a burgues¨ªa empobrecida, carecen de estrategia. Por eso, el viejo dogmatismo, reclamado por quienes creen gestionar una multinacional y gestionan un estanco, no tiene otra perspectiva que mendigar un esca?o.
Los valores de la lucha por la democracia, de la convergencia dise?ada por Gerardo Iglesias y el proyecto fundacional de IU merecen encontrar una nueva residencia.
"Me honro en haber acompa?ado la generosidad, el coraje y el proyecto del mejor candidato de IU: Luis Garc¨ªa Montero"
Se trata de fuerzas que no teman reclamarse herederas de las viejas banderas rotas, por Labordeta cantadas, pero tampoco rechacen crear nuevos formatos que no sean amalgamas ¡°atr¨¢palotodo¡± ni contenedores de viejas consignas, sino formaciones en red, formaciones unitarias y plurales, algo que algunos dirigentes de IU han predicado pero no practicado.
El cabreo no es una filosof¨ªa de democracia, y el frentismo de los que buscan esca?o desesperadamente no es propuesta razonable para una izquierda plural. Las gentes de izquierda debemos mirar el futuro decidiendo si queremos formar parte de lo nuevo o dejar en gesti¨®n ajena los valores sociales que nos son propios y que hoy no gozan de mayor¨ªa: la solidaridad, la igualdad o el trabajo.
La cuesti¨®n es si quienes no tememos afirmarnos de la izquierda podemos presentar un capital de cambio cre¨ªble, aut¨®nomo, propio y respetable y que nos permita que el voto social (hoy tirando a centro y centro derecha) coincida con el voto pol¨ªtico, aquello de la vieja hegemon¨ªa.
"Me niego a que nuestros valores acaben residiendo en los archivos de viejas y p¨²blicamente financiadas fundaciones"
Habr¨¢ cambio en Madrid, en Valencia. Tambi¨¦n en Arag¨®n o en Cantabria. Los resultados acabar¨¢n permitiendo el gobierno de Susana D¨ªaz. Pero siendo un dato de gran trascendencia que las gentes de izquierda saludamos, debemos convenir que no es suficiente para avanzar un proyecto de transformaci¨®n y que en ese cambio IU est¨¢ ausente. Construir lo nuevo, desde la izquierda, supone reinventar el espacio del conflicto econ¨®mico, hoy atrapado entre el d¨¦ficit ¨¦tico de nuestra sociedad y las radicalidades de discursos econ¨®micos vac¨ªos de contenido. Supone reinventar la pol¨ªtica de libertades y acciones democr¨¢ticas basadas en el respeto a la diversidad pol¨ªtica antes que en el frentismo.
Me niego a que nuestros valores acaben residiendo en los archivos de viejas y p¨²blicamente financiadas fundaciones. Reclamo una nueva plataforma que huya de los lugares comunes de quienes viven en desleales grupos de inter¨¦s. Hay futuro para la izquierda transformadora, pero necesitamos m¨¢s audacia que verdades eternas o mandatos de nuevos bonapartistas.
Libertad Mart¨ªnez es exportavoz de Econom¨ªa de IU en la Asamblea de Madrid.
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