?Ojo al Papa!
Es bueno que todas aquellas personas u organizaciones con autoridad moral para hablar de valores o de ¨¦tica, lo hagan cuando lo crean oportuno
Francisco ha hecho p¨²blica su primera enc¨ªclica; est¨¢ relacionada con la ecolog¨ªa y el cambio clim¨¢tico. Tendr¨¢ mucha m¨¢s repercusi¨®n medi¨¢tica y pol¨ªtica que la mayor¨ªa de las enc¨ªclicas de los ¨²ltimos papas. No la he le¨ªdo todav¨ªa. Bien, he de confesar que he le¨ªdo muy pocas enc¨ªclicas papales, excepto aquellas que se publicaron hace ya a?os, en la ¨¦poca de la renovaci¨®n que promovi¨® Juan XXIII y que tuvo lugar alrededor del Concilio Vaticano II, renovaci¨®n que en bastantes aspectos se frustr¨®. En este caso, tengo la intenci¨®n de leerla. Pero antes de hacerlo, me gustar¨ªa hacer tres comentarios de car¨¢cter previo.
1. El Papa y el mundo. Soy firme partidario de la laicidad, es decir, de la no interferencia de las iglesias y de las religiones en la organizaci¨®n de la convivencia civil. Rechazo los reg¨ªmenes teocr¨¢ticos que no han pasado todav¨ªa por el filtro de la modernidad, y que siguen estando dirigidos por autoridades religiosas, con derivaciones que llegan incluso a organizar cruzadas, guerras santas, o una yihad.
Pero al mismo tiempo, considero que las sociedades humanas han de estar organizadas a partir de unos valores compartidos y de unos principios ¨¦ticos, de los que se deriven democr¨¢ticamente las normas sociales y las leyes. Por tanto, es bueno que todas aquellas personas u organizaciones con autoridad moral para hablar de valores o de ¨¦tica, lo hagan cuando lo crean oportuno. Pero no, repito, para imponer normas, sino para dar orientaciones, o para denunciar errores que, desde su punto de vista, se est¨¦n cometiendo.
2. El Evangelio y el hombre. El papa Francisco, tanto por su autoridad moral personal como por la legitimidad hist¨®rica de su Iglesia, forma parte de estas personas que pueden y deben hablar. La figura de Jesucristo, adem¨¢s de su dimensi¨®n espiritual, tiene una extraordinaria repercusi¨®n humana. El mensaje del evangelio no es solamente un mensaje trascendente, sino tambi¨¦n una impactante, y en su tiempo revolucionaria, proclama social y pol¨ªtica.
La consideraci¨®n de ¡°hijos de Dios¡± para todos y para cada uno de los humanos lleva una carga ineludible de dignidad personal y de libertad. Y la afirmaci¨®n de que ¡°Dios est¨¢ siempre del lado de los pobres¡± implica una enorme exigencia de fraternidad, de justicia y de solidaridad. El mensaje de Jesucristo es pues un mensaje de valores que la Iglesia predic¨® ¡ªaunque a menudo no practic¨®¡ª y que se asemejan extraordinariamente a los de la moderna racionalidad.
No es pues de extra?ar que el Papa pueda dirigirse a ¡°todos los hombres y mujeres del mundo¡± reflexionando sobre valores. Una reflexi¨®n que a¨²n es m¨¢s interesante en un momento lleno de problemas, y en el que adem¨¢s parece que en Roma, en algunos aspectos, se ha redescubierto nuevamente el esp¨ªritu evang¨¦lico.
3. El hombre y la tierra. La personalidad del papa hace esperar que el hilo conductor de su enc¨ªclica ser¨¢ la dignidad humana. Digo esto porque a veces se han entendido las corrientes ecol¨®gicas como una reivindicaci¨®n de los derechos de la tierra, de los bosques, de los pajaritos, o de las ballenas. Para m¨ª, el fundamento de todas estas l¨ªneas de pensamiento deben ser los derechos de las personas, de las que ahora viven y sobre todo de las que vivir¨¢n en el futuro.
La ecolog¨ªa es sobre todo una lucha al servicio del hombre. No degradar el medio ambiente, no malgastar los recursos naturales limitados, favorecer la biodiversidad, o evitar el sobrecalentamiento del planeta no son finalidades ¨²ltimas, sino exigencias actuales para asegurar la vida y el bienestar nuestro y el de las futuras generaciones. Una parte creciente de la organizaci¨®n econ¨®mica actual prioriza otras finalidades que a menudo van en direcci¨®n opuesta, y por ello, recordar hoy estos valores implica sin duda una opini¨®n fuertemente cr¨ªtica de aspectos importantes de nuestra actual organizaci¨®n econ¨®mica y social.
He dicho que seguramente esta enc¨ªclica va a tener m¨¢s repercusi¨®n que otras. Unos la criticaran diciendo que ¡°el papa se mete en pol¨ªtica¡±. Otros acoger¨¢n con alegr¨ªa que se recuerden valores esenciales que hoy d¨ªa se est¨¢n desdibujando. Yo me cuento entre estos segundos. Puede que, al leerla, no coincida en todo su contenido. Pero, en cualquier caso, es de agradecer que el papa incida en ello, en v¨ªsperas de decisiones pol¨ªticas importantes al respecto.
Joan Maj¨® es ingeniero y ex ministro.
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