Caudillismo
Con su estrategia para el 27-S, Mas trata de crearse un espacio pol¨ªtico propio y se presenta como alguien que encarna la voluntad de la naci¨®n y est¨¢ por encima de partidos, opiniones y sensibilidades
Despu¨¦s de las elecciones municipales y la toma de posesi¨®n de los gobiernos de las comunidades y municipios a muchos nos apetec¨ªa tener un periodo tranquilo para analizar y, sobre todo, observar las decisiones pol¨ªticas de los nuevos gobiernos. No ha sido posible, no hay tiempo para sutilezas, vivimos en una vor¨¢gine pol¨ªtica que arrasa con todo lo que significa reflexi¨®n. Lo ¨²nico que permanece es la t¨¢ctica de la destrucci¨®n del contrario pol¨ªtico. Muchos alcaldes o presidentes auton¨®micos, ya antes de prometer su cargo, han sufrido los ataques de la derecha pol¨ªtica y su caverna medi¨¢tica, que han metido miedo a la ciudadan¨ªa como si llegaran a los gobiernos unos nuevos revolucionarios que colectivizar¨ªan todas las propiedades de los ricos y de la iglesia cat¨®lica y ocupar¨ªan sus lugares de privilegio.
Ahora ya estamos en el tiempo pol¨ªtico de las auton¨®micas catalanas y con el ojo puesto en las generales. Este verano, adem¨¢s de caluroso, ser¨¢ pol¨ªticamente caliente. Mas se ha puesto la gorra de capit¨¢n y ha vuelto a coger el tim¨®n de su nave y con voz de s¨²per h¨¦roe ha proclamado que ¡°no estamos para historias. Hemos puesto la directa y vamos muy en serio¡±. As¨ª las elecciones que ha adelantado por dos veces, esta ser¨¢ la tercera, ?eran de guasa? ?Era una manera de tener entretenida la ciudadan¨ªa?
Sinceramente, las decisiones pol¨ªticas de Mas huelen a un nuevo peronismo: con el gobierno de izquierdas el nacional catolicismo catal¨¢n hab¨ªa perdido protagonismo y para recuperarlo en el 2006 corri¨® a Madrid para hacerse una foto con el presidente Zapatero y contribuir a un primer cepillado del Estatut. Una vez conseguida la victoria en el 2010, en plena crisis y con el asedio de la corrupci¨®n que empa?aba el nacionalismo catal¨¢n, agrupado en torno a CiU, Mas se situ¨® al frente del movimiento independentista, convocando nuevas elecciones con el papel de mes¨ªas escogido para llevar a la masa a la independencia prometida. A partir de aqu¨ª convirti¨® el gobierno catal¨¢n en su basti¨®n pol¨ªtico, como herramienta personal ya que el desprestigio pol¨ªtico de CiU, da?ada por las corruptelas, no le permit¨ªa hacer pol¨ªtica de partido. ?l es el escogido.
Su estrategia llega a someter a su aliado, ERC, que no participa en el Gobierno pero le obliga a seguir sus pol¨ªticas neoliberales de desmantelamiento del Estado del bienestar. Su delirio ha llegado a romper la coalici¨®n hist¨®rica con UDC.
Y, por ¨²ltimo reta a las organizaciones sociales independentistas para que apoyen su lista, la ¡°lista del presidente", bueno, ahora se hace llamar, ¡°con el presidente¡±. De esta manera se est¨¢ creando un espacio pol¨ªtico propio. Solamente ¨¦l puede concitar las simpat¨ªas del pueblo, su imagen, su posici¨®n. De este espacio particular podr¨¢n formar parte las personas que lo aman y lo explicitan p¨²blicamente: sus amigos del 2010, business friendly, que estar¨¢n para continuar sus negocios en una Catalu?a independiente. Los que lo encuentran un hombre valiente aunque ha patroneado Catalu?a llev¨¢ndola a las cotas m¨¢s altas de pobreza, de desigualdad, de p¨¦rdidas de derechos laborales, sociales y ambientales. Los que han hecho negocio con el agua, con la sanidad, con los servicios sociales.
El car¨¢cter refrendario que quiere imponer a las elecciones del 27-S nos retrotrae al antiguo caudillismo hispano donde se plebiscitaban presidentes o se propon¨ªan referendos sucesorios. La actitud de Mas me parece un nuevo caudillismo que quiere ponerse por encima de los partidos, las opiniones, las sensibilidades. Un hombre que encarna la voluntad de la naci¨®n. Un individuo que es capaz de proclamar, en un acto en Molins de Rei, bajo el t¨ªtulo de ¡°Bienvenidos al futuro¡±, que ¡°una Catalunya independiente tendr¨ªa unos ¨ªndices de paro como los de Dinamarca o Austria; gozar¨ªa de unas infraestructuras como las de Holanda y de un modelo educativo como el de Finlandia; no tendr¨ªa que sufrir por el idioma propio como en Suecia; y las pensiones ser¨ªan mejores que las de Espa?a¡±.
Una sociedad madura y moderna como la catalana no puede permitir proyectos caudillistas por m¨¢s que se escude en el manto patrio. Catalunya necesita un cambio, una confluencia, una propuesta conjunta que proponga dar salida a las pol¨ªticas neoliberales de CiU-ERC y que la ciudadan¨ªa pueda celebrar un refer¨¦ndum para escoger su relaci¨®n administrativa con Espa?a. En definitiva, una Catalunya en com¨²n.
Joan Boada Masoliver es profesor de Historia.
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