Vin?on y los cocodrilos
La trayectoria de la tienda es una historia barcelonesa: desapego de los ricos por los establecimientos modernos y de los tenderos modernos por la clase media
No derramar¨¦ l¨¢grimas por Vin?on. Ya se han derramado muchas, tantas que quiz¨¢ la tienda de dise?o ha cerrado para saber cu¨¢ntas son, dej¨¢ndose morir lentamente, desafiando al sentido com¨²n y a la elegancia que se le supon¨ªa: entrar hace un mes en Vin?on era asistir a una muerte por extinci¨®n. Una muerte fea y en directo. ?Era preciso?
Esta es una historia barcelonesa ejemplar. Ense?a c¨®mo funciona la ciudad. Las historias as¨ª no son morales ni inmorales, sino un molde para explicar qu¨¦ ha pasado en Vin?on o qu¨¦ est¨¢ pasando en el Macba. Permiten entender m¨¢s ¡°la¡± ciudad, o sea, las ¨¦lites, los ricos. Y los ricos son dif¨ªciles de documentar. Es f¨¢cil documentar a un pobre, que siempre procurar¨¢ explicar su historia al primero que le pregunte. El pobre s¨®lo tiene eso, su historia, por eso ha de hacer filigranas con ella, que de tan antigua no interesa a nadie excepto si eres de la PAH y ahora conoces personalmente a la alcaldesa. Pero el rico tiene dinero. Y el dinero no quiere traj¨ªn.
De ah¨ª que sea tan interesante el final de Vin?on. Su historia ha caracterizado de manera reiterada a los estamentos que dirigen y propagan el gusto en Barcelona. Figura que Vin?on ha sido desde los primeros 70 uno de los pivotes de este gusto. Miren la historiograf¨ªa relativa al dise?o barcelon¨¦s desde entonces y encontrar¨¢n a Vin?on por aqu¨ª y por all¨¢.
Ahora mismo, algo de lo que no se ha liquidado (si es que puede decirse con propiedad que Vin?on ha hecho liquidaci¨®n de existencias) pasar¨¢ al Museu d'Hist¨°ria de Catalunya ¡ªel gran r¨®tulo de ne¨®n rojo de la fachada¡ª y al Museu del Disseny. Qu¨¦ bien. Todo sea por la historia, con h min¨²scula y con h may¨²scula.
Pero vayamos a la intrahistoria. Sin hacer una investigaci¨®n exhaustiva, apuesto el sueldo que no cobro a que la mayor¨ªa de sus clientes naturales hace mucho que abandonaron a Vin?on. Seguro que hay m¨¢s cosas de Vin?on en hogares de sueldos medianos que de sueldos altos. Por diversas razones que mirar¨¦ de explicar a continuaci¨®n.
Los pijos y ricos barceloneses no son muy modernos y si lo son, no les gusta comprar sus cosas en Barcelona
Los pijos y ricos barceloneses no son muy modernos y si lo son, no les gusta comprar sus cosas en Barcelona. Y menos de la Diagonal abajo. Prefieren hacerlo en cualquier otro sitio, Mil¨¢n en los 70 o Nueva York en los 80 o vaya usted a saber qu¨¦ ciudad luego, que en estos asuntos servidora tiene poca informaci¨®n. Conozco en cambio suficientes tenderos del ramo de Vin?on para saber qu¨¦ dif¨ªcil es que un barcelon¨¦s rico les compre nada, tanto como lo del camello y el reino de los cielos. En paralelo, Vin?on se present¨® siempre como tienda cara, exclusiva. Lo ha sido en muchos de sus productos. Pero no se exced¨ªa en los m¨¢rgenes. Si el precio de sus productos era caro era porque lo val¨ªan.
Por contra, Vin?on escondi¨® siempre que, de toda la vida, tuvo muy buenos productos a buen precio. Eso s¨ª lo s¨¦ por experiencia propia, no entro en detalles porque entonces s¨ª que me pondr¨ªa a llorar y no precisamente l¨¢grimas de cocodrilo. Este a?o mismo he comprado bastante: Vin?on se dign¨® hacer rebajas de invierno (dir¨ªa que s¨®lo ha hecho dos a lo largo de los a?os, las rebajas le deb¨ªan parecer ?vulgares?). Para encontrar cosas interesantes a buen precio y duraderas, s¨®lo hac¨ªa falta entrar por la calle Proven?a. Pero Vin?on no lo publicitaba, nunca hizo nada por reconocer que sus clientes no eran los ricos sino la clase media educada.
La crisis ech¨® fuera de Vin?on a la clase media tanto como la propia tienda: Vin?on, indolente, no mim¨® a sus verdaderos clientes, ahora tampoco. ?El circo tur¨ªstico del paseo de Gr¨¤cia se ha comido a Vin?on? Permitan la discrepancia. Vin?on se ha matado sola, sin darse cuenta de que a su alrededor no hay ya s¨®lo tiendas para el turismo sino tambi¨¦n para los usos que la gente hace de su hogar en ¨¦poca de crisis. Se lo ha mirado ap¨¢tica, renunciando a liderar el dise?o en tiempos de emergencias: la gente come m¨¢s en casa y se lleva comida al curro (si lo tiene) y as¨ª han surgido las tiendas pertinentes. Ya no hace falta ir a Ikea. Cosas ¨²tiles, bonitas, duraderas, a buen precio. El mantel individual que buscaba la ¨²ltima vez que fui a Vin?on para completar los anteriores que le hab¨ªa comprado, lo he encontrado en Culinarium.
Y as¨ª ha muerto Vin?on, una casa con dependientes que entraron a los quince a?os y otros que llevaban all¨ª quince a?os. Ni una buena liquidaci¨®n ha hecho. Una habr¨ªa esperado un final warholiano, m¨¢s distinci¨®n y arrebato.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y profesora de la UPF
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