Los peregrinos del secesionismo
Los intelectuales de guardia del proceso, en pleno giro copernicano, van traslad¨¢ndose con armas y bagajes a la fe anti-sistema
Los g¨¦neros literarios se entremezclan en la pol¨ªtica de la Catalu?a de hoy. De una parte, existe el embrollo de las listas para unas elecciones que nadie sabe si se har¨¢n. Tiene elementos de comedia de embrollo o de vodevil. Desde luego, es tragedia para quienes creyeron fidedignamente que la independencia estaba a la vuelta de la esquina. De otro lado no faltan los viejos rasgos del relato cl¨¢sico de peregrinaje para llegar al bien o a la perfecci¨®n. Una variante truculenta del peregrinar soberanista es la de los independentistas pentiti. En la Italia de los a?os setenta, el pentito ejerc¨ªa su arrepentimiento delictivo ampar¨¢ndose en la ley para indagar la verdad. En Catalu?a, referimos los pentiti al caso de los independentistas que para apartarse de su pasado rupturista recurren a las tribunas medi¨¢ticas m¨¢s a mano para proceder a un deslizamiento t¨¢ctico y salirse del callej¨®n sin salida. En su pen¨²ltimo acto de contrici¨®n, lo l¨®gico es que los pentitiacaben acusando a Artur Mas de todos los males.
Para los intelectuales de guardia del proceso secesionista, el giro copernicano no es f¨¢cil, por mucho que urja. En algunos casos, no es por lealtad sino por una saturaci¨®n argumental radicalizada que ahora impide el regreso ¨¢gil al catalanismo cl¨¢sico, por ejemplo. Eso ocurre cuando sostienes una y otra vez que la Espa?a de Espriu y de Vicens Vives ha fracasado, cuando pides mayor¨ªas indestructibles por la secesi¨®n o dices que los no secesionistas son pre-dem¨®cratas. Pero ya pueden detectarse diversas formas de figuraci¨®n y fuga.
Un caso es el de los peregrinos secesionistas que van traslad¨¢ndose con armas y bagajes a la fe anti-sistema. En Barcelona abundan los maestros en el arte del camuflaje y del transformismo intelectual. Su argumento m¨¢s fino es que se ha producido una traslaci¨®n del eje nacional al eje social. Si hasta ahora lo reduc¨ªan a soberanismo o unionismo, por no hablar de la pintoresca divisi¨®n entre dependentistas e independentistas, ahora pasan del populismo secesionista al populismo anti-sistema con la soltura del mago que se saca un conejo de la chistera. Pero para no involucrarse directamente, al menos por ahora, en la erupci¨®n municipal de Ada Colau, recuperan el clasicismo de la confrontaci¨®n entre derecha e izquierda que, por lo menos, est¨¢ en circulaci¨®n desde la Revoluci¨®n Francesa. Previsiblemente, est¨¢n predispuestos a irse desplazando seg¨²n transcurran las dial¨¦cticas de nuestro tiempo.
El embrollo de las listas para unas elecciones que nadie sabe si se har¨¢n tiene elementos de comedia de enredos o de vodevil
Otra opci¨®n para peregrinos en fase de reubicaci¨®n es enrolarse en la amalgama de candidaturas populares, derecho a decidir, anti-sistema y asamble¨ªsmo secesionista. No es de descartar que algunos de estos peregrinos emerjan nominalmente en cualquiera de las listas que est¨¢n siendo utilizadas como arma arrojadiza por la clase pol¨ªtica, la nueva y la vieja. Al fin y al cabo, se trata de dar la voz al pueblo, paliar las urgencias de las clases populares, acusar de todos los males al capitalismo, abolir la globalizaci¨®n, desterrar el euro y pertrecharse para la gran batalla cuando llegue a Barcelona el debate sobre el Tratado Trasatl¨¢ntico de libre comercio. Es imaginable un ayuntamiento de Barcelona en pie de guerra contra un tratado comercial que ¡ªseg¨²n la versi¨®n anti-sistema¡ª nos condenar¨¢ a una dieta de fast food etiquetado como pollo de Kentucky.
Un caso muy peculiar es el de quienes despu¨¦s de haber requerido la inmediata secesi¨®n de Catalu?a ahora dan prioridad al desmoche de las tesis anti-sistema. Ese es el peregrinaje de ¨ªndole m¨¢s curiosa. Y a la vez el m¨¢s heroico. Al constatar el baj¨®n de temperatura secesionista, sus portavoces han pasado al ataque contra los componentes demag¨®gicos anti-sistema. En fin, se mofan de que Podemos sostenga que ¡°otro mundo es posible¡±. La paradoja est¨¢ en que eso es lo que dec¨ªan a favor de la independencia hasta el punto de sostener que val¨ªa la pena incluso a costa de quedarse fuera de la Uni¨®n Europea. Ahora critican las tesis anti-sistema por irrealistas, por ser sue?os peligrosos, por saltarse la ley cuando convenga. En su momento ¨¢lgido creyeron que otra Catalu?a era posible; hoy critican que para Barcelona en Com¨² otro mundo sea posible. Claro, para los opinantes irreductibles del secesionismo, los pentiti son carne de ca?¨®n. Comparado con los encabalgamientos del peregrinaje secesionista, es un juego de ni?os aquel rifirrafe constante entre el periodismo convergente y el periodismo socialista en la Barcelona del pujolismo.
Valent¨ª Puig es escritor.
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