Van der Weyden regresa a El Escorial
El Calvario y su restauraci¨®n se exhiben en tres salas del monasterio hasta diciembre
Tres l¨¢grimas. Una cruz. Tres figuras. Con su composici¨®n, guiada por un vigoroso impulso creador, el artista flamenco Rogier van der Weyden (Tournai, 1399-Bruselas, 1464) pint¨® El Calvario, uno de los ¨®leos trascendentales de la Historia de la Pintura universal, al decir de los principales cr¨ªticos de Arte. Gurriatos, madrile?os y forasteros pueden deleitarse en su serena contemplaci¨®n hasta diciembre en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. All¨ª, adonde la tabla sacra regresa ahora, ha permanecido 400 a?os hasta hace apenas un lustro. Entre 2011 y 2015 fue restaurado por Loreto Arranz y Jos¨¦ de la Fuente de las heridas causadas por la humedad y el incendio monacal de 1671, gracias a la pericia de ambos especialistas, de Patrimonio Nacional y del Museo del Prado respectivamente. La obra form¨® parte de una reciente exposici¨®n en el Prado sobre el pintor de Tournai, autor asimismo de su inmortal Descendimiento.
En El Calvario, Rogier van der Weyden describi¨® pl¨¢sticamente el tr¨¢nsito de la Edad Media al Renacimiento en el Norte europeo. Lo hizo sobre una tabla de madera del mar B¨¢ltico, de 3,25 metros por 1,94 metros de anchura, sobre un bastidor de trece cuarteles de roble para soportar sobre ¨¦l una representaci¨®n de la crucifixi¨®n de Cristo con tres figuras de tama?o natural; unt¨® pues sus pinceles en pigmentos de crom¨¢tica radiante; ide¨® un misterioso artificio para iluminar colores y sombras; y, al cabo, represent¨® a Cristo en la cruz, flanqueado por su madre, Mar¨ªa y por Juan, su disc¨ªpulo favorito, con una emoci¨®n ins¨®lita: de ella dan testimonio las tres l¨¢grimas que pos¨® sobre las mejillas del Profeta muerto, junto a la madre abatida y el disc¨ªpulo amado preludiando en su semblante la doble resurrecci¨®n, mesi¨¢nica y renacentista, que adivina.
Rogier van der Weyden consigui¨® -y El Calvario lo muestra- que de sus figuras aflorara una misteriosa luz interior, cargada de poes¨ªa, desconocida hasta entonces -se cree que la obra fue pintada a partir de 1457-: logr¨® tal efecto gracias a una base de pintura blanca sobre la que asentaba luego los colores; adem¨¢s, tras dejar secar el ¨®leo, perfilaba las sombras gracias a un aglutinante trasl¨²cido, con una imprimaci¨®n propia, que transparentaba las formas: pa?os, telas y carnaciones cobraron por su mano humana geometr¨ªa, adquiriendo sus pinturas aspecto escult¨®rico, tridimensional, pero signado por una sentimentalidad que acompa?ar¨ªa ya, desde entonces, el pulcro arte de los pintores flamencos.
La exposici¨®n explica en tres salas, a base de audiovisuales y cartelas, los estudios a base de rayos ultravioleta, dendrocronol¨®gicos, radiol¨®gicos, y reflectogr¨¢ficos acometidos en la restauraci¨®n de El Calvario, cuyo desenlace ha permitido a la tabla recobrar su curvatura natural, protegerla con un sistema de muelles aplicado a un nuevo bastidor y a su paleta devolverle, mediante una reintegraci¨®n reversible, la magnificencia crom¨¢tica que brind¨® a la obra. Pese a ser identificado su autor, durante d¨¦cadas, con el Maestro de Fl¨¦malle, estudios recientes confirman que el de Fl¨¦malle no fue otro que Roberto Campin, mentor de su excelso disc¨ªpulo Roger van der Weyden, orgullo del Arte flamenco, hoy, en San Lorenzo de El Escorial, al alcance de las miradas m¨¢s ¨¢vidas de belleza, pasi¨®n y equilibrio.
El Calvario. Rogier van der Weyden (1399-1464) De 10 a 20.00, todos los d¨ªas, salvo lunes. Entrada: 10 euros. Mi¨¦rcoles y jueves de 5 a 7 de la tarde, gratis. Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.
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