Te purifico el aura por 950 euros
Desde hace a?os, proliferan brujos y videntes que aseguran curar todos los males. Pero no devuelven el dinero si fallan. El Tribunal Supremo avala la legalidad de la actividad
Los esp¨ªritus han aceptado el trato: 300 euros a cambio de mediar entre Carlos y Amparo. Har¨¢n un sacrificio para que ¨¦l la recupere. Pero antes el cliente tiene que comprometerse a pagar. El maestro Badi, un brujo de Guinea Conakry que se anuncia en Madrid, le agarra de las mu?ecas. "Tranquilo, tranquilo", templa su compa?ero de piso. Un hombret¨®n guineano que habla el mismo dialecto africano: "Esto es parte del ritual. El profesor dice que los esp¨ªritus con los que ha contactado est¨¢n de acuerdo con lo que ofreces. Pero tienes que venir esta tarde a darnos el dinero. Repite conmigo el juramento". El sacrificio cuesta, en realidad, 950 euros y no se sabe muy bien en qu¨¦ consiste. Aunque los entes han aceptado el regateo. De esa extra?a ofrenda saldr¨¢ un ung¨¹ento fabricado en Conakry, la capital de Guinea, que el comprador tendr¨¢ que untarse tres veces al d¨ªa por todo el cuerpo. Tiene el alma sucia y debe purificar su estrella para que su exnovia vuelva. "?Y cu¨¢ndo recibir¨¦ ese gel?", les pregunta Carlos algo estupefacto. "Hoy a las cinco", le concretan.
?Son las once menos veinticinco de la ma?ana. La capital de Guinea est¨¢ a seis horas y cinco minutos de Madrid en avi¨®n. Eso en el mejor de los casos; habr¨ªa que hacer una o dos escalas. Y sumar tambi¨¦n el trayecto desde el aeropuerto de Barajas hasta Moratalaz, el distrito donde el profesor Badi pasa consulta por 30 euros. Quiz¨¢s los esp¨ªritus van a ir algo justos de tiempo. Aunque este maestro se jacta en su anuncio de tener "los m¨¢s r¨¢pidos y poderosos". Algo as¨ª como un SEUR de los milagros. Lo asegura en varias p¨¢ginas de Internet. Con una foto que no se corresponde con su aspecto; unos cuarenta a?os, estatura media y ojos profundos. Y no ese se?or anciano, de barba y en trance. A veces est¨¢ en Madrid y otras aparece en ?vila. Y a veces tambi¨¦n se llama Bako y se anuncia en octavillas. Cosa de la omnipresencia. En su anuncio, adem¨¢s de celeridad, garantiza "resultados 100%" en asuntos tan variopintos como la impotencia sexual, el mal de ojo, los negocios, los ex¨¢menes, los deportes o el amor. No es el ¨²nico.
El brujo a veces est¨¢ en Madrid y otras aparece en ?vila. Y a veces tambi¨¦n se llama Bako y se anuncia en octavillas. Cosa de la omnipresencia.
Solo en el portal de Milanuncios, hay otros 270 supuestos adivinadores madrile?os. 40 de ellos, brujos. Y como Badi reciben en persona. Y presumen de la misma eficacia. Son tarotistas. Videntes. Curanderos. Futur¨®logos. Alg¨²n que otro m¨¦dium. Y luego est¨¢ Juan Manuel -64 a?os, acento andaluz- que sostiene que si Carlos no ha recuperado a su ex es porque no quiere: "Yo triunfo donde los dem¨¢s fracasan. Y no enga?o a nadie. Primero hay que ver si se puede hacer. Y despu¨¦s el tiempo que va a llevar. Mis precios van desde los 300 euros a los 2.000. Dependiendo del ritual que escojas. No es caro. Te pongo un ejemplo. Si t¨² una paella la haces con fuego peque?o, tardas 20 veces m¨¢s que si la haces con fuego alto. Si pagas el m¨ªnimo vas a tardar m¨¢s en recuperar a tu exnovia. Unos 130 d¨ªas m¨¢s o menos".
Para entonces es posible que adem¨¢s del arroz al cliente se le haya quemado el bolsillo. El brujo Juan Manuel es algo m¨¢s humilde y garantiza un 95% de fiabilidad. Aunque no devuelve el dinero si el ritual falla. "Nadie te lo va a devolver", reconoce sin tapujos. Podr¨ªa parecer una estafa. Pero en 2007 el Tribunal Supremo absolvi¨® a una curandera que hab¨ªa sido condenada a dos a?os y medio de c¨¢rcel por comprometerse a curar a un enfermo terminal de c¨¢ncer a cambio de 18.000 euros. Entonces el Alto Tribunal expuso: "La esperanza es humanamente entendida, pero la confianza en la magia no puede recabar la protecci¨®n del derecho penal". Para el Supremo aquello no supon¨ªa una estafa porque "el ciudadano medio de nuestra sociedad tiene un nivel de informaci¨®n sobre estas enfermedades y sus caracter¨ªsticas que dif¨ªcilmente puede alegar confianza racional en poderes paranormales".
El maestro Badi cobra 30 euros por dar un primer diagn¨®stico. Algo que ya advert¨ªa por tel¨¦fono la persona que descolg¨®: "Primero tiene que ver si tu problema tiene soluci¨®n. Pero por lo que me cuentas seguro que s¨ª". Si se paga, claro, el remedio. Un vecino del inmueble cuenta que los brujos del primero llevan dos a?os en ese piso: "Pero tienen pocos clientes. Vienen sobre todo sudamericanos y alguna ama de casa. Aunque la ¨²ltima persona que vi en julio era una rubia despampanante". Este residente calcula que el alquiler del piso, de apenas 30 metros cuadrados, le cuesta al brujo y a su compa?ero el traductor unos 500 euros. Algo m¨¢s del precio pactado por el ung¨¹ento que en ese momento est¨¢n fabricando los esp¨ªritus guineanos. "El due?o de la casa muri¨®. Y sus sobrinos se lo han alquilado. Est¨¢n al tanto de lo que hacen. Y ellos pagan religiosamente. Los brujos no dan problemas", a?ade. Eso explica por qu¨¦ hay un escudo del Athletic de Bilbao en la habitaci¨®n donde el profesor hace sus rituales. Cuando Carlos entra descalzo y lo ve, compadrea: "?Anda! Si son ustedes leones. ?Vieron la Supercopa? ?Qu¨¦ partidazo!". Pero a ellos ni siquiera les gusta el f¨²tbol. Y adem¨¢s hay que guardar silencio. Las persianas est¨¢n bajadas y solo hay tres velas verdes encendidas. Huele a incienso. Y desde el sal¨®n llega el sonido de la serie Los protegidos, del canal Neox. Hasta que el hombret¨®n cierra la puerta.
"La esperanza es humanamente entendida, pero la confianza en la magia no puede recabar la protecci¨®n del derecho penal", dice el Supremo
Las velas iluminan de refil¨®n al brujo. Est¨¢ sentado sobre una alfombra y es algo m¨¢s menudo que su compa?ero. Lleva una t¨²nica negra y un birrete blanco. Y sujeta un rosario de este color. Su ayudante le pide a Carlos que se coloque enfrente. Badi no habla castellano y es su compa?ero de piso quien le explica que el cliente ha roto con su exnovia y quiere recuperarla. Aunque su di¨¢logo es mucho m¨¢s largo que este enunciado. Adem¨¢s del escudo del Athletic, herencia del antiguo due?o, el visitante distingue en la pared unos extra?os jerogl¨ªficos dibujados en unos telares de color rojo y negro. Tambi¨¦n hay una bandeja de plata en el suelo con un tablero dividido en casillas y seis dados con forma de caracola. Las casillas tienen pintados los mismos s¨ªmbolos que se ven en la pared. "?Esos signos de ah¨ª? Nosotros somos musulmanes y espiritistas. Pero guarda silencio que el maestro va a contactar con los esp¨ªritus para saber si tu problema se puede arreglar. Pon la mano ah¨ª".
Ah¨ª es una hoja cuadriculada de un cuaderno. El brujo dibuja el contorno. Y le pide a su cliente que escriba su nombre y apellidos. Carlos P¨¦rez. Su edad. 34. El nombre de su madre. Asunci¨®n. Y tambi¨¦n el nombre y los apellidos de su exnovia. Amparo Garc¨ªa. Luego coge tres dados y los lanza. Badi anota el resultado que sale -algo as¨ª como dos puntos y una curva- en el dedo anular de la mano que ha pintado. Despu¨¦s susurra una oraci¨®n mientras desliza las cuentas del rosario. El trance dura unos dos minutos. Abre los ojos y su compa?ero zanja: "Hay soluci¨®n, pero tambi¨¦n hay un problema. Pero antes paga los 30 euros".
"Existe un producto que fabrican nuestros esp¨ªritus. Tenemos tres modelos: el de 950 euros, con m¨¢s energ¨ªa positiva. El de 750, con menos. Y uno m¨¢s peque?o de 550"
Resulta que Amparo dej¨® a Carlos porque estaba cansada de la rutina. Y ahora ¨¦l tiene el aura sucia. Si quiere recuperarla, tiene que purificarse. Y eso cuesta 950 euros. Regateables, eso s¨ª. "Existe un producto que fabrican nuestros esp¨ªritus. Har¨ªan un sacrificio en tu nombre. Y luego te traer¨ªamos un gel desde Conakry que te tendr¨ªas que untar tres veces al d¨ªa por todo el cuerpo. Tenemos tres modelos: el de 950 euros, con m¨¢s energ¨ªa positiva. El de 750, con menos. Y uno m¨¢s peque?o de 550". El profesor vuelve a intervenir:
-?Qu¨¦ es lo que ha dicho?
- Espera. Est¨¢ contactando.
- Pero¡
- ?Calla!
Malas noticias. Ha visto a un hombre que est¨¢ rondando a la exnovia de su cliente. "O te das prisa o te la quitan. ?Cu¨¢nto nos ofreces por purificar tu estrella?". Al maestro Badi se le escapa una sonrisa cuando escucha "300 euros".
Podr¨ªa decirse que tanto la escena como la argumentaci¨®n de este supuesto brujo son algo surrealista. Pero hay quien tiene m¨¢s tendencia a la sugesti¨®n. Seg¨²n explica Carlos Blanco, m¨¦dico psicoanalista, hay quien no tolera los procesos de incertidumbre y eso le lleva al pensamiento m¨¢gico. "La ansiedad y el miedo que le provocan los cambios o la posibilidad de que le ocurra algo malo son mayores que la racionalidad. Aunque tambi¨¦n tienes que estar predispuesto a creer en estas pr¨¢cticas", matiza. En abril, el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas pregunt¨® a 2.479 espa?oles por su fe: el 68,8% se declaraban cat¨®licos; el 2,3% profesaba otra religi¨®n; no creyentes, 15,6%; ateos el 10,3%; y el 3% no contestaron.
Es dif¨ªcil saber si los clientes que acuden a la tienda la Santer¨ªa Milagrosa, en la esquina con la calle de Montera, lo hacen movidos por esa ansiedad o simple curiosidad. Lo que s¨ª es cierto es que muchos de los brujos que se anuncian por Internet o en folletos compran aqu¨ª su material. Como Juan Manuel, el brujo del ejemplo de la paella; un habitual de este establecimiento. "Por eso son tan caros mis rituales", replica, "los mu?ecos y las hierbas que uso vienen de Hait¨ª. Cobro 2.000, pero yo saco limpios 500". Las hierbas que se venden en la Santer¨ªa Milagrosa son, sin embargo, de uso com¨²n y tiene una horquilla de precios que va desde los 2,70 euros a los 8,75. Los mu?ecos cuestan algo m¨¢s: 30,52 el m¨¢s caro. El grupo empresarial que sostiene a esta tienda, y a otras tres m¨¢s en Madrid y otra en Barcelona, dispone de 17.000 productos en stock. Su almac¨¦n es el mayor centro de exportaci¨®n de productos esot¨¦ricos de toda Europa. Pero aqu¨ª ni curan ni hacen milagros. Un cartel en la puerta lo deja claro: "Los productos y rituales que se venden en la tienda no deben sustituir ning¨²n diagn¨®stico o tratamiento m¨¦dico profesional dado por su m¨¦dico u otros profesionales de la salud". Y por si esto no fuera suficiente, apostilla: "Para cualquier enfermedad cr¨®nica o depresi¨®n mental busque la aprobaci¨®n de su m¨¦dico o profesional de la salud pertinentes antes de solicitar nuestros servicios".
"Nadie es adivino, te digo ahorita que eso es mentira. Si yo fuera adivino tendr¨ªa el euromill¨®n en el bolsillo".
El nombre de la tienda es puro marketing. Y no les va mal a tenor de lo que facturan: un mill¨®n de euros al a?o. Lo afirma el due?o del grupo Santer¨ªa Milagrosa, Ricardo Salas. Curiosamente, ateo convencido. "S¨¦ que diciendo esto pierdo clientes, pero prefiero dormir bien por las noches. No me gusta aparentar lo que no soy. Hay gente que cree y es religiosa. Y si es feliz as¨ª que sea feliz. Pero yo no voy a esperar a que Dios me llene la tienda. Yo me levanto y voy. Somos 27 trabajando en la empresa. Y exportamos a Alemania, Holanda, Italia, Suiza¡ Para m¨ª esto es un trabajo con el que pago el colegio de mis hijos de 15 y 10 a?os. Yo te vendo a dios y al diablo", se sincera este antiguo peletero de 57 a?os. Cre¨® la tienda en 1997 al ver un nicho de mercado que nadie estaba explotando. En este tiempo le han multado dos veces y le han intentado cerrar la tienda. Adem¨¢s de 12 inspecciones. Pero parece que Salas tiene un ¨¢ngel de la guarda. El producto m¨¢s vendido es el agua de Florida. "Cuesta 9,90 euros y huele muy bien. En Per¨² lo venden para curar dolores. Si t¨² te lo crees y te va bien ?aleluya! Pero aqu¨ª no curamos a nadie", repite. "Se usa sobre todo para purificar el ambiente en clases de yoga o pilates", tercia Alejandra, su pareja. Tan incr¨¦dula como ¨¦l.
La tienda est¨¢ hasta arriba de velas. V¨ªrgenes cat¨®licas. Collares. Libros. Cartas del tarot. Y tambi¨¦n hay varias muestras del gel que el maestro Badi le ofrece a Carlos, el cliente del aura sucia, por 950 euros. Aqu¨ª cuesta 11,90. Seg¨²n se lee en su etiqueta, sirve para lavar paredes, puertas y suelos. Y lleva agua y ¨¢cido c¨ªtrico, entre otros componentes. "?Qu¨¦ hay estafadores? ?Por supuesto! Pero en nuestros tickets de compra tambi¨¦n lo ponemos muy claro: 'Los rituales y art¨ªculos de culto vendidos en esta tienda est¨¢n protegidos por el art¨ªculo 16 de la Constituci¨®n sobre la libertad ideol¨®gica. Y no se garantiza otro resultado que el derivado de su propia fe espiritual". Este empresario tambi¨¦n se cubre las espaldas con los babalawo [los sumos sacerdotes dentro de la santer¨ªa cubana] que pasan consulta por 69 euros en la planta de abajo. "Yo no contrato a ateos como yo. Yo contrato a personas que s¨ª creen y se piensan que tienen poderes aunque yo creo que se creen que tienen poderes, que es muy diferente. Pero en su contrato hay un anexo que les proh¨ªbe hacer rituales relacionados con la salud f¨ªsica y mental". ?Y qu¨¦ tipo de personas les consultan? "Pues gente de todo tipo. Tambi¨¦n famosas que vienen aqu¨ª disfrazadas para que no se las reconozca. O famosos que manda al ch¨®fer a buscar al babalawo para consultarle en su finca. Y despu¨¦s encima no lo traen de vuelta y lo dejan tirado en el Cercan¨ªas. Pero hay casos peores. Hay gente que viene rebotada de supuestos videntes que se anuncian por Internet. Una vez vino una chica que nos dijo que el brujo al que hab¨ªa consultado para ver si era posible volver con su exnovio le hab¨ªa obligado a hacerle una felaci¨®n porque necesitaba el semen para el conjuro. Yo le dije que lo denunciara, pero muchas veces no lo hacen por verg¨¹enza". El portavoz del Sindicato Independiente de Polic¨ªa, Alfredo Perdiguero, confirma este extremo. Y a?ade: "Pero si denuncias lo dif¨ªcil es demostrarlo. Sobre todo teniendo en cuenta que el cliente ha accedido a darle el dinero libremente. Y se ha puesto ¨¦l en contacto con el brujo y no al rev¨¦s. Otra cosa es que haya varios afectados. Pero es complicado. Adem¨¢s en el C¨®digo Penal no est¨¢ tipificada una cantidad para el delito de estafa".
La polic¨ªa: "Si denuncias lo dif¨ªcil es demostrarlo. Sobre todo teniendo en cuenta que el cliente ha accedido a darle el dinero libremente
"Nadie es adivino, te digo ahorita que eso es mentira. Si yo fuera adivino tendr¨ªa el euromill¨®n en el bolsillo". ?ngel Antonio Calabia, unos de los dos babalawos que pasan consulta en la tienda de la Santer¨ªa Milagrosa, despeja, por si hiciera falta, cualquier duda. Aunque la escena, en este caso, recuerda m¨¢s bien a un chequeo m¨¦dico. O espiritual. Para empezar el cliente no tiene que explicarle su situaci¨®n. Este venezolano de 39 a?os -expolic¨ªa y comerciante- consulta directamente a Orula, uno de las deidades de la religi¨®n yoruba. Y este orisha o divinidad se manifiesta a trav¨¦s del or¨¢culo de If¨¢, representado en un collar de coco. Este sacerdote interpreta sus palabras y hace un diagn¨®stico del visitante. Durante todo el proceso se ayuda de un libro que consulta a modo de vadem¨¦cum. "Yo te voy aconsejando qu¨¦ hacer en base a lo que Orula ve. Y si al final tienes alguna pregunta lo consultamos". El d¨ªa que el cliente visit¨® al babalawo ?ngel, con 15 a?os de trayectoria, el dios Orula le recomend¨® varias cosas: no comer crust¨¢ceos en 21 d¨ªas, vestir de blanco durante el mismo tiempo, cuidarse de ciertas personas y echarse novia de una vez. Aunque ninguna de estas cosas era vinculante.
El profesor Badi, en cambio, exige hacer un juramento. Mientras sujeta a su cliente por las mu?ecas: "Yo, Carlos P¨¦rez, conf¨ªo en vosotros. Y quiero que mi novia vuelva ya, ya, ya". Tras lo cual, y con la ayuda de su traductor, el exnovio despechado recita unas palabras en el mismo dialecto que ha ido escuchando durante los quince minutos que ha durado la consulta. Obviamente no entiende nada de lo que dice. "Recuerda: a las cinco tienes que venir y pagar", insiste el compa?ero del brujo con un apret¨®n de manos. Carlos se despide del maestro y sale por la puerta. Aunque volver¨¢ a verle en la calle un rato m¨¢s tarde. Repartiendo octavillas. Sin t¨²nica ni birrete. Mucho m¨¢s profano. Con unos pantalones negros y una camisa amarilla de manga corta. En esas suena su m¨®vil y se carcajea. No hace falta ser adivino para saber lo que le est¨¢ contando a su interlocutor. La historia de Carlos y Amparo. Que, por cierto, no han roto. Es que ni siquiera existen.
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