La lucha por el cinco
Familias y asociaciones de autismo denuncian que se ¡°incumple¡± la ratio de cinco alumnos por aula de forma ¡°generalizada¡± en los centros de trastorno del desarrollo
Juntos apenas suman medio siglo, pero Sergio, Miriam, Javier, ?lvaro y Luc¨ªa ya se han ganado el t¨ªtulo de ¡°supervivientes¡±. Lo cuentan sus profesores, sus padres que viven a diario c¨®mo se esfuerzan por comunicarse, por expresar lo que les duele o alegra, por no dejar que el autismo los separe de la realidad. Ahora se enfrentan a una nueva lucha: conseguir que en sus aulas ¡ªllamadas TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo)¡ª solo haya cinco alumnos. ¡°No pedimos privilegios, reclamamos el derecho de nuestros hijos a tener una educaci¨®n de calidad¡±, explica Jos¨¦ Miguel S¨¢nchez, padre de Miriam y presidente de Surestea, que agrupa a personas con autismo en el sureste.
Los centros preferentes, que atienden a los ni?os con TEA (Trastorno de Espectro Autista), est¨¢n regulados por el documento marco que elabor¨® la Consejer¨ªa de Educaci¨®n en 2003. Se incluye la recomendaci¨®n de que haya ¡°hasta cinco alumnos integrados por aula¡±. Una ratio que se ha mantenido durante una d¨¦cada, pero que lleva dos a?os ¡°incumpli¨¦ndose de manera generalizada en todos los centros de la Comunidad", afirman desde la Plataforma 5 por aula TGD.
La terapia adicional marca la diferencia
A Bel¨¦n le encantar¨ªa que su hija Luc¨ªa, de siete a?os, pudiera ir a actividades extraescolares que reforzaran lo que la ni?a intenta aprender en clase. Desde que son seis ni?os en su aula TGD, la familia sabe que no recibe toda la atenci¨®n que necesita para desarrollarse: ¡°No hay medicamentos que curen el autismo. Pero est¨¢ la motivaci¨®n, la estimulaci¨®n. Yo no puego pagar 300 euros al mes en una terapia fuera, as¨ª que todo lo que ahora no recibe en el cole se lo intentamos dar en casa¡±, explica preocupada esta madre que cada d¨ªa adapta materiales y realiza pictogramas para su hija.
Yolanda Sotillo, psic¨®loga especializada en ni?os con TEA, se encarga de esta labor de una forma profesional: su oficina est¨¢ llena de colores, juguetes e im¨¢genes de ¨¢rboles y casas. Esta profesional considera esencial dar un tratamiento individualizado a cada ni?o, por lo que tarda m¨¢s de una hora en elaborar manualmente los materiales que necesita para explicar a ?lvaro, de ocho a?os, lo que debe hacer antes de dormir. Potencia el desarrollo cognitivo, la conducta y busca que el ni?o se autorregule emocionalmente. Adem¨¢s, de un asesoramiento completo a la familia. ¡°Intento darle los apoyos necesarios para que luego pueda avanzar con sus compa?eros e incluirlo en una educaci¨®n normalizada. Pero nada de lo que hagamos puede sustituir la labor del colegio¡±, expone Sotillo.
¡°Mam¨¢ quiero estar m¨¢s tiempo con mi profesora¡±. As¨ª se refiere Javier, de 12 a?os, a la PT (Pedagoga Terapeuta) que le acompa?a durante sus clases de matem¨¢ticas y lenguaje y le permite seguir las lecciones. Esta maestra le adapta los contenidos en pictogramas: la herramienta visual es una de las que m¨¢s funciona en los ni?os con autismo. Ahora, las profesoras de Audici¨®n y Lenguaje tiene que atender a seis ni?os m¨¢s. ¡°Est¨¢n desbordadas. No les da tiempo a preparar el material individualizado para los siete ni?os. Ellos est¨¢n menos atendidos, m¨¢s desubicados y se pierden en clases que podr¨ªan seguir¡±, cuenta afectada Reyes Fern¨¢ndez, madre del ni?o. Javier tambi¨¦n lo expresa: no est¨¢ llevando bien los ¨²ltimos cambios, est¨¢ m¨¢s nervioso, m¨¢s reacio en el colegio.
El ¨²ltimo informe de Surestea da la raz¨®n a las quejas de las familias: el 59% de los centros preferentes (p¨²blicos y concertados) supera la ratio de cinco alumnos. De los 158 colegios de educaci¨®n primaria e institutos que han analizado 91 no cumplen esta recomendaci¨®n: 71 tienen seis alumnos por aula, 17 tienen siete y tres tienen ocho ni?os. ¡°Cada ni?o m¨¢s en el aula supone restar apoyo al resto. Si les quitas los recursos, los est¨¢s condenando¡±, expone Menchu Gallego, madre de ?lvaro, de ocho a?os.
El porcentaje de aulas que superan esta ratio ha aumentado este curso, seg¨²n el informe de Surestea: del 45% en 2014 al 59%. ¡°No es que pidamos avanzar y consolidar el proyecto educativo, es que hoy pedimos no empeorar¡±, asegura Marina Prieto, su portavoz. ¡°Quitarles horas de atenci¨®n significa abandonarlos".
El Gobierno de Cristina Cifuentes (PP) se comprometi¨® con Ciudadanos en su acuerdo de investidura a mantener la ratio de cinco por aula. ¡°Es un acuerdo para la legislatura. Nuestro primer paso ha sido incorporar 59 nuevos profesores para las necesidades educativas especiales, 21 concretamente para TEA¡±, explican fuentes de Educaci¨®n. Estos docentes se han integrado en 12 colegios de educaci¨®n primaria que ten¨ªan una ratio de siete y en 13 institutos. ¡°As¨ª hemos reducido la ratio de alumnos por profesor en los centros que m¨¢s lo necesitaban¡±, aseguran desde la consejer¨ªa.
"Si les quitas los recursos, los est¨¢s condenando¡±, dice una madre
Una de las opciones que reciben los padres de ni?os con autismo es meterlos en colegios de educaci¨®n especial. La mayor¨ªa descarta esta opci¨®n porque prefiere la posibilidad de una clase ordinaria con profesores y recursos de apoyo que ayude a los ni?os a normalizar su situaci¨®n. Todos repiten el mismo lema: educaci¨®n inclusiva. ¡°Mi hijo puede aprender y puede seguir las clases con los otros ni?os si le dedican el tiempo que necesita y tiene un apoyo dentro del aula. Yo no quiero privarle de que estudie con otros 20 compa?eros de su edad¡±, cuenta Gallego. ¡°El a?o pasado ?lvaro fue a 17 cumplea?os de sus compa?eros, si los profesores hubieran tirado la toalla, sino se hubieran esforzado por incluirlo en el aula se lo hubiera perdido todo¡±.
Sergio, de 15 a?os, quiere ser panadero. Lo sabe desde peque?o. Su madre, Almudena Prieto, amasa pan con ¨¦l. Las horas de taller de cocina que tiene en su instituto le ayudan a tener clara la vocaci¨®n. La Plataforma 5 por aula avisa de que la situaci¨®n para estos ni?os con autismo se vuelve mucho m¨¢s dif¨ªcil en secundaria: los recursos son m¨¢s escasos. Sergio ha tenido suete, cuenta su madre, porque aunque son seis ni?os en su aula TGD todos tienen edades muy similares. Tres de ellos van luego a la misma clase de 3? de la ESO: ¡°Cuando entran en las clases normales casi siempre hay una profesora de apoyo con ellos. Eso lo hace m¨¢s f¨¢cil¡±.
Las familias insisten en que quieren que sus hijos dejen de ser expedientes. Gallego resume un ruego: ¡°La falta de recursos y apoyo condiciona su futuro. No es que aprendan a sumar antes o despu¨¦s, es que quedan excluidos, marginados. No son ni?os de segunda. Tienen derechos. Ellos pueden aprender y quieren hacerlo, solo tienen que dejarles¡±.
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